TRAS LA PISTA

La clave del enigma sobre el mal de Parkinson podría no estar en el cerebro sino en el hígado.

31 de diciembre de 1990

Pocos males del mundo moderno encierran tantos misterios como la enfermedad de Parkinson. Durante más de un siglo, los científicos han tratado de explicarse cuál es la causa del temible mal, que se caracteriza por los temblores y la parálisis gradual. Ahora, nuevos estudios parecen haber encontrado una luz al final del túnel. En este momento, las investigaciones se centran no tanto en el cerebro sino en el hígado.
En un estudio reciente, un grupo de investigadores ingleses ha encontrado que las personas afectadas por la enfermedad presentan deficiencias en las enzimas del hígado, que normalmente sirven para desintoxicar el organismo de químicos nocivos. Ellos sospechan que la concentración resultante de agentes neurotóxicos puede formar el escenario para el desarrollo de varias enfermedades cerebrales.
El hallazgo despeja un largo e infructuoso camino. Hasta hace sólo una década no existfa ninguna pista. Ni el estrés, ni las infecciones, ni la herencia, ni la edad parecían contar en el hecho de que algunas personas desarrollen ese temible mal. En 1982, la insólita y súbita aparición de la enfermedad en un grupo de drogadictos jóvenes, dio el primer indicio de una relación con agentes tóxicos. Entonces, un químico llamado MPTP que había contaminado una remesa de heroína sintética, dio una clave acerca de que la exposición a un químico podría causar el Parkinson.
Posteriores estudios han relacionado la enfermedad con los químicos utilizados de la agricultura. En el momento, la hipótesis que prevalece es que la enfermedad es desencadenada por tóxinas ambientales. El reto que queda, es predecir, quiénes, entre los expuestos, realmente desarrollarán la enfermedad. Y ya se empieza a vislumbrar algunas pistas.
Aunque los estudios aún no son concluyentes, los científicos sospechan que existen varios importantes factores de riesgo:

* La enfermedad es más prevalente en los países industrializados.

* Los agricultores y trabajadores que manipulan plaguicidas a menudo presentan más altas tasas que otros.

* El agua contaminada con químicos en las áreas rurales representa un aumento del riesgo.

* Una deficiencia enzimática del hígado puede bajar la resistencia a los agentes tóxicos.

La relación de la enfermedad con la exposición química ha sido señalada por una docena de estudios publicados en los últimos cinco años. En 1989, una encuesta realizada en Hong Kong, encontró que las posibilidades de contraer el Parkinson era cinco veces más alta entre gente que trabajaba en agricultura. Y este año, estudios separados han encontrado que el riesgo se septuplica entre gente que trabajaba directamente con plaguicidas.
El enigma que queda es porqué algunas personas reaccionan tan malignamente a las tóxinas ambientales mientras otros escapan a sus efectos.
La hipótesis de una deficiencia enzimática podría ser una razón. Otros investigadores sugieren que la explicación podría radicar en un defecto celular. Los científicos que han analizado las células de pacientes afectados han encontrado un defecto en la mitocondria, un mecanismo por el cual las células se protegen y nutren a sí mismas.
(El MPTP, químico conocido como causante del Parkinson, mata las células cerebrales dañando su mitocondria). Esta deficiencia heredada o adquirida podría tener importantes implicaciones. Si las neuronas de una persona carecen de este mecanismo, la mínima exposición a un tóxico en el medio ambiente podría ser devastadora.
Cómo eliminar los químicos del medio ambiente es una solución improbable, ya que puede haber cientos o miles de culpables, los investigadores se han centrado en la posibilidad de identificar a las personas que son susceptibles, antes de que desarrollen la enfermedad. Y en este sentido hay voces optimistas.
Muchos piensan que, en un futuro cercano, un simple examen de sangre servirá para detectar a la gente que carece de estas enzimas. Conociendo los riesgos, una identificación temprana de las víctimas potenciales podría evitar el mal. Futuros tratamientos con drogas, podrian prevenir la condición completamente, corrigiendo el defecto metabólico subyacente. Si las investigaciones siguen por el camino que van. la ansiada cura del mal de Parkinson podría incluso ser innecesaria.