PEOR EL REMEDIO...

Durante la gestación, cualquier tipo de medicamento que ingiera la madre representa un riesgo para el feto.

9 de enero de 1989

Hace 20 años, el triste caso de la talidomida provocó una mayor conciencia sobre el daño que los fármacos causan en el feto. Entonces, sólo se habían identificado cuatro o cinco sustancias capaces de originar anomalías. A raíz de este hecho, las investigaciones se intensificaron y hoy se sabe que la gran mayoría de las sustancias farmacológicas pueden interferir en el desarrollo del feto y, en algunos casos, provocar su muerte.
Recientemente, el comité de expertos que asesora a la Oficina Federal Norteamericana de Alimentación y Drogas recomendó restringir la distribución del Acuttane, un medicamento contra el acné que se vendía sin fórmula médica, capaz de provocar, al parecer, malformaciones en el feto. La decisión se adoptó después de analizar los casos de 62 niños que nacieron con taras congénitas, provocadas, segun los informes médicos, por el consumo de este fármaco durante el embarazo. Hoy su prescripción se hace en forma muy controlada y bajo la advertencia de que la paciente no buscará un embarazo en los dos años siguientes. La rápida intervención del comité impidió que se repitiera un drama como el de la talidomida, y ha servido también para dar una voz de alerta a las futuras madres sobre el peligro del consumo indiscriminado de medicamentos durante la gestación.
Como se recordará, la talidomida se presentó al público como un somnífero totalmente "inofensivo" y sin efectos secundarios. Su ingestión por parte de mujeres embarazadas provocó una avalancha de niños que nacieron con malformaciones de todo tipo. Este desgraciado accidente llevó a enfatizar las investigaciones sobre las sustancias teratógenas, es decir, capaces de originar anomalias en el feto (teratos es un término griego que significa "monstruo"). Desde entonces, y como medida de precaución, los especialistas insisten en la conveniencia de evitar la ingestión de todo fármaco que no sea absolutamente imprescindible durante el embarazo.
"A pesar de que Colombia es un país donde la automedicación es un hábito generalizado, en el caso de las mujeres embarazadas parece existir cierta conciencia acerca de los riesgos del consumo de las llamadas drogas fuertes", señala el doctor Jaime Urdinola, jefe del departamento de Ginecología y Obstetricia del Centro Médico de Los Andes.
"No sobra sin embargo recalcar que los tres primeros meses de gestación resultan particularmente delicados dado que en este periodo es cuando la mayoría de los órganos vitales del feto están en formación." Aunque puede decirse que la primera semana del embarazo es vital y, en consecuencia, toda mujer que planee qúedar embarazada debe extremar los cuidados al respecto, la experiencia ha demostrado que, con excepción de los fármacos muy fuertes (como los que se usan contra el cáncer), las influencias verdaderamente nocivas suelen presentarse sólo después de la séptima semana de gestación. De ahí que, aun ante la duda de un embarazo, toda mujer debe consultar al médico acerca de los medicamentos que ingiere.

MEDICAMENTOS PROHIBIDOS
Existe un amplio grupo de medicamentos cuyo uso está prohibido durante el embarazo. Los especialistas los conocen como "teratógenos mayores", puesto que sobre ellos se tiene la absoluta certeza de que producen malformaciones en el feto. En este grupo se encuentran: la talidomida (medicamento que hoy se utiliza en el país sólo en casos de lepra), las hormonas (estrógenos y andrógenos), la tetraciclina, los anticoagulantes y antidiabéticos orales, algunos fármacos antitiroideos, y todos los medicamentos anticancerosos.
En el caso de las hormonas, los ginecólogos aún tienen presente el caso de un estrógeno sintético -dietilestilbestrol (DES)-, utilizado hace varios años para prevenir los abortos espontáneos: las hijas de aquellas mujeres que hicieron uso del producto presentaron posteriormente un elevado índice de cáncer vaginal y de útero mientras que su descendencia masculina presentaba, así mismo, una alta incidencia de cáncer de testículos y de próstata.
En cuanto a la tetraciclina, un antibiótico de uso generalizado hasta hace unos años, diversos estudios han demostrado que provoca una decoloración de los dientes y que puede impedir el crecimiento óseo del niño que se está formando.
En la actualidad, toda esta serie de medicamentos tienen indicaciones precisas y los médicos los diagnostican bajo un estricto control acerca de la presencia de un embarazo.
Igual sucede con los hipoglucemiantes orales, fármacos indicados en algunos tipos de diabetes, que se utilizan para rebajar los niveles de azúcar en la sangre. Su administración en mujeres embarazadas puede provocar la muerte del feto, o bien disminuir el nivel de azúcar en la sangre del niño, problema que resulta muy difícil de corregir después. En cambio, la insulina no parece ser perjudicial para el embrión porque no penetra la placenta y, por consiguiente, no llega a afectar al feto.
Los anticoagulantes orales también forman parte del arsenal terapéutico prohibido durante la gestación. Se utilizan en los tratamientos de algunos problemas cardiacos y de flebitis. Estos trastornos se originan por la formación de coágulos en el torrente sanguíneo, con el consiguiente riesgo de obstrucción (embolias), especialmente graves cuando se presentan en el corazón o el cerebro. Sin embargo, se ha demostrado que estas sustancias pueden provocar malformaciones congénitas graves, como trastornos óseos y retraso mental.

ES MEJOR PREVENIR...
Otros medicamentos con los que se deben tomar precauciones durante el embarazo son los llamados "teratógenos menores", cuyo consumo presenta un cierto riesgo. En estos casos, es el médico quien debe valorar la relación beneficioriesgo y determinar su prescripción.
Entre los productos que han sido considerados "relativamente peligrosos" para el feto,se encuentran algunos antihipertensores, los tranquilizantes y ansiolíticos en general, cierto grupo de diuréticos, y los anestésicos locales en exceso. Algunos medicamentos aparentemente inofensivos como las vitaminas D y K y los analgésicos, cuando se toman en altas dosis, pueden ocasionar problemas. Se ha demostrado que las mujeres que consumen dosis muy elevadas de estos productos durante el embarazo tienen un alto riesgo de que sus hijos nazcan con malformaciones óseas , problemas cardiacos, sordera o ceguera.
Debido a su alto consumo, vale la pena mencionar la aspirina; por su efecto anticoagulante, el ácido acetilsalicílico está contraindicado durante los tres primeros meses de embarazo y las dos semanas anteriores al parto. Diversos estudios han demostrado que los hijos de mujeres que consumieron altas dosis de esta sustancia durante los primeros meses de gestación, presentaron el doble de trastornos cardiacos que los de aquellas que no lo hicieron. Además, cuando se consume en exceso durante las dos semanas anteriores al parto, su capacidad anticoagulante puede provocar hemorragias internas en el niño, especialmente si su nacimiento es prematuro .
En términos generales, concluye el doctor Urdinola, durante el embarazo no debe ingerirse ningún medicamento; con excepción de los suplementos de hierro, ni siquiera se justifica la ingestión de vitaminas, las cuales se pueden obtener con una dieta balanceada. En caso de enfermedad, cualquier droga debe tener indicación médica precisa, así se trate de una aspirina.