POR UN PELO

¡Cuidado! Las dietas, el estrés, la depresión y los anticonceptivos la pueden dejar calva.

17 de diciembre de 1990

La pérdida del cabello, es uno de los motivos más frecuentes de consulta al dermatólogo. Y cada día crece el número de mujeres que presentan ese fenómeno, que antes se creía casi exclusivo de los descendientes de Adán.
El pelo preocupa a millones de personas por diferentes razones. Los hombres generalmente sólo empiezan a pensar en él cuando lo ven tirado en el piso del baño y ya no hay nada qué hacer. A las mujeres en cambio, poco les preocupa la calvicie, sus desvelos tienen más que ver con el largo, el color, el crespo o el liso, por la resequedad o por la horquilla. El caso es que ninguna está contenta con lo que tiene.
Víctima del descuido o del maltrato, lo cierto es que el pobre pelo sólo empieza a ser objeto de cuidados cuando después de una cepillada quedan más en la peinilla que en el copete. Entonces empieza una carrera contra el reloj para que los pocos que permanecen en su sitio, se queden alli.
Sin embargo, es raro que alguien consulte a un tricologista, como sí se consulta a un pedólogo cuando hay problemas con los pies o a un osteópata cuando los hay con la espalda.

El tricologista es el especialista en cuestiones de pelo. Aunque es una especie bastante exótica, no es una ciencia nueva. En Londres existe un Instituto de Tricologistas, fundado desde 1902, conformado por un equipo de médicos, científicos y peluqueros que se dedican a la investigación del tema, centrada especialmente en el análisis de los grupos de hormonas sexuales masculinas y femeninas como los andrógenos, que tienen que ver con la calvicie y los estrógenos, que están relacionados con el crecimiento del pelo. También han estudiado la droga minoxidil, que estimula la provisión de sangre y que originalmente se desarrolló para tratar la hipertensión, pero que produce un efecto colateral: aceleramiento del crecimiento del cabello.
Aunque la preocupación por el pelo ha ido creciendo con el paso del tiempo, la mayoria de las personas ignora por completo los beneficios de la tricología.
Esto sucede, en parte, porque los problemas del pelo no causan dolor y, en parte, porque a las personas les da pena hablar de eso, cosa que no sucede, por ejemplo, con los dolores de espalda.

Los tricologistas tratan desde la calvicie -alopecia hasta la caspa, incluyendo problemas severos del cuero cabelludo, como la dermatitis seborreica, el eczema y la soriasis. Pero una cosa debe quedar clara: los tricologistas no anuncian milagros como los avisos de los diarios. No ofrecen la solución en un frasquito. El único restaurador mágico del cabello es el cuero cabelludo mismo, que es el que suministra oxígeno y otros nutrientes al pelo.
Así mismo, no hay una fórmula general para todo el mundo. Los tratamientos son individuales, pues tienen en cuenta muchas variantes personales, factores genéticos, estilo de vida. Y el tratamiento puede incluir desde aceites que alivian la inflamación del cuero cabelludo hasta radiaciones ultravioleta, que incrementan el desarrollo del pelo y estimulan la producción de vitamina D, útil para calvicies parciales.

Tampoco se descuidan los problemas más generales: resequedad del cuero cabelludo, pelo muy delgado o muy poco flexible. Y los especialistas recomiendan, que si se tiene un buen peluquero, la persona debe ser tan fiel a él como a su odontólogo, ginecólogo o cardiólogo.
Los tricologistas consideran que el estrés de la vida moderna tiene mucho que ver con el aumento de la calvicie.
Si alguien consume 20 tazas de café al día, es indudable que esto afectará tanto su pelo y su piel como todo su organismo. Lo mismo puede suceder con aquellas personas que se saltan una de las comidas, aunque no noten sus consecuencias en el pelo.
Otra habilidad que tienen quienes conocen a fondo la materia, es que pueden descubrir síntomas de anorexia y de otros desórdenes nutricionales a través del análisis del pelo, lo cual les permite sugerir modificaciones en la dieta o acudir a un especialista, según la gravedad del caso.
Pero los remedios son tan sólo la mitad de los tratamientos que administran los tricologistas. Igualmente importante es su habilidad para aconsejar. Por ejemplo, si la pérdida de cabello es genérica no hay tratamiento que valga y lo mejor es hacerse a la idea de la calvicie.

