RU 486 LA PILDORA DEL ABORTO

El gobierno francés hace una estricta reglamentación de su distribución para evitar su uso indiscriminado.

14 de noviembre de 1988

Treinta años después de la píldora anticonceptiva, hace su aparición --con nombre de misil ruso- una droga que parece diluír las fronteras entre la contracepción y el aborto.
La anunciada píldora abortiva, desarrollada en Francia y lanzada al mercado hace unos días, enfrenta nuevamente a partidarios y opositores del aborto. La pregunta es si una droga que permite la interrupción del embarazo sin hospitalización, cirugía, riesgos ni traumatismos, puede llevar a un aumento del aborto como método de control natal.
La RU 486 fue creada hace seis años por el profesor Etienne Beaulieu, quien introdujo a la vez en medicina el término "contragestivo" (mientras la píldora tradicional impide la fecundación del óvulo, ésta nueva droga impide la gestación). Se trata de un medicamento que inhibe la acción de la progesterona, hormona natural indispensable para que se produzca la implantación del óvulo en el útero.
El Ministerio de Salud de Francia aprobó su uso y comercialización después de que los investigadores lograron un 95% de eficacia. El aborto quirúrgico o "por aspiración" registra un 98%. Hasta hace dos años la eficacia de la RU 486 como abortivo era de un 85%. Sin embargo, en 1986 un equipo de investigadores suecos logró disminuír el margen de fracaso al adicionarle una sustancia llamada prostaglandina, que estimula las contracciones del útero y, por consiguiente, la expulsión del óvulo. Este complemento fue impuesto por el comité francés para su aprobación oficial.
La RU 486 (cuyo nombre se debe simplemente a las iniciales del laboralorio que la produce, Roussel-Uclaf, y a un número de serie) será comercializada como Mifepristone. Sin embargo, parece no ser la única droga abortiva. Los laboratorios Sterling Drug Inc. de los Estados Unidos han desarrollado otra, el Epostane, que actúa en forma similar. Pero mientras la fórmula francesa bloquea la acción de la progesterona, la americana impide a los ovarios producirla.
Lo cierto es que la píldora abortiva debe ser utilizada durante las primeras siete semanas de gestación. En el caso de la RU 486, se hace una primera toma y, entre las 36 a 48 horas siguientes, se aplica la prostaglandina, ya sea por inyección intramuscular o en óvulo intravaginal. La expulsión del óvulo es certificada por medio de una ecografía.
Hasta el momento no se ha encontrado efectos secundarios indeseables, pero existen indicios de que la droga puede producir malformaciones en un feto que sobreviva. Al respecto se sospecha ya de un caso en Francia.
Si bien es cierto que el aborto medicado evita a las mujeres los peligros de la anestesia y la cirugía, la nueva droga presenta también el riesgo de producir intensas y prolongadas hemorragias.
Esto acentúa desde luego el peligro de una comercialización indiscriminada. Las campañas de información que se realizan ahora en Francia, advierten que esta droga no puede ser utilizada como anticonceptivo y que no se trata tampoco de un producto similar a la llamada "píldora del día siguiente", que se toma en las 48 horas que siguen al acto sexual como medida preventiva excepcional.
La RU 486 no es, como se definió en los comienzos de la investigación, un producto que esté a mitad de camino entre el anticonceptivo y el aborto. No es una droga que se utilice con base en una hipótesis, sino en el caso específico de un embarazo confirmado, con el propósito de interrumpirlo. Su importancia científica radica exclusivamente en aminorar los riesgos y traumatismos (físico, al menos) del aborto.
Dentro de las críticas surgidas con su comercialización se la ha considerado como un paso hacia el "aborto a domicilio". Para evitarlo, el gobierno francés ha tomado estrictas medidas y la distribución de la droga ha sido sometida a una severa reglamentación. Por ejemplo, se ha prohibido la venta en las farmacias y sólo podrán administrarla los centros de planificación familiar. Así mismo, únicamente podrán prescribirla los médicos adscritos a clínicas y hospitales del Ministerio de la Salud, y su costo se ha mantenido sólo un poco menor que el de un procedimiento quirúrgico (US$130). Así que si bien las francesas hoy pueden elegir entre un aborto quirúrgico y uno medicado, en el segundo caso también deben acudir a un centro hospitalario, lo cual garantiza que tomarán la droga bajo estricto control y seguimiento médico .
Francia y China han sido los primeros en dar luz verde a la píldora abortiva. Otros paises donde el aborto está legalizado -como Holanda, Suecia y Gran Bretaña- se han mostrado interesados en introducirla. Por su parte, los fabricantes ya han firmado un acuerdo con la Organización Mundial de la Salud para su distribución a bajo costo en los países del Tercer Mundo. Como quien dice, a onda explosiva que producirá la píldora abortiva nos llegará sin haber ganado aún la batalla del condón.