Cof, cof...

Cada día se hace más clara la relación entre la contaminación del aire y enfermedades como el cáncer y el debilitamiento del sistema inmunológico.

19 de noviembre de 1990

Mucho se sabe, mucho se ha dicho, mucho se ha advertido, pero todo parece indicar que los esfuerzos que se hacen en el mundo para controlar la polución del aire no son suficientes. Científicos y médicos están alarmados por los altos niveles de contaminación del aire que se dan no solamente en ciudades, sino que estan afectando a algunas áreas rurales. Esto, entre otras cosas, no sólo se registra en los medidores de la polución ambiental, sino en el incremento del costo de este fenómeno en términos de atención médica.
Para los investigadores es cada día más clara la correlación entre la contaminación del aire y no sólo las afecciones respiratorias, sino las enfermedades del corazón, el cancer y el debilitamiento del sistema inmunológico. Son muchos los estudios epidemiológicos que señalan que para las personas vulnerables con enfermedades coronarias o respiratorias y ancianos el aire contaminado puede significar una amenaza para sus vidas. Por otro lado, para quienes son amantes del ejercicio al aire libre, éste puede ser más peligroso que benéfico para la salud, si se practica en lugares donde la atmósfera está contaminada.
Las principales fuentes de contaminación del aire son los compuestos volátiles orgánicos, el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno, los óxidos de sulfuro y el ozono. Pero también deben incluirse toxinas que transporta el aire como el arsénico, el benzeno, el asbesto, el berilio, el vinilclorido y el mercurio. Se ha podido establecer que todos ellos guardan relación con el cáncer y daños del sistema nervioso. El benzeno, por ejemplo, un solvente con muchas aplicaciones en la industria y en productos domésticos, se sabe que causa leucemia, mientras que el tetracloretileno, un solvente utilizado en el lavado en seco, ha sido relacionado con el cancer del hígado. Como si fuera poco, el cáncer de la piel y las cataratas pueden ser causadas indirectamente por la emisión de clorofluorocarbonos, que se utilizan principalmente en la fabricación de refrigerantes.
Los automóviles, las plantas industriales, los electrodomésticos y las chimeneas de leña figuran entre los contaminantes más obvios, pero hay otros tantos menos conocidos, pero no por ello menos peligrosos. Por ejemplo, vapores orgánicos emitidos por las pinturas, los químicos de las lavanderías y algunas sustancias utilizadas en la fabricación de las "llamas instantaneas, y aún los procesos de fermentación utilizados en las panaderías contribuyen a la polución del aire y crean condiciones peligrosas para la salud.
¿Qué hacer ? Esa es la pregunta que se hacen los expertos en el mundo desarrollado y que en el Tercer Mundo apenas si se formula. En primer lugar, incrementar los controles de la contaminación y desarrollar tecnologías para refinar los instrumentos de medición. En segundo lugar, cambiar procesos de producción y encontrar sustitutos para muchos solventes y adhesivos industriales. Pero el problema más grave radica en que aún no hay suficiente conciencia de la gravedad del problema y que por eso no se ha logrado el consenso de que tener limpio el aire es la mejor idea si se trata de proteger la salud

EFECTOS MEDICOS

Persona aludables: El ozono puede afectar la capacidad de los pulmone para absorver oxígeno. La exposición crónica a ese gas puede causar lesiones similares a las que se observan en las primeras etapas de daño del pulmón por fumar. El tracto respiratori se vuelve más susceptible a las infecciones.

Asmáticos: Un día con mucha contaminación en el aire puede ser una tragedia, porque los óxidos de sulfuro y el ozono pueden dificultar la respiración y estrechar los conducto respiratorios.

Ancianos: Altos niveles de óxidos de sulfuro se asocian con incremento de la mortalidad entre los ancianos con enfermedades respiratorias.

Pacientes cardiacos: El monóxido de carbono presenta un problema particular, porque reduce la cantidad de oxígeno que recibe el corazón.