¿COMPETENCIA PARA OFFICE?

Lotus y Word Perfect esperan acabar con el monopolio de Microsoft en las aplicaciones para oficina.

12 de mayo de 1997

Para nadie es un secreto el dominio que en los años recientes ha ejercido Microsoft en el mercado de las aplicaciones para oficina. Son varios los factores que han contribuido a la consolidación del imperio de Bill Gates en la industria del software. Y de ellos hay dos particularmente importantes.
Primero, es innegable el tino con el que Microsoft ha introducido sus productos al mercado, aprovechando las ventajas que le da la competencia. Segundo, el equipo de Bill Gates ha sabido satisfacer las necesidades de los clientes, creando una interdependencia con los usuarios.
Si bien es cierto que Microsoft tuvo a su favor el hecho de haber desarrollado Windows -la plataforma sobre la que corren muchas de sus aplicaciones-, también lo es que después del lanzamiento del programa nadie como la propia Microsoft vio su potencial ni se dedicó a desarrollar aplicaciones que aprovecharan el beneficio que la nueva plataforma ofrecía.
Bill Gates y su gente, en cambio, le apostaron a su nuevo sistema operativo y enfilaron baterías hacia la creación o actualización de programas basados en Windows. Y lo hicieron con tal empeño que Windows se convirtió en un estándar de la industria, arrastrando consigo muchas aplicaciones y dejando de lado los complicados comandos requeridos para ejecutar aplicaciones en el anticuado DOS, también perteneciente a Microsoft.
Cuando la competencia de Microsoft entendió la importancia de la estrategia trazada en Seattle ya era demasiado tarde y la ventaja de Microsoft era muy difícil de remontar. Para entonces Microsoft ya tenía en el mercado un paquete de aplicaciones para oficina que desplazaban a otras tan importantes hasta entonces como el procesador de textos Word Perfect o la hoja de cálculo Lotus. En un solo conjunto de productos, bautizado como Office, Microsoft ofreció un procesador de textos de alto desempeño y una productiva hoja de cálculo que aprovechaban las ventajas del ambiente gráfico de Windows.
Por eso, con el correr de los años todo lo que Microsoft ha tenido que hacer es actualizar sus versiones de Office -que aparte de su procesador de textos y su hoja de cálculo incluye un organizadory un programa para presentaciones- mientras que la competencia -Lotus y Word Perfect_ han tenido que integrar sus aplicaciones propias con aplicaciones adquiridas a terceras casas para ofrecer paquetes semejantes, conocidos como suites.
El resultado de estas maniobras es la oferta actual de dos suites distintas de Office 97 que ofrecen aplicaciones muy similares y con las cuales sus fabricantes aspiran a arrebatarle un trozo del pastel a Microsoft. Se trata de Lotus Smart Suite 97 y Corel Word Perfect 7, que desarrollan diversas tácticas de mercadeo en Colombia para buscar el favor de los usuarios.
Microsoft está confiada por su posición en el mercado. Y lo cierto es que si Lotus y Word Perfect quieren recuperar el brillo de hace unos años, y de paso acabar con el monopolio de Bill Gates, tienen una difícil misión por delante. Por lo pronto tendrán que demostrar con sus productos que pueden moverle el piso a Microsoft.