SIN REMEDIO

Aunque para la artritis no existe cura, la risa y la pereza son aconsejadas por especialistas de todo el mundo

10 de marzo de 1986

Cada cuatro años se reúnen en distintos sitios del mundo más de tres mil médicos y especialistas de 67 países con el propósito de participar en el Congreso Internacional de Reumatología, preocupados por aliviar a la humanidad de uno de sus peores flagelos: los insoportables dolores causados por la artritis.
Esta enfermedad, relacionada equivocadamente con la vejez, puede presentarse en más de un centenar de variedades y durante el más reciente Congreso, celebrado en Sydney, Australia, algunos de los participantes aceptaron divulgar consejos y advertencias que si no curan la artritis al menos la alivian y en algunos casos pueden prevenirla, abriendo un compás de esperanza.
Especialistas australianos recomendaron que los pacientes deben permanecer sentados la mayor parte del tiempo ya que así se alivia la presión de su propio peso sobre sus rodillas y tobillos, reduciendo el dolor. Según ellos hay que tomar cortos períodos de descanso durante el día en lugar de un receso prolongado y mientras se busca el relajamiento físico también se debe procurar el sicológico. Hay que centrar la mente en situaciones relajantes para que ese descanso sea efectivo.
Los australianos tienen una recomendación práctica: analizar detenidamente el trabajo que se debe realizar con el fin de eliminar los pasos innecesarios y conservar así la mayor energía posible. Para las personas que sufren dolores en las manos y tienen dificultad para abrir ciertos envases, se recomienda verter su contenido en otros recipientes ya usados y manuables.
Una especialista canadiense, Carolyn Thomas, tiene consejos sencillos: reduzca los trabajos innecesarios; en lugar de cocinar todos los días, haga grandes cantidades de alimentos que se puedan congelar y utilizar después, como salsa de carne al por mayor que se utilizará en distintos platos; quítese la idea (le dice a las señoras), de que la casa tiene que ser encerada y brillada y aspirada todos los días o que esta labor tiene que hacerse en un solo día, hágalo por secciones y verá que se cansa menos y la artritis también molesta menos. Lo mismo recomienda para el lavado de la ropa, el que puede adelantarse en pequeñas cantidades.
Los médicos neozelandeses tienen humor para combatir los dolores de la artritis: "Déjese tentar por la pereza, pregúntese antes de hacer algo: '¿Esto tiene que hacerse, es realmente indispensable que se haga?'. Si usted mismo se responde que no, entonces no lo haga. Si tiene capacidad económica no arregle la ropa en la casa, envíela fuera, y si tiene que hacerlo procure adquirir ropa que no necesite planchado. Hay que ser eficiente, coloque las cosas que necesite a diario en sitios fáciles, accesibles que siempre sean los mismos y colóquelos a una altura que no demande mayor esfuerzo. Poco a poco vaya seleccionando las cosas que usa a diario y las que no, guárdelas para no caer en la tentación de limpiarlas. Cuando cocine no trate de alzar ollas con líquidos o alimentos calientes, pida que alguien ayude en esa operación".
La artritis, para los ingleses, se puede combatir con algo simple: distrayéndose. Mientras más ocupada esté la mente, menos dolor se sentirá y en lugar de quedarse sentado sin hacer algo, hay que buscar un libro o mirar la televisión, además de practicar frecuentes masajes en las zonas artríticas con una crema analgésica como la Ben-Gay, aunque cada modalidad de dolencia acepta o rechaza las diferentes cremas y pomadas.
Los consejos de los médicos italianos son dramáticos:
--No acuda a los tranquilizantes ni al alcohol porque no resolverán el problema y sólo ayudarán a aumentarlo. En cambio, busque la forma de divertirse con más frecuencia porque una carcajada oportuna combate cualquier dolor artrítico.
Curiosamente los consejos de los franceses tienen que ver con la ropa que usan los artríticos y la que en ocasiones se convierte en un problema:
-Cuando compre vestidos nuevos, especialmente las mujeres, prefiera los que tengan zíperes y no botones o broches. Si tiene amigos sastres entonces colóquele a sus blusas, pantalones y faldas esos adhesivos "velcro" que permiten abrir y cerrar las prendas en cuestión de segundos usando apenas las uñas y los dedos, sin mayor esfuerzo. Si los cinturones le dan trabajo entonces lleve ropa con elásticos. Hay que evitar la ropa demasiado ceñida porque retarda la circulación y aumenta los dolores de la artritis.
Los médicos surafricanos demuestran sentido práctico y recomiendan en la casa o la oficina, usar delantales fuertemente elaborados y con grandes bolsillos en los que pueden colocarse objetos que se necesitarán durante el día, con el fin de ahorrarse movimientos innecesarios.
Para los japoneses el remedio de la artritis se encuentra en el agua caliente, en prolongados baños con inmersión del cuerpo entero durante veinte minutos una o dos veces al día, especialmente en la mañana con el fin de aliviar los dolores producidos durante el sueño.
Después de esos baños, lo ideal es colocarse toallas calientes sobre las zonas afectadas durante veinte minutos y con eso, se activa la circulación y el dolor cesa. Los japoneses también recomiendan ejercicios moderados, como nadar y caminar. Para los pacientes con artritis ósea, montar en bicicleta es lo mejor. Otras sugerencias: una dieta balanceada y rica en alimentos con vitamina A (espinacas, zanahoras, tomates, lechuga y brócoli), hierro y calcio.
Y finalmente los médicos soviéticos, quienes recomiendan:
--Respirar profundamente durante un minuto, cada hora;
--Subir y bajar las escaleras en la forma más rápida posible, durante dos minutos y tres veces al día;
--Usar muebles duros, evitar los cojines blandos y perezosos, y buscar siempre las superficies compactas.
¿Hasta donde son efectivos estos remedios y consejos? Los médicos dicen que han ensayado con sus pacientes y que si no curan la artritis al menos la alivian y con eso consideran que logran un enorme aporte. Por supuesto la mejoría no vendrá enseguida. Hay que tener paciencia y seguir los consejos, tomándolo todo con calma. Y un consejo más: no desanimarse porque de todos modos, haciendo algunos de estos ejercicios, el paciente se puede entretener un poco. De eso se trata: de que la mente no piense en el dolor.-