Después de los 45

El matrimonio puede ser un salvavidas para los hombres maduros.

19 de noviembre de 1990

"EL matrimonio, si uno quiere enfrentar la verdad, es un mal, pero es un mal necesario", dijo Menandro, el autor de comedias griego. Y realmente para los hombres de edad mediana, para los hombres supuestamente ya maduros, puede ser mucho más que un mal necesario. Puede ser un salvavidas.
Los hombres entre 45 y 65 años de edad que viven solos o con alguien más pero no con una esposa, están dos veces más expuestos a morir en el término de 10 años que sus congéneres de la misma edad que viven con sus mujeres. Es lo que ha revelado un estudio reciente de la Universidad de California.
La investigación fue adelantada con 7.651 adultos norteamericanos, para determinar si había alguna relación entre la sobrevivencia y la clase de persona con quien se vive. Y se encontró que aún teniendo en cuenta diferencias en materia de ingresos , educación y factores de riesgo como fumar, beber, obesidad y actividad física, los hombres que vivían sin una esposa tenían más posibilidades de morir más tempranamente. Algo similar se descubrió con respecto a las mujeres. Aquellas que vivían sin marido aumentaban la posibilidad de morir más pronto que sus pares con esposo, pero los investigadores encontraron que el mayor riesgo se asociaba más con los escasos recursos que con la falta de un marido. Según el doctor Maradee A. Davis, profesor de epidemiología y bioestadística, "las mujeres que tienen un ingreso más alto, pero que viven con otra persona distinta de su marido, no presentan desventaja frente a las casadas en materia de sobrevivencia".
Sin embargo, para sopresa de los investigadores, los hombres que vivían con alguien más, distinto de su esposa, incluyendo hijos padres o amigos, no estaban mejor que los hombres que vivían solos. "El factor crítico parece ser la mujer", afirmó el doctor Davis.
Los investigadores aún están tratando de determinar por qué los hombres sin consorte tienen más riesgos de morir tempranamente. El doctor Davis dijo que estudios preliminares sobre el tema sugirieron que los hombres tienden a comer pobremente en comparación con sus pares casados. "En estudios previos que hemos hecho, encontramos que así como no había mucha diferencia en las dietas de las mujeres en relacion con su estatus civil, sí lo había en el caso de los hombres", afirmó Davis.
Pero los sicólogos no se sienten todavía satisfechos con los resultados de las investigaciones y por eso están indagando sobre la influencia de factores sicológicos. Estudios anteriores sobre la relación entre matrimonio y longevidad han revelado que los hombres con esposa expresan un mayor sentido de bienestar que sus congéneres no casados, mientras que las mujeres casadas no parecían especialmente contentas en comparación con las no casadas.
En resumen, a pesar de lo que se diga y de las miles de blasfemias que se lanzan sobre la "lora" que dan las esposas, lo cierto es que son, para los hombres que empiezan a descender por la pendiente de la vida, algo tan importante como una poliza de seguro.