descanso

Sueño liviano

Dos estudios recientes encontraron que dormir bien es importante para regular el apetito y evitar aumentar de peso.

12 de diciembre de 2004

Nadie sospecharía que durante la noche, cuando la persona está acostada durmiendo y en la máxima expresión de su sedentarismo, pueda al mismo tiempo estar adelgazando. Pero dos estudios acaban de mostrar que dormir bien -por lo menos durante ocho horas- es indispensable para no ganar peso. Pasar la noche en vela o dormir poco incrementa los niveles de una hormona involucrada con la sensación de hambre y disminuye la presencia de otra que produce la sensación de llenura.

Aunque la principal causa de la gordura de las personas es el exceso de comida y la falta de ejercicio, los expertos creen que privarse de horas de sueño podría generar un desequilibro entre estas dos hormonas, lo que provocaría ese apetito voraz reportado por los trabajadores nocturnos, los estudiantes que pasan 'derecho' y los nuevos padres que no pueden pegar el ojo con el llanto de un recién nacido.

Esto se debe a que no dormir activa una parte del hipotálamo, la región del cerebro que regula el apetito y donde residen dos hormonas relacionadas con la ingesta de comida: ghrelin, la estimulante, y leptina, la de la saciedad, algo así como el acelerador y el freno del apetito o, como se les ha llamado, el ying y el yang del hambre. Cuando los niveles de ghrelin se suben, el apetito es desaforado. Cuando se aumenta la leptina, la gente tiene la sensación de llenura que le impide comer.

Evevan Cauter, de la facultad de medicina de la Universidad de Chicago, realizó uno de los dos estudios y lo publicó en

Annals of Internal Medicine. La científica ha dedicado los últimos 25 años de su trabajo a entender las hormonas que se afectan con los trastornos de sueño y ve con preocupación que muchas personas en el mundo hoy no duermen las ocho horas recomendadas. Probablemente, dice ella, un elemento más en el rompecabezas de la epidemia de obesidad es la falta de sueño pues de esta forma es más difícil controlar el apetito.

El otro estudio, realizado por expertos de la Universidad de Wisconsin y Stanford, encontró que la gente que duerme apenas cinco horas tiene casi 15 por ciento más alto su nivel de ghrelin y más bajo el de leptina, si se los compara con quienes lo hacen durante ocho horas. Además constataron que quienes duermen menos de siete horas y 42 minutos tienen un índice de masa corporal más alto. Así mismo, las personas que sólo duermen entre dos y cuatro horas en la noche tienen un riesgo mayor de ser obesas que aquellas que duermen entre siete y nueve horas.

Los investigadores esperan que estos hallazgos se tengan en cuenta en los tratamientos para adelgazar, pues dormir bien podría ser una herramienta indispensable para controlar el apetito y bajar los kilos de más.