Con servicios de banda ancha, conectarse a Internet es más que simplemente revisar el correo

Banda ancha

Colombia se pone al día

Álvaro Montes
8 de diciembre de 2006

El operador de televisión por cable TV Cable, de Bogotá, dio el gran golpe con la introducción por primera vez en el país del tan anhelado servicio triple play, es decir, televisión, Internet y teléfono por un mismo canal y una sola factura. Es lo de moda en otros rincones más afortunados del planeta, y se esperaba una oferta así desde hace tiempo en Colombia. Convertido en operador de telefonía local, TV Cable dispone del servicio de telefonía sobre protocolo IP, al cual bautizó 'Libre', aludiendo a que la telefonía tradicional ata al usuario a un cable y una pared. Con la telefonía IP las cosas son diferentes. Los usuarios hablarán a través de los aparatos telefónicos corrientes -conectados a un modem, más popularmente conocido como voipiador-, pero pueden también instalar un programa -conocido como softphone- en sus computadores portátiles y convertir el PC en un teléfono móvil. Las ventajas son indiscutibles: si el usuario se encuentra, por ejemplo, en Buenos Aires o en Miami, puede llamar a cualquier número telefónico fijo en Bogotá sin pagar un solo peso. Para las redes IP no importa en dónde se originan las llamadas, sino a dónde van. Y puede llamar a su propia casa y hablar por horas con su suegra sin que le cueste más. Si alguien lo llama y usted se encuentra en el exterior, el que llama pagará el costo de una llamada local en Bogotá.

La telefonía digital, además, ofrece ventajas como la personalización máxima del teléfono: puede bloquear ciertos números y desviar las llamadas a otro teléfono; pero quizá la ventaja más interesante es la mensajería unificada, un lujo del sector corporativo que ahora puede disfrutar la gente en sus casas; si usted no contesta, los mensajes de voz, así como los faxes que reciba, serán enviados a su correo electrónico personal.

La telefonía IP existe en Colombia desde hace un par de años. Orbitel (el creador del término 'voipeador') y la Empresa de Teléfonos de Bogotá, ofrecen el servicio para llamadas de larga distancia, que resultan más económicas que por la línea tradicional de cobre. Buena parte de las empresas medianas y grandes se está mudando a la telefonía IP, pero los hogares todavía se resisten.

Y esa resistencia se refleja en la escasa penetración de la banda ancha en el país, superior apenas al 2 por ciento de la población. Hasta hace poco se trataba del problema del huevo y la gallina, pues los operadores no ofrecían servicios de banda ancha porque no había demanda, y viceversa. En seis meses, el país ha visto una interesante explosión de servicios de banda ancha de última generación, que podrían romper el círculo vicioso. Orbitel implementó redes WiMax (la última coca-cola del desierto en materia de acceso inalámbrico a Internet) en Cali y en Bogotá, y pronto seguirán otras ciudades. Por suscribirse a los servicios de banda ancha bajo tecnología DSL, Telecom y ETB prometen iPods y otros artilugios, y ya se realizó en Medellín el primer experimento piloto de Iptv, es decir, televisión transmitida por el protocolo IP (Internet). Varios operadores (Une y Telefónica Telecom, entre ellos) brindarán este servicio en breve, que compite con los operadores de cable, pues es televisión para ver en los televisores, no en los computadores. La televisión para ver en los computadores también está aterrizando en el país y en breve será lanzado el servicio de JumpTV, que ofrece canales de televisión como Caracol o CityTV desde una página web. Y finalmente, los operadores de telefonía celular analizan por estos días si el mercado está listo para redes de tercera generación (3G), que permiten acceso en banda ancha a Internet desde los teléfonos móviles. Recientemente, la compañía Ericsson realizó demostraciones en Cartagena sobre la viabilidad de estos servicios; durante un desplazamiento en vehículo se pudo disfrutar la descarga de pesados archivos de video y la navegación web sobre una red 3G, con velocidades superiores a las que ofrecen las empresas de cable y DSL.

Así que oferta hay, y no poca. Sólo falta que los colombianos se animen a conectarse a las modernas redes IP, que sirven para mucho más que simplemente revisar el correo electrónico.