siquiatría

Fobia a los demás

La fobia social no es simple timidez, puede afectar la vida laboral de las personas y es más común de lo que se cree.

9 de enero de 2005

Quizá no le resulte extraño conocer a alguien que no soporta las situaciones sociales, no va a fiestas, ni siquiera tolera comer en público. Seguramente a esa persona la habrán acusado muchas veces de tímida, antipática o incluso huraña. Pero su condición puede ser totalmente distinta: es muy probable que sufra de fobia social. La fobia social es la enfermedad que padece la escritora y dramaturga austríaca Elfriede Jelinek, ganadora del premio Nobel de Literatura, que por esa razón no se presentó a la entrega del galardón en Estocolmo en diciembre pasado. Jelinek no resiste estar con más de dos personas en una habitación, y el suyo es sin duda un caso extremo de la fobia. Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV) de la Asociación Psiquiátrica Estadounidense, la fobia social es un "temor persistente y acusado a situaciones sociales o actuaciones en público por temor a que resulten embarazosas". Hace parte de los trastornos de ansiedad y se caracteriza por síntomas físicos que van desde el simple rubor, la sudoración y la taquicardia, hasta el aumento del tránsito intestinal. Y también, por síntomas emocionales como la ansiedad excesiva e irracional, e incluso ataques de pánico ante la posibilidad de sostener encuentros sociales. "Es una condición que tiene que ver con la mirada del otro, una vulnerabilidad excesiva a ser observado por los demás", le dijo a SEMANA el médico siquiatra Camilo Serrano. Lo grave es que las personas que la padecen empiezan a evitar a toda costa los encuentros sociales e incluso laborales. La fobia social es más común de lo que se cree. Según el Estudio Nacional de Salud Mental, realizado por el Ministerio de la Protección Social en 2003, se estima que en Colombia un 5.1 por ciento de personas la padecen. La enfermedad puede ser de dos tipos: específica o generalizada. Cuando es específica significa que la persona padece de fobia a una situación social en particular, como hablar en público, tener encuentros con el otro sexo, ser observado o comer con más personas. Cuando es generalizada se presenta prácticamente en todo tipo de situaciones sociales y es más difícil de manejar. Aunque no tiene causas fisiológicas o químicas ni se asocia con la presencia de otro trastorno, puede producir problemas clínicos. Por fortuna existen terapias como grupos de apoyo y conferencias, y también tratamientos farmacológicos para los casos más graves, que ayudan a regular los centros del cerebro que tienen que ver con las funciones sociales, comentó el doctor Serrano. En cualquier caso es recomendable acudir a un especialista y no quedarse en la creencia de que las personas que sufren de fobia social son simplemente tímidas o antipáticas.