Lilly Bollinger fue una de las grandes damas de la champaña

Vinos y licores

El arte femenino del vino

“Aquel a quien no le gusta el vino, la mujer, ni el canto, será un necio toda su vida”, Martín Lutero.

José Rafael Arango
23 de mayo de 2014



 



El sabio Dioniso, dios del vino, jamás nombró hombres para su culto; siempre fueron mujeres las sacerdotisas encargadas de guardar los misterios de esta bebida. Así nos lo contó Eurípides en su obra Las Bacantes. También sabemos que la poetisa Safo daba de beber el dulce vino de Pramnian, muy parecido al actual Tokaji, a sus alumnas de la isla de Lesbos. Cleopatra mojaba sus labios en el legendario vino de Falerno mientras los barcos de su amante Marco Antonio zozobraban en la batalla de Actium. Muy seguramente Hipatia escribía sus tratados de álgebra y filosofía acompañada de algún buen caldo hecho con ‘moscatel de Alejandría’.

En épocas más recientes, figuras