LA NOCHE EN VELA

En el insomnio, la creatividad es la que paga los platos rotos.

26 de junio de 1989

Las consecuencias de una noche de mucha rumba y poco sueño pueden ser más graves de lo que la mayoría se imagina. Ahora resulta que una mala noche no deja solamente horribles ojeras, dolor de cabeza y un genio de los mil demonios, sino que, además, afecta la creatividad. Por lo menos eso parecen indicar los últimos estudios realizados en Inglaterra y Estados Unidos.Después de haber estudiado a varios grupos de estudiantes y universitarios, quedó comprobado que el insomnio afecta la espontaneidad, la flexibilidad y la originalidad.
Esta noticia es más que descorazonadora para los médicos, pilotos, enfermeras y todos aquellos que deben soportar largas noches sin pegar el ojo. Para los primeros la cosa es todavía más grave si se tiene en cuenta que los médicos que dirigieron los estudios aseguran que además de perder creatividad, se pierde la habilidad para responder ante situaciones desconocidas. Resulta que el cansancio impide que las personas puedan cambiar de perspectiva y utilizar su capacidad de juicio ante las situaciones que se salen de la rutina.
"Después de una mala noche se podría decir que la mente se vuelve más rígida y, por tanto, se tiende a seguir los pasos que se conocen, sin permitir que estos cambien aunque la situación lo requiera", explica el doctor James A. Thorn, sicólogo encargado de una de las investigaciones. Según explican los expertos, lo que el sueño hace es reponer la corteza cerebral del gasto que sufre diariamente. Es por esto que el dejar de dormir afecta de alguna manera el estado del cerebro y, por tanto, afecta el sistema por medio del cual tomamos decisiones. Sin embargo, quienes duermen poco suelen tener éxito en actividades que requieren de aquello que los sicólogos llaman "el pensamiento convergente". Este consiste en la habilidad que tenemos para enfrentar un problema, utilizando tácticas conocidas y rutinas establecidas. Se utiliza, por ejemplo, cuando la persona está desempeñando funciones que requieren habilidad manual, al tomar exámenes de verdadero y falso o de escogencia múltiple.
Esto lo comprobó el doctor Horne, en un estudio llevado a cabo en la Universidad de Loughborough, en Inglaterra. Allí se analizó un grupo de 24 estudiantes que fueron sometidos a varios exámenes, que pretendían medir el tiempo que gastaba cada uno tomando decisiones, su fluidez, originalidad, flexibilidad y habilidad para elaborar ideas ordenadamente. Los exámenes no tenían, lógicamente, respuestas correctas o incorrectas. Se les mostraba, por ejemplo, una foto en la que aparece una persona haciendo una actividad que no se ve claramente; los estudiantes debían, entonces escribir todas las preguntas que se les ocurrieran, podian ayudar a explicar la situación y hacer una lista de las posibles causas y consecuencias del hecho. En otros, se les preguntaba los posibles usos de una caja de cartón o se les planteaba una situación increíble como que las nubes estuvieran sostenidas por medio de hilos.
Se dividieron los 24 estudiantes en dos grupos. La primera vez ambos resultados fueron comparables. Uno de los dos grupos durmió toda la noche mientras el otro permaneció despierto. Al día siguiente las cosas sí cambiaron. Los resultados de quienes habían dormido fueron superiores.
Se comprobó que una mala noche no es suficiente para afectar el pensamiento convergente. Este se logra exitosamente con un poco más de esfuerzo del que normalmente es requerido. Sin embargo, el pensamiento divergente,que incluye la espontaneidad ,flexibilidad y originalidad, en una palabra la creatividad, sí es afectada considerablemente sólo con una mala noche.