QUE PEGA, PEGA

Los científicos logran el crecimiento artificial del hueso para reparar fracturas.

10 de diciembre de 1990

Se trata sin duda de uno de las más grandes logros de la cirugía ortopédica: el crecimiento artificial del hueso, a partir de proteínas cultivadas en laboratorio.
El hallazgo, que forma parte de una serie de nuevas tecnologías, podría simplificar enormemente la reparación de fracturas. Los nuevos componentes que revolucionarán sin duda el tratamiento y curación de las fracturas óseas, son obtenidos de proteínas naturales, mezcladas con materiales cerámicos. La idea es que este componente sirva como remiendo hasta que las nuevas células óseas crezcan. Pero en otros casos, estos ingredientes estimulan la creación de las células óseas reconstructoras.

La esperanza de las diferentes compañías bioquímicas que están trabajando en proyectos similares es obtener la aprobación de la FDA americana para lanzar su producto primero al mercado. De por medio está no sólo el prestigio de ser los creadores de uno de los grandes avances en la ortopedia moderna, sino una jugosa cifra de dividendos por el hallazgo.

Según los científicos, lograr el crecimiento del hueso simplifica enormemente el tratamiento de las fracturas, aun las más severas. Durante la cirugía, los componentes harán posible reparar los miembros fracturados sin tener que trasplantar hueso de otra parte del cuerpo, como se hace actualmente. Algunos investigadores más optimistas, piensan que pronto será posible curar fracturas severas sin necesidad siquiera de recurrir a la cirugía. Simplemente, inyectando materiales biológicamente activos en el lugar de la fractura para inducir la formación de nuevo hueso.

Otra aplicación de los nuevos descubrimientos estaría en el reemplazo de caderas o rodillas. Algunos investigadores piensan que las nuevas tecnologías pueden incluso ayudar a retardar la osteoporosis, una condición que debilita la estructura ósea en la gente de edad, especialmente en las mujeres.

Cada año, millones de personas en el mundo reciben injertos óseos para reparar fracturas severas de los miembros. El injerto implica remover hueso de la cadera, en otra cirugía, e implantarlo en el sitio de la herida. Además de doloroso, el procedimiento implica a menudo un gran riesgo y un tiempo de recuperación mucho más largo que el de la fractura misma. En los últimos años, la alta tasa de injertos óseos ha llevado a la formación de los bancos de huesos, tomados de cadáveres. Sin embargo, estos huesos tienen un alto costo, debido a que ellos deben ser purificados perfectamente para bloquear la transmisión de enfermedades infecciosas.

Hoy en día, estas uniones artificiales son ligadas al hueso original con cementos sintéticos; no obstante, éstos a menudo ceden después de varios años, lo que hace indispensable una nueva intervención.

Tres compañías esperan ahora la aprobación de las autoridades sanitarias, antes de lanzar sus componentes al mercado. Uno de ellos es el que combina materiales cerámicos con colágeno, una proteína natural que se encuentra en la piel, cartílagos y tendones. El material está diseñado para proveer una especie de andamiaje en el cual las células óseas crezcan. Como los materiales cerámicos son lentamente absorbidos por el organismo, con el tiempo ellos son reemplazados por hueso natural .

Otra compañía biotecnológica está experimentando con proteínas que parecen activar el proceso natural de crecimiento del hueso. Por el momento se están realizando ensayos en animales. Y en otro laboratorio, una proteína similar, aislada del hueso natural, empezará a ser probada clínicamente en humanos en los próximos meses. El más simple de los nuevos componentes podría ser aprobado para su uso comercial el próximo año.

Este componente no estimula el crecimiento del hueso sino que crea un ambiente propicio, en el lugar de la fractura, para que el crecimiento del hueso pueda ocurrir. El material consiste en dos clases de cerámica mezcladas con proteínas de colágeno. El papel que juega el componente en el hueso es análogo al enrejado de acero que refuerza las estructuras de concreto. En el nuevo material, el colágeno es purificado y combinado con la cerámica para formar una masa húmeda. El cirujano entonces extrae médula ósea del paciente y la mezcla con el material. Como en un injerto convencional, el cirujano sostiene el hueso roto temporalmente por medio de una placa metálica e inserta la mezcla. En efecto, el material de colágeno permite un ambiente propicio en el cual las células naturales de la médula se multipliquen y gradualmente reemplacen la cerámica a medida que ésta se disuelve.

En estudios clínicos realizados en abril pasado con 260 pacientes, los investigadores encontraron que las personas tratadas con este material sanaron tan bien como aquéllas tratadas con material óseo removido de sus caderas.

En este momento, los estudios sobre proteínas que revelan crecimiento de hueso son intensos. A comienzos de este año, un grupo de investigadores reportó que habían inducido formación ósea en ratas con una versión de ingeniería genética de una proteína humana llamada BMP2 (Bone Morphogenetic Protein). La compañía productora está terminando estudios en fracturas de animales. Basados en estos estudios los investigadores confían conseguir la formación de hueso en humanos.

La BMP2 es sólo una de la familia de proteínas restauradoras de los huesos. Parece que ellas reclutan lo que los investigadores llaman "células no comprometidas de la médula ósea". Puede ser una amplia variedad de glóbulos blancos y rojos. Dichas proteínas inducen la formación de otras células -llamadas osteoblasts- que son las que forman el hueso. Si BMP2 prueba su efectividad en los humanos, sería mucho más fácil de utilizar que los productos a base de colágeno, porque no se necesitaría obtener muestras de médula ósea de los pacientes para regenerar el hueso natural. Aunque es posible obtener médula ósea sin cirugía, el proceso resulta muy penoso y frecuentemente no muy factible en pacientes de edad, cuya médula ósea puede estar ya muy afectada.

Todas estas proteínas óseas tienen que ser combinadas con algún tipo de componentes conductores, que permitan el terreno propicio para el crecimiento del hueso. Materiales como el colágeno y la cerámica son una posibilidad, pero los investigadores señalan que el mejor conductor será aquel que requiera cada tipo de fractura y esto aún no se ha establecido.

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