Sin embargo, antes de alarmarse hay que tener en cuenta que las causas de la pérdida del cabello son múltiples y la mayoría tiene solución. A menudo, basta con encontrar la raíz del problema y seguir el tratamiento médico adecuado, para que el cabello vuelva a salir" señala un dermatólogo consultado por SEMANA. Después del parto, por ejemplo, es común que haya una pérdida del cabello, pero éste después vuelve a crecer. Se presenta también caída del pelo ocasionada por infecciones, acompañadas de fiebre elevada durante varios días, y la producida por fuertes estados de ansiedad o depresión.
Y una causa desconocida de calvicie, pero no por eso menos frecuente, son los regimenes draconianos y las dietas hipocalóricas que muchas veces producen pérdida de hierro y de calvio, lo cual a su vez provoca la caída del pelo.
Además, no sólo hay que prestar atención a la comida; también es preciso vigilar la medicación que se esté tomando. "La ingestión de ciertos fármacos, como anticoagulantes, anfetaminas, anticonceptivos orales, provoca alopecia", añade el especialista.

Fuera de las alopecias difusas agudas, como las anteriores, existen alopecias difusas crónicas, debidas en un alto porcentaje a la aparición de la seborrea, condición que ha aumentado en los últimos años.
Otra condición frecuente en las mujeres son las llamadas alopecias areatas, de origen inmunológico, que aparecen generalmente entre los 20 y los 40 años. Esta afección se caracteriza por la aparición en el cuero cabelludo de una o varias placas redondeadas, lisas y blanquecinas, desprovistas de cabello. La pérdida del pelo, en este tipo de alopecia, afecta, además de la cabeza, a otras zonas del cuerpo como el pubis y las axilas.
"La mayoría de las alopecias seborreicas responden al tratamiento con minoxidil -asegura el especialista-.
Para las areatas se aconsejan, en la mayoría de los casos, los corticoides. Eso sí, bajo estricta supervisión médica".
Para las alopecias menos severas, actualmente existen en el mercado numerosos productos que prometen acabar con la caída del cabello, sin embargo, sólo un dermatólogo -o un tricologista, si lo encuentra puede determinar la causa y así mismo el remedio. De todas maneras estos productos deben aplicarse en forma continuada, y siguiendo las instrucciones del médico.

Lo cierto es que la caída del pelo no constituye únicamente un problema físico. La perspectiva de la calvicie supone también, para muchas personas, un trauma sicológico que puede llegar a producir angustia, preocupación y hasta cambios de personalidad en quien la sufre. Por eso, la ciencia cada día se preocupa más por obtener la pócima milagrosa que restituya el cabello perdido. Para algunos científicos, por ejemplo, la solución está en el láser.
Quienes ensayan esta técnica aseguran que las cremas y tratamientos poco sirven si no penetran hasta la raíz del cabello. Con ayuda del láser, señalan, los productos penetran dentro del folículo piloso, con lo cual los resultados son optimizados en un 80 por ciento. Por otra parte, no siempre la caída abundante del pelo significa una calvicie prematura y segura. Muchas veces el pelo se cae en abundancia porque se produce un desfase entre sus etapas cíclicas: crecimiento, reposo y caída.
Cuando esto ocurre es porque la fase de caída se antepone a la de crecimiento.
Sin embargo, unos cuantos pelos en el lavamanos, posiblemente sirvan de alerta acerca del abuso y maltrato al que generalmente se lo somete.