UN ARMA DE DOBLE FILO

Los aditivos alimenticios, en exceso, pueden entrañar riesgos para la salud.

25 de febrero de 1991

Si algo ha cambiado con los afanes de la vida moderna es la alimentación. Hoy en día, la mayoría de los productos que se consumen contienen ciertos ingredientes, que sirven para preservarlos o hacerlos más llamativos al gusto o a los ojos de los consumidores. Son los aditivos alimenticios. Sustancias naturales y artificiales, que gozan de mala fama entre los defensores de la vida sana. Sin embargo, pocas personas conocen realmente en qué consisten.
Estos ingredientes, que deben aparecer en las etiquetas de los productos procesados, son adicionados a los alimentos en el momento de su elaboración industrial para mantenerlos libres de bacterias y de microorganismos. Sin embargo, estas sustancias que protegen los alimentos de la descomposición, pueden también tener efectos nocivos sobre el organismo humano, si se consumen en exceso. Los riesgos de su consumo indiscriminado pueden ir desde la aparición de una inofensiva y esporádica alergia hasta trastornos intestinales, jaquecas o incluso mutaciones en los cromosomas y la formación de un tumor canceroso. Según la nutricionista Yolanda Niño, Jefa del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad Nacional, los efectos negativos son de diversa índole, pero por lo general su manifestación es lenta y pasa inadvertida.