ADIOS AL BISTURI

En un futuro próximo, las cicatrices postoperatorias pasarán a ser cosa del pasado.

7 de mayo de 1990


Las molestas y antiestéticas cicatrices dejarán de ser la "tarjeta de presentación" de los cirujanos. Un novedoso procedimiento permite ahora realizar operaciones en el interior del organismo sin necesidad de abrir al paciente. Se trata de la "Cirugía de Invasión Mínima", ideada y perfeccionada en los últimos años por el profesor alemán Kurt Semm, un ginecólogo de Kiel, Alemania Occidental. Con esta técnica se están realizando cirugías de extirpación parcial o total de los ovarios, apéndice y vesícula biliar, así como también algunos pequeños tumores en el recto o el esófago. Aunque por el momento se está dando mayor utilización en el campo de la esterilización masculina y femenina, el profesor Semm señala que el método podría aplicarse en por lo menos el 70 % de las intervenciones abdominales clásicas.
La cirugía pelviscópica se basa en los mismos principios que han sido aplicados en sistemas de diagnóstico, como la endoscopia, o para pequeñas intervenciones ginecológicas, como la laparoscopia. El gran aporte del doctor Semm radica en el diseño y fabricación de instrumentos especiales de microcirugía para la extirpación de órganos y la separación de tejidos. Pequeñas tijeras, pinzas, tenazas prensoras y guías para poder realizar suturas internas. El procedimiento consiste en introducir en el abdomen una especie de "periscopio", a través del cual el médico puede intervenir sin necesidad de abrir al paciente. Este dispositivo, un tubo de diez milímetros de espesor, atraviesa la pared abdominal, en la mayoría de los casos por la región umbilical. Por este conducto el médico acciona los instrumentos quirúrgicos. Para obtener un fácil acceso al área de operación se infla el abdomen del paciente. Con ayuda de una bomba automática se inyecta anhídrido carbónico en la cavidad abdominal ampliando el espacio necesario para intervenir. El dispositivo está también provisto de sistemas ópticos especiales, que dan un aumento de hasta seis veces, lo cual permite al cirujano la visibilidad necesaria para actuar.
Aunque el tradicional corte de la pared abdominal permite una mayor maniobrabilidad al médico, la simple apertura incrementa el riesgo de lesiones e infecciones, que en muchas intervenciones pueden ser evitadas con esta técnica.
Pero sin duda el mayor aporte que ha hecho a la cirugía moderna la técnica de invasión mínima, es la reflexión y revisión científica sobre la conveniencia de las intervenciones quirúrgicas. "No siempre están indicadas medidas operatorias radicales", señala el médico hamburgues Hans Schreiber. "Incluso en el tratamiento del cáncer puede actuarse también con menos radicalidad, en el caso de pequeños tumores de fácil localización". Otro médico que ha incursionado en la novedosa técnica es el doctor Gerhard Buess quien realizó una modificación dei rectoscopio, utilizado de tiempo atrás en el diagnóstico de dolencias intestinales.Equipado de una óptica estereoscópica, el dispositivo permite la visión del entorno en el campo de operación; de esta forma pueden extirparse, a través del tubo, partes del intestino sin necesidad de hacer cortes en la cavidad abdominal.
El ejercitamiento en la nueva técnica exige una paciencia digna del santo Job y una precisión de alta microcirugía. La parte más difícil para el cirujano que utiliza este método es que debe intervenir solo. A diferencia de la endoscopia o laparatomía normal, en la cual el asistente puede ayudar en intervenciones auxiliares, en este caso el cirujano es el único que tiene visión sobre el área de operación. Pero si los médicos deberán sudar la gota gorda operando a través del ombligo, los pacientes serán los grandes beneficiados de todos estos esfuerzos. Según el doctor Buess, el peligro de que se produzcan complicaciones es muy inferior a los procedimientos clásicos y los pacientes pueden ser dados de alta mucho antes, sin tener que someterse al consecuente martirio de los puntos y luego a lucir de por vida una antiestética cicatriz. Aunque habrá que esperar mucho tiempo antes de que todos los cirujanos dominen esta técnica, la posibilidad de que las cicatrices desaparezcan del mapa son una excelente noticia para los pacientes, que ya no quedarán convertidos en uno de ellos después de una intervención.