OJO AL LENTE
Un nuevo informe científico señala que dejarse los lentes de contacto durante la noche aumenta considerablemente el riesgo de enfermedades oculares.
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Un informe científico le ha abierto los ojos a millones de usuarios de lentes de contacto en el mundo. Según los investigadores, el riesgo de contraer enfermedades oculares de consideración se incrementa cuando los lentes se dejan durante la noche. Y advierten que la cómoda utilización de lentes de uso prolongado no debe tomarse tan literalmente. Dos estudios publicados la semana pasada en The New England Journal of Medicine encontraron que quienes tienen lentes de contacto diseñados para uso prolongado--es decir, permeables al oxígeno-- están en un riesgo mayor de contraer infecciones oculares, que pueden llevar a una pérdida signifcativa de la visión, que aquellos que utilizan lentes rigidos, es decir, los que deben retirarse diariamente.
Los estudios proveen evidencia científica sobre algo que tanto médicos como pacientes sospechaban desde hace tiempo: permanecer más de ocho días sin retirar y limpiar los lentes implica un alto riesgo de contraer infecciones. El estudio, realizado por la Universidad de Harvard y que incluyó a 500 usuarios, encontró que aquellas personas con lentes de uso prolongado, es decir que se los dejan puestos en la noche, tienen de 10 a 15 veces más probabilidades de desarrollar una infección ocular que aquellos que usan lentes ordinarios. En consecuencia, un comité de la Oficina de Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos, FDA, ha hecho un llamado a los productores para que cambien las recomendaciones de utilización de sus productos en el sentido de que el período máximo de permanencia de los lentes de uso prolongado sea reducido de 30 días a sólo 7. Según el informe, mientras más tiempo se usen los lentes, sin hacerles la debida limpieza, mayor es el riesgo de contraer úlceras corneales, que pueden conducir a la pérdida de la visión. Los riesgos disminuyen cuando los lentes y sus recipientes son limpiados cuidadosamente. Así mismo, los usuarios han sido advertidos de la necesidad de acudir al oftalmólogo si sus ojos resultan irritados .
Sin desconocer el maravilloso avance científico que representa para los miopes, hipermétropes y demás minusválidos de la visión el poder mandar al cajón de San Alejo los incómodos y antiestéticos anteojos, para cambiarlos por cómodos e imperceptibles lentes, con los cuales se puede dormir y nadar, la verdad es que, dice el informe, a los laboratorios productores de tales adminículos se les fue la mano en pregonar los aspectos confortables de los lentes de uso prolongado y el resultado es que un 20% de los usuarios los emplea por períodos extendidos y no tiene demasiado cuidado con la limpieza "Otro aspecto que debe tenerse en cuenta--dice el oftalmólogo Jorge Alberto Reinoso Amaya--es que los lentes de uso prolongado son perfectamente tolerados a nivel del mar lo que no sucede en sitios de mayor altura, como Bogotá, porque el oxígeno es mucho menor. Y como son lentes permeables al oxígeno, pasa menor cantidad de oxígeno a través del lente, lo que hace que el ojo se encuentre en menor condición de defenderse y tienden a formarse vascularizaciones alrededor de la córnea. Por eso en sitios de mayor altura los lentes deben retirarse con mayor frecuencia. Por ello se recomienda un uso máximo de 7 días de uso continuo y una estricta limpieza. Los mayores problemas de infecciones se ven en los pacientes que no cumplen con estas normas". El concepto de muchos especialistas es que, aun siendo permanentes, los lentes deberían quitarse todos los días y, sólo en ocasiones en que sea necesario dejarlos toda la noche, se aproveche esa ventaja. Lo cierto es que si la vanidad y la comodidad tienen un precio, tratándose de la visión no se puede ser tan descomplicado porque el descuido o la negligencia en el uso de los lentes, bien puede costar un ojo.