PARA FUMAR SIN FUMAR

Cigarrillos sin humo, el último invento de los productores norteamericanos

19 de octubre de 1987

EL círculo parece cerrarse alrededor de los fumadores. Las campañas mundiales contra el hábito han hecho que el consumo de cigarrillos haya bajado ostensiblemente. En los Estados Unidos, por ejemplo, de 640 mil millones de "puchos" consumidos en 1981, se ha bajaDo a 560 mil millones, mientras diez estados y al menos 300 municipios han adoptado medidas que relegan al fumador a una especie de paria social. En Colombia, las medidas han sido menos draconianas pero, por ejemplo, hace tiempo que desaparecieron los anuncios de cigarrillos en la televisión.
La semana pasada, mientras coincidencialmente la Liga Colombiana Contra el Cáncer anunciaba la celebración del Día de No Fumar, prevista para el 8 de octubre, el mayor productor de cigarrillos de Estados Unidos, R.J. Reynolds Tobacco Co., presentó en Nueva York a los medios de comunicación el desarrollo de su último invento, destinado, sobre todo, a aplacar la ira de los "fumadores pasivos", que son todas aquellas personas que no fuman, pero que sufren los efectos del humo de sus vecinos, grupo que, por otra parte, se ha convertido en el enemigo más recalcitrante del cigarrillo en los Estados Unidos.
Los voceros de Reynolds aseguraron que el nuevo diseño se comercializará en 1988, aunque no especificaron el precio. Al contrario de los cigarrillos convencionales, el extremo que se enciende, que no quema sino que "calienta" el tabaco, no deja residuos de cenizas y el poco humo que produce al comienzo, es casi imperceptible. Además, afirmaron que el humo exhalado por el fumador será tan tenue que se podrá disipar inmediatamente. "Pensamos que este será el cigarrillo más limpio del mundo", dijo Edward Horrigan Jr., gerente de Reynolds, "creemos que será bien recibido por aquellos que rechazan el humo del tabaco".
Sin embargo, la meta de la compañía no es, como es de suponerse, solamente agradar a los que no fuman, sino a los fumadores. Pero en esto las críticas ya han aparecido, ante el temor de que la publicidad del nueva producto produzca la sensación de que se trata de un cigarrillo que no produce cáncer. Anticipándose a ellas, Horrigan dijo que "no afirmamos que se trate de un cigarrillo seguro o más seguro que los demás. Lo que decimos es que muchos de los argumentos sobre la quema del tabaco y los compuestos resultantes de esa quema se reducen ampliamente". En otra parte de su intervención, el ejecutivo había dicho que los compuestos tóxicos que el fumador aspira con el humo se reducirían en un 90%.
Pero el público norteamericano no parece tragar entero. Mark A. Pertschuk, director ejecutivo del grupo de presión más grande del país contra el cigarrillo, "Americanos por los derechos de los no fumadores" dijo: "He óído sobre el proyecto de la Reynolds, pero a mí me parece una forma superficial de solucionar los problemas. Para nosotros, el enemigo es el humo en el ambiente, y si un fumador quiere prender un cigarrillo, lo que debe hacer es salir a la calle, o dejarlo si puede".