LAS OTRAS PILDORAS

Las personas adictas a los tranquilizantes y a los somníferos continúan en aumento.

27 de marzo de 1989

Mal de muchos, la drogadicción no solamente tiene que ver con las víctimas de la cocaína o el basuco. Miles de personas dependen de una píldora para aminorar su ansiedad o conciliar el sueño. Y esas personas que son adictas a las drogas por prescripción, con frecuencia sienten que su hábito es una paradoja. Se han vuelto dependientes de una sustancia que les ha sido recetada por su médico, la persona que, se supone, debe preocuparse por su bienestar. Y frecuentemente, cuando intentan romper el hábito, aún no han resuelto el problema original que las llevó a volverse adictas. Sólo lo están aliviando.
En el mundo son muchas las personas que deben recurrir a diario a los tranquilizantes o a las píldoras para dormir. Y según las estadísticas, dos terceras partes son mujeres.
Cualquiera sea la razón por la cual una persona se vuelve adicta a los tranquilizantes o a las píldoras para dormir, la verdad es que salir de ellas no es nada fácil... Inicialmente, operan muy bien sobre el sistema nervioso central. En un lapso de 20 minutos, la persona se siente calmada y relajada. El problema empieza cuando necesita cada vez más droga para conseguir los mismos efectos. Y si suspende su ingestión, todo el sistema nervioso reacciona. Aún si una persona logra dejar el hábito, el organismo tomará mucho tiempo en volver a su estado natural.
Los especialistas en romper adicciones químicas señalan que la única forma de lograrlo es mediante un proceso en el cual intervienen varios especialistas, y que incluye tres etapas: detoxicación, deshabituación y readaptación. "Las drogas que más adicción producen son los diazepínicos -señala el médico Camilo Uribe González. En Colombia la situación es alarmante porque estas drogas aunque están bajo control, se adquieren y consumen sin la supervisión de un especialista. En este grupo también entran los famosos tratamientos para adelgazar a base de anfetaminas y que pueden originar no sólo problemas de adicción sino consecuencias muy graves para la salud".
EL ORIGEN DEL PROBLEMA
En la mayoría de los casos el consumo de tranquilizantes sólo enmascara los síntomas de un problema. Sin embargo, para muchos médicos resulta más facil prescribir drogas que investigar el origen. Empieza así un verdadero círculo vicioso: la persona trata de calmar su ansiedad, su insomnio o su depresión por medio de medicamentos, pero nada está haciendo por solucionarlo. En muchos casos, el problema original, por el cual la droga fue prescrita, nunca es analizado apropiadamente. Por ello, cuando el paciente intenta por sí mismo suspender el consumo de la droga, el mal que originó la adicción y que nunca fue diagnosticado, aparece inmediatamente, llevándolo de regreso a la droga que lo alivia, y el ciclo se perpetúa.
Los estudios señalan que una persona puede volverse adicta en un lapso de seis semanas. Esto es causado por el desarrollo bioquímico y psicológico que trae consigo la droga misma. Para comprender mejor cómo puede una droga tomarse -literalmente- el control del organismo, conviene examinar la adicción en términos del cigarrillo. Cuando se comienza a fumar, la persona puede sentirse enferma por el envenenamiento que produce la nicotina. Pero en un mes, puede estar fumando 25 cigarrillos al día y en un año ser una fumadora habitual. En el transcurso de este tiempo, el organismo ha aprendido a ver a la nicotina como una toxina y ha producido anticuerpos para atacarla. Eso permite al fumador vivir en una atmósfera contaminada sin efectos negativos inmediatos. Entonces, cuando trata de dejar el cigarrillo, las defensas que se han puesto en acción para proteger al organismo interfieren. Paradójicamente, el mecanismo de la adicción es parte del sistema mismo que está diseñado para proteger el daño.
ADICCION Y ALERGIAS
En los últimos años la medicina naturalista también ha encontrado éxito en la búsqueda de tratamientos para romper la adicción. Según los expertos, la adicción y las alergias son muy similares. Quien toma tranquilizantes actúa lo mismo que un tomador compulsivo de café o de alcohol. Lo que sucede es que estos últimos son hábitos "aceptables". De hecho, esas sustancias causan reacciones alérgicas en algunos individuos porque sus organismos segregan adrenalina, lo cual puede hacerlos sentir deprimidos o afectar su personalidad. Entonces empiezan a tomar tranquilizantes, agregando así una nueva adicción. Algunos especialistas sostienen que en la lucha contra las adicciones también se deben analizar los deseos compulsivos por algunos alimentos que sienten los pacientes.
Uno de estos especialistas, el alergista inglés Harald Gaier, ha diseñado un método para romper la adicción, similar al que se utiliza para tratar las alergias. El afirma que detrás de una adicción puede estar una alergia a un alimento. "Si las personas que por ejemplo son sensibles al café, al té o al chocolate, saben que esto altera sus estados de ánimo, lo cual las lleva consecuentemente a su adicción a una droga, simplemente dejarían de consumirlos", señala Gaier. Y explica que en su tratamiento él procura recoger la mayor cantidad de datos sobre el paciente, además de la razón por la cual está usando drogas y saber qué tan profundo es el hábito, que lo conduzcan a descubrir alguna clase de alergia. Si sospecha de algunos alimentos hacia los cuales el paciente siente necesidad compulsiva de consumir y sospecha que son los responsables de desatar los síntomas, le pide que se abstenga de ellos durante algunas semanas.
Se ha descubierto que algunos adictos no sufren alergias causadas por alimentos, sino que experimentan un tipo de envenenamiento producido por metales tóxicos, como aluminio, mercurio o plomo. Con frecuencia la depresión y los cambios de personalidad son síntomas producidos por altos niveles de toxinas en el organismo.
Cuando el problema subyacente ha sido diagnosticado, Gaier procede a un tratamiento homeopático. Dosis mínimas de aquello que ocasiona el problema se le administran al paciente, de tal forma que el organismo lo reconoce y lo enfrenta. Consecuentemente, no hay efectos colaterales y el organismo produce los anticuerpos pertinentes. Y para obtener una modificación del comportamiento en el paciente, Gaier recurre a la acupuntura. Diminutas agujas, que se insertan en la parte central del oído, y que se cree rompen la dependencia psicológica de la droga porque inhiben la producción de toxinas y anticuerpos que producen la necesidad.
El doctor Gaier cuenta el caso de una paciente de 35 años que quería romper su dependencia de la benzodiazepina, droga que se utiliza con recuencia para tratar la ansiedad. La mujer había sufrido cáncer del útero y le había sido practicada la histerectomía. Como resultado, presentaba los síntomas típicos de la menopausia: oleadas de calor, fuerte sudoración y depresión. Como temía tomar estrógenos por su historia de cáncer, el médico le prescribió la droga. Para romper la adicción química, que ya llevaba cuatro años, Gaier le hizo un tratamiento homeopático para contrarrestar los problemas hormonales asociados con la histerectomía. Como el tratamiento funcionó bien sobre su problema original, la mujer se sintió confiada. Poco después de haberle sido colocadas las agujas, la mujer dejó la droga y no volvió a sentir la necesidad de consumirla.
Los estudios del doctor Gaier son un nuevo avance en la búsqueda de métodos para ayudar a las personas a superar los problemas de adicción, que pueden ser considerados el mal del siglo XX. Mientras se hacen grandes campañas contra la droga, existen miles de hombres y mujeres que consumen a diario medicamentos para combatir la depresión, la ansiedad, el insomnio, o anfetaminas para adelgazar, sin tener en cuenta que también se están convirtiendo en adictos, señala el especialista en toxicología, Camilo Uribe González. Y advierte sobre los peligros que conlleva este tipo de adicciones, más aceptadas socialmente, y de las cuales se desconocen muchas veces los riesgos. "La gente no tiene en cuenta los graves peligros de la automedicación en este sentido. Solamente un médico psiquiatra puede formular este tipo de drogas. Ellas son sólo un medio para aliviar los síntomas mientras se descubre y trata el problema real, que ocasiona el insomnio o la ansiedad, y cuya solución es la única fórmula segura de evitar la adicción".
El ser humano parece cada vez más frágil y acorralado ante los avatares de la vida. Quizás el ansia de confort lo ha llevado a perder la fortaleza de sus antepasados y hoy no puede superar los problemas cotidianos sin el soporte de una píldora.-