¿REMEDIO A LA VISTA?

Se abre esperanza para los enfermos de SIDA por descubrimiento de médicos franceses.

2 de diciembre de 1985

En la lucha que mantienen Francia y Estados Unidos por atribuirse cada quien el descubrimiento y control del terrible SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), los primeros parecen haberse anotado un nuevo punto. Tres médicos del hospital Laennec, de París, Jean-Marie Andrieu, Philippe Even y Alan Venet, quienes trabajaban juntos desde hace años, revelaron ante una nutrida rueda de prensa convocada a las carreras el 29 de este mes, que tres pacientes suyos, dos hombres y una mujer, experimentaron una notable mejoría después de haberles sido administrada una sustancia empleada actualmente para evitar el rechazo de un órgano trasplantado.
Los científicos, aún en batas blancas, explicaron que el SIDA se desarrolla únicamente en un tipo de células llamadas T4, activas. Aislaron, pues, un conjunto de ellas y le inocularon cyclosporina A, bajo el criterio de que si "lográbamos inhibir esas células podríamos impedir la dispersión del virus", según expresión del doctor Venet, encargado de la investigación. El resultado no sólo "congeló" las células enfermas, sino que fomentó la reacción de nuevas células.
Sin perder tiempo, del tubo de ensayo pasaron a la sala de enfermos. Allí inyectaron la sustancia a razón de sólo cuatro células T4 por centímetro cúbico de sangre, a las tres personas.
El sorprendente resultado fue aún más espectacular en uno de aquellos pacientes que se encontraba en estado preagónico, y quien en corto tiempo tuvo una multiplicación por 50 de nuevas células, o glóbulos blancos.
No convencidos del todo, señalaron que de ninguna manera pretenden haber descubierto el tratamiento capaz de curar el SIDA, sino que a lo sumo han aislado un componente que permite "mejoras biologicas e inmunológicas muy notables".
Preguntados si existe el riesgo de que las nuevas células vuelvan a ser atacadas por el virus, respondieron que habrá que esperar de 6 meses a un año para conocer el verdadero alcance del descubrimiento. Advirtieron, por otra parte, que habían decidido anunciar el hecho en forma tan rápida, ante el temor de que "los familiares de los pacientes sometidos a esta droga y el personal del propio hospital difundieran deformada la noticia". Georgina Dufoix, vocera de Asuntos Sociales, afirma que el hallazgo "deja abierta una puerta a la esperanza".
La reacción ante el anuncio no demoró ni 24 horas. Al otro lado del Atlántico, médicos e investigadores de Maryland, Estados Unidos, expresaron su sorpresa y escepticismo frente al avance de sus colegas franceses. El doctor Anthony Fauci, del Instituto Nacional de Salud de dicha ciudad, puso de presente que los resultados en París solo han surgido tras una semana de experimento, tiempo insuficiente, según él, para llegar a resultados serios. El doctor Samuel Broder agregó que "sobre la base de la evidencia presentada en las revistas científicas, ningún paciente puede sentirse como si se le estuviera privando de una terapia curativa por no administrarle Cyclosporina A actualmente". Fauci, en tono más decidido, explicó: "No creo que exista alguno que suministre algo durante una semana a seis pacientes y salga a avisarle a la prensa del resultado. Si se quiere hablar de ética, se tiene que estar seguro de que la cosa funciona antes de anunciarla".
Pese a las agrias respuestas de los médicos estadounidenses, el ambiente en el viejo hospital parisino era de alegría. El momento hizo recordar la emoción del 16 de mayo de 1983 cuando fue asilado el virus del tremendo mal. La conferencia de prensa, inundada de cámaras de T.V., comunicadores franceses y norteamericanos, representantes de publicaciones Gays y uno que otro científico de incógnito, tuvo lugar en un anfiteatro del hospital.
La cyclosporina A, la droga calificada como milagrosa por la concurrencia de esa tarde, es un medicamento descubierto en 1969 a partir de un puñado de tierra recogida en Noruega y purificada en 1973. A partir de esa fecha, este producto ha llegado a ser catalogado como uno de los descubrimientos terapéuticos mayores del siglo XX. No sólo reduce el rechazo orgánico a los trasplantes de riñón y corazón, sino que actualmente está siendo experimentado en personas diabéticas.
Los resultados en el paciente más grave del grupo mencionado por los facultativos eran llamativos por lo menos. Según uno de ellos, "después de dos días de tratamiento, los linfocitos T4 por milímetro cúbico de 50 pasaron a 200, después saltaron a 300 al cuarto día". Media hora antes de la rueda de prensa, el conteo daba 350.
Según el médico Even, el SIDA "ha sido tratado como una enfermedad viral. Después de dos años, nosotros estamos reflexionando sobre el enfoque clínico y biológico que se le ha dado a este terrible mal". Según el profesor Jean-Marie Andrieu, "todas las terapéuticas contra el virus o destinadas a restaurar las defensas inmunológicas han fracasado". Ojalá qúe los resultados "hiperpreliminares" -la expresión es de Georgina Dufoix- prosperen.