Hacer dinero con Linux

Además de sus nobles ideales y su imbatible precio, ¿puede Linux ser una fuente de negocios?

Álvaro Montes
12 de febrero de 2006

Acerca de si Linux, además de sus nobles ideales y su probada calidad, podría ser una fuente de riqueza, se ha especulado bastante. Para algunos, en el extremo más radical del debate, no es posible hacer negocios con Linux ni con ninguna aplicación de código abierto porque perderían su condición de "software libre", es decir, creación intelectual en manos de toda la sociedad. Otros, más prácticos, han empezado a hacer negocios en grande con el sistema operativo del pingüino. La clave está en la consultoría y el soporte, dado que las licencias son gratuitas. En una entrevista que el colega venezolano Froilán Fernández hizo al presidente de Novell, Jack Mesmann, éste aseguró que su compañía -que es una vieja fabricante de software- ha vivido durante mucho tiempo tan solo de los ingresos por consultoría y soporte. Su producto estrella por años, el sistema operativo Netware, dejó de generar facturación desde el ascenso de Windows en el mercado, y Novell aprendió a vivir de las actualizaciones y la asistencia a los clientes. Quizás esto le animó a adquirir el año pasado una de las distribuciones más populares de Linux, la alemana SuSe, con la que intentan repetir - y mejorar - la formula de cosechar utilidades sin vender licencias. Hay numerosos casos ejemplares que pueden citarse, sobre empresas de código abierto cuya caja registradora suena bastante. Desarrollan aplicaciones Open Source para el sector corporativo y cobran por la implementación, el soporte, los parches de seguridad y las actualizaciones. Y les va bien. De hecho hay una "guía" sobre cómo hacer dinero con Linux, publicada recientemente. Se recomienda el enfoque en servicios y el aprovechamiento de los grandes repositorios de código existentes en fuentes como Freshmeat o Sourceforge. Los vendedores de hardware también pueden aprovechar el software libre para reducir los precios finales al consumidor Hay quienes son menos optimistas. La compañía Macromedia, fabricante de laureados programas para desarrollo de aplicaciones multimedia y web (Director, Dreamweaver, Flash, entre otros) descartó producir versiones para Linux de sus afamados productos después de un estudio de mercado en el que encontraron que los usuarios de este sistema operativo no desean pagar un centavo por programa alguno; los "linuxeros" lo quieren todo gratis. Y así llegamos a la fuente de una de las más notables desventajas de Linux frente a Windows: su menor número de aplicaciones disponibles. No existe todavía en el ambiente Linux una plataforma para desarrollo web que se acerque siquiera a Dreamweaver o a cualquier otro de los productos Macromedia que causan furor en entornos Windows y Mac. Los diseñadores y artistas gráficos que han probado GIMP -el editor de imágenes más popular del mundo Open Source, echan de menos la sofisticada madurez de los productos de la compañía Adobe, y aún de Corel, los reyes de la imagen en Windows y Mac. En el mundo corporativo es un tanto diferente. Los grandes fabricantes hacen corres sus productos sobre todas las plataformas. SAP, por ejemplo, se instala sobre Windows, Linux, Unix o el sistema operativo que se quiera. El gerente de SAP para el área andina y el Caribe, Iñaki Domaica, me dijo hace poco que a ellos Linux ni les va ni les viene, al menos por ahora. "No hay ningún impacto en nuestros números por el momento", dijo, pero está seguro que en el mundo empresarial no es posible reemplazar todas las aplicaciones propietarias por aplicaciones Open Source debido al peso del concepto de "misión crítica". Pocos querrán arriesgarse a apostar por software gratuito cuyo soporte del fabricante es frágil o a veces inexistente, especialmente en tareas trascendentales para el negocio. Eso podría cambiar cuando el soporte esté a cargo ya no de una comunidad acéfala de desarrolladores voluntarios en todo el mundo sino de una compañía respetada en la industria informática. Y a eso parece apostarle justamente IBM, que ha invertido más de dos billones de dólares en el fomento de Linux y otros proyectos de software libre y ha cedido numerosas patentes y propiedad intelectual para que sea utilizada en las mejoras que día a día se incorporan en el desarrollo del sistema operativo que un día creara, casi como un juego sin pretensiones trascendentales, el célebre Linus Torvals. Si alguien encuentra la respuesta a la solemne pregunta sobre cómo hacer dinero con Linux, habrá descubierto la puerta de entrada a un mundo completamente.