VAMOS A JUGAR

El crecimiento de Internet ha provocado una verdadera revolución en juegos interactivos.

16 de marzo de 1998

El hombre ha tenido siempre necesidades relacionadas con la diversión y el entretenimiento. Desde las épocas más remotas las civilizaciones han encontrado diferentes maneras de pasar un rato agradablemente. El ajedrez, el dominó y el póker _entre otros_ han sido inventos históricos, que de una manera u otra han cambiado la forma de vida de muchas personas a través del tiempo y alrededor del globo. Actualmente la industria del entretenimiento mueve miles de millones de dólares al año representados en cine, televisión, juegos pasivos e interactivos, juguetes y revistas. Esta industria está sufriendo una gran transformación gracias a la explosión de Internet y las posibilidades de interacción que ofrece entre diferentes usuarios, en distintas partes de la Tierra. Desde la aparición del Atari a principios de la década de los 80, los juegos electrónicos han evolucionado de una manera realmente sorprendente. El desarrollo tecnológico y gráfico es evidente al usuario, que hace menos de 20 años jugó Space Invaders (marcianitos) o Pacman y hoy está expuesto a juegos como Myst o como Duke Nukem, en los cuales se exponen mundos fantásticos llenos de color, de vida y de interacción, que permiten al jugador decidir entre diferentes caminos que lo llevan a descubrir nuevas aventuras.
Pero la verdadera revolución a nivel de interacción ha ocurrido gracias al crecimiento de Internet. Siendo esta una tecnología que ha estado presente desde 1969, han existido alternativas de entretenimiento y juegos virtuales desde mediados de la década del 70, cuando por correo electrónico comenzó a circular un caso de misterio y diferentes personas ubicadas en lugares remotos trabajaban en equipo para resolverlo. Esto brindaba un alto nivel de trabajo imaginativo al no tener soporte gráfico. Este género evolucionó a los famosos MUD's o Multiple User Dungeons, donde por tecnología gopher varias personas se reunían simultáneamente e intentaban encontrar la salida de un laberinto, o la respuesta a un gran misterio. Al encontrarse con otro jugador era posible intercambiar experiencias e ideas acerca de posibles salidas. Esto aumentó el grado de interactividad, al permitir no solo que el usuario interactuara con el juego sino que además pudiera hacerlo con otros jugadores que no estaban físicamente cerca.
Pero la verdadera explosión en el uso de Internet comenzó después de que en Suiza en 1992 los laboratorios Cern desarrollaron la www y salieron al mercado navegadores como Mosaic, Netscape o Microsoft Explorer, que facilitan la transmisión de información gráfica y elementos interactivos basados en hypertexto. Esta revolución gráfica impulsó a los fabricantes de juegos para que generaran versiones que fueran aplicables bajo tecnología www, y permitieran que varias personas pudieran jugar simultáneamente, derribando todas las barreras de distancia, tiempo y espacio.
Hoy se puede jugar golf con un partner en Corea, o se puede volar en un simulador F16, y combatir contra otro piloto que desde Kuala Lumpur maneja su nave intentando derribar a sus contrincantes virtuales. Basta con utilizar un buscador y colocar la palabra juego para que se abra un mar de oportunidades. En el recuadro hay una selección de algunos de los mejores. Pero la oferta es mucho más amplia. Y buscar es un placer.