EL ACELERE

Son tantos los síntomas derivados del desórden de la tiroides, que este es uno de los problemas más difíciles de detectar.

5 de junio de 1989


La tiroides parece ser el talón de Aquiles del llamado sexo débil. Los problemas de esta glándula, son cinco veces más frecuentes en las mujeres y, aunque parezca increíble, cuando no funciona adecuadamente pueden causar desde fatiga e hinchazón en los ojos hasta pérdida de la memoria.

Los problemas de tiroides han sido diagnosticados y tratados durante más de un siglo. Y a pesar de que existen varias maneras de confirmar esta disfunsión, los médicos aseguran que es uno de los desórdenes más difíciles de detectar porque con frecuencia los síntomas son atribuidos a otra enfermedad.

Un desorden de la tiroides puede conducir a la superproducción o la baja producción de las hormonas que regulan el metabolismo. Es decir, las que regulan el ritmo al que el cuerpo quema carbohidratos, proteínas y grasas. Los síntomas, por lo tanto, generalmente se reflejan en una aceleración o una disminución del metabolismo. Una persona que tenga problemas de tiroides también puede experimentar cambios en su estado de ánimo, depresión, pérdida de memoria otros problemas emocionales.

Los desórdenes de la tiroides pueden presentarse a cualquier edad. Un recién nacido que tenga este tipo de problemas y no sea atendido oportunamente, puede incluso sufrir retraso mental. Una tiroides hiperactiva puede producir fatiga, mal de estómago y pérdida de peso aun cuando no haya pérdida de apetito. Puede también hacer que la persona sienta calor frecuentemente. El ritmo cardiaco se puede acelerar y puede volverse peligrosamente irregular. El problema contrario, es decir, una tiroides poco activa, es mucho más común. Cuando éste se presenta, la persona sufre escalofríos, su piel se reseca y pierde el cabello.

La disfunsión de la tiroides puede también tener graves efectos sobre lo ojos. Se cree que éstos se deben a la formación de anticuerpos que atacan varios componentes del músculo, tejidos y grasa localizados detrás del ojo. Incluso los músculos que controlan el movimiento del ojo pueden paralizarse.

Aunque mucho se sabe acerca de las consecuencias que los desórdenes de la tiroides, su diagnóstico sigue siendo complicado. Por ejemplo, la depresión y la pérdida de memoria pueden ser atribuidas a un envejecimiento prematuro. Los cambios en el estado de ánimo se pueden atribuir a problemas emocionales. Además, muchas veces los síntomas se presentan lentamente, por lo que el especialista no piensa en la posibilidad de que sean causados por la tiroides.

Las enfermedades más serias que pueden suceder respecto a la tiroides son la enfermedad de Graves y la de Hushimoto. En la primera, uno de los desórdenes de autoinmunidad que se conocen, el sistema de defensa del cuerpo ataca a sus propos órganos. Los anticuerpos afecta la tiroides estimulando una producción excesiva de hormonas. La segunda, es una inflamación crónica de la glándula. Las víctimas de estas dos enfermedades pueden padecer otros desórdenes como diabetes, anemia y vitiligo.

Recientemente los médicos han utilizado un examen de sangre específico que es de gran exactitud a la hora de diagnosticar. El examen mide la cantidad de la hormona estimuladora de la tiroides que el cerebro está produciendo y así se determina si la glándula es hiperactiva o no. Por fortuna, a la hora de tratar esta clase de problemas, existen varias alternativas: drogas, remover la glándula o iniciarla. En este sentido, la dificultad no radica en el tratamiento sino en un diagnóstico oportuno.-