investigación

Tinto doble

¿Qué hacer con el café cuando los estudios muestran resultados inconclusos sobre sus beneficios?

16 de septiembre de 2006

Los fanáticos del café viven en un eterno dilema: ¿será que es bueno o malo para el corazón? Al esposo de Juanita se lo prohibieron. ¿Lo debo dejar yo también? Los estudios no ayudan pues en lugar de aclarar arrojan resultados contradictorios. Mientras unos hablan de las bondades del café, no sólo para el corazón sino también para la diabetes y la cirrosis, otros sugieren que dos tazas de esta bebida podrían disminuir el flujo de sangre al corazón, sobre todo en aquellos que hacen ejercicio en ciudades de gran altitud, como Bogotá. Otro trabajo, publicado en Jama recientemente, mostró que el consumo de dos o tres tazas al día coincidía con 36 por ciento de riesgo de ataques al corazón en casi la mitad de tomadores de café, quienes tenían una variación normal de un gen conocido como CYP1A2. Si tomaban más de tres tazas, el riesgo aumentaba al 64 por ciento.

¿Qué hacer ante tanta información? La cardióloga Bernadine Healy escribió en la revista U.S News and World Report que lo principal es saber leer la información. El estudio de Jama mostraba que en otro grupo, que metabolizaba rápidamente la cafeína, hubo mucho menos infartos que entre quienes tomaban muy poco o nada, lo que sugiere que el café también tiene un efecto protector. En otras palabras, todo depende de la persona. "No es una sorpresa que cada individuo reaccione diferente al café",dice la experta.

Alfonso Muñoz, cardiólogo de la fundación Cardio Infantil, no retira esta bebida de la dieta de sus pacientes, salvo en casos de arritmias frecuentes. Gracias a las investigaciones, "al café se le ha quitado el rótulo de maligno", dice. La dosis que recomienda es tres tazas al día.

A pesar de lo anterior no alienta a nadie a que adquiera el hábito si no lo tiene pues una cosa es que sea inofensivo y otra, que sea protector. En este último aspecto considera que existen otros alimentos, como las frutas y verduras, que podrían hacer mejor ese trabajo.

No se conoce bien cuál es el elemento clave del café, pero se sabe que no es la cafeína, pues los efectos benéficos se observan tanto con el descafeinado como con el estándar. Los expertos creen más bien que se debe a sus antioxidantes, los cuales ayudan a controlar el daño celular. Otras hipótesis señalan al ácido clorogénico, que en experimentos en animales mostró reducir las concentraciones de azúcar de la sangre.

En resumen, la doctora Healy recomienda informarse más y escuchar al cuerpo pues no se debe evaluar sólo el café sino el metabolismo de cada quien. También es importante hablar con el médico especialista y consultarle estos temas. Para Rob Van Dam, autor de uno de los estudios, el mensaje es que quienes lo disfrutan y no tienen una enfermedad específica de riesgo lo sigan tomando. "Es bueno que sepan que no deben estar preocupados por efectos secundarios negativos". ¿Otra taza?