LA DELANTERA ROJA

Con el reciente lanzamiento hacia Marte de dos naves de exploración, los soviéticos se ponen a la vanguardia de la carrera espacial.

22 de agosto de 1988

Estos son días de borrón y cuenta nueva en la carrera espacial. Mientras los norteamericanos se aprestan a lanzar un vuelo de prueba con un renovado trasbordador, que les permita olvidarse del desastre del Challenger en 1986, los soviéticos lanzaron, hace apenas unos días, un par de vehículos no tripulados en dirección a Marte, con los que aspiran a resarcirse de los fracasos que sufrieron la última vez que pusieron sus ojos en el planeta rojo, en 1974.
No se trata solamente de un paso más de los soviéticos hacia la delantera en la exploración del espacio, sino además de un hito histórico de singular trascendencia. Por primera vez, una misión soviética de gran envergadura ha contado con la colaboración, no sólo de científicos de países del bloque socialista, sino también de Europa occidental, y hasta de los Estados Unidos, aunque de modo extraoficial .
En cualquier caso,la misión soviética constituirá el renacimiento del interés de los terrestres por el planeta Marte, al que habían abandonado desde que la sonda norteamericana Viking descendía allí, en 1976. Si los soviéticos tienen éxito, sus naves pasarán dos años orbitando alrededor del planeta y transmitiendo información importante sobre su superficie y su tenue atmósfera. Pero el objetivo primordial será Fobos, una de las dos Lunas del planeta que, con su diámetro de 22 kilómetros y su extraña forma, parecida a una papa, está llena de misterios por resolver.
La parte culminante de la misión tendrá lugar cuando las naves, "volando" a menos de tres kilómetros de la superficie de Fobos, barran la Luna con su radar para determinar su estructura y la textura de su suelo, y la bombardeen con rayos láser para analizar su composición química. Al llegar a su aproximación máxima, a escasos 50 metros del objetivo, cada nave lanzará un vehículo de descenso, equipados con cámaras fotográficas y aparatos de medición que darán una idea concreta sobre el origen y la estructura de Fobos.
Pero la parte más pintoresca estará a cargo de una pequeña bola metálica, que una de las naves lanzará también sobre la superficie de Fobos. El aparato, cargado de instrumentos de medición, esta equipado con unos brazos resortados, que le permitirán dar unos cuantos saltos que, con la escasa gravedad de Fobos, le permitirán cubrir con poco esfuerzo casi toda su superficie. Tal vez esta fase de la misión es la que ha despertado los comentarios más entusiastas. El doctor Larry Espósito, uno de los norteamericanos que participaron en el proyecto, expresó en una entrevista con el New York Times que "la misión a Fobos es una aproximación muy seria y avanzada; los rusos están acercándose a la perfección en el uso de aparatos no tripulados y en la aplicación de rayos láser y de partículas para el estudio de la superficie de los cuerpos del sistema solar".
Aleksandr Zakharov, un físico que trabaja en el Instituto de Investigacion Espacial de Moscú, dijo que la nueva misión "refleja un cambio en el énfasis principal del programa planetario de la Unión Soviética". Luego de años de concentrarse en Venus, los científicos rusos le han dado a marte la prioridad y han planeado un amplio programa de vuelos exploratorios hasta la próxima década. Luego de un descenso no tripulado en 1992 y de otra misión orbital, lo siguiente podría ser un vuelo con astronautas a bordo, en una misión que, tal como los rusos han venido insistiendo, debería hacerse conjuntamente con los Estados Unidos y otros países. Sobre la razón para ir a un planeta como Marte, Zakharov escribió para Sky and Telescope, una revista norteamericana: "La evolución de su superficie y la de clima son extraordinarias; tenemos pruebas de que en el pasado, Marte tuvo una atmósfera mucho más densa, un clima más suave y cuerpos de agua en la superficie.Aún existe la posibilidad de que subsistan, o al menos hayan existido, algunas formas de vida en Marte y esa sola posibilidad justifica un viaje".
Varios factores contribuyeron, según observadores norteamericanos
para que los soviéticos escogieran a Fobos como su objetivo primario en Marte. En primer lugar, dicen que antes que nada debían recuperar su confianza en los aparatos no tripulados, luego de sus fracasos de 1974, pero además, el objetivo no debía duplicar los resultados obtenidos por los estadounidenses con sus sondas.
Por ello escogieron a Fobos, que tiene características únicas. Tanto este cuerpo, como su compañero Deimos, parecen ser compañías extrañas para Marte. Según parece, ni el tamaño de Marte ni la forma de sus lunas, sugieren que éstas se hayan producido por separación del planeta madre, como es el caso de la Tierra y la Luna. Fobos orbita a una distancia de 3.500 kilómetros, contra 35 mil que separan a la Luna de la Tierra. Pero la forma, totalmente irregular, y el hecho de que se acerca lentamente a, Marte, dan a entender que se trata de un asteroide gigante, atrapado por la gravedad de Marte en su viajé intergaláctico. Si eso es cierto, los aparatos soviéticos estarían en el trance sin precedentes, de examinar de primera mano un objeto proveniente de los confines del universo y, por lo tanto, la misión podría revelar muchos misterios hasta ahora inimaginados.
Pero aún con semejantes perspectivas científicas, que abren campos de investigación novedosos, la mezquindad humana no deja de proyectar su sombra:ya se han levantado voces de desconfianza en Estados Unidos contra quienes han colaborado en la misión, sobre la base de que los rayos láser que se usarán son, en realidad, ensayos de armas espaciales de gran poder. Aunque esto ha sido ridiculizado por los rusos, indica hasta qué punto el espectro de la guerra acompaña al ser humano, aún en los confines del sistema solar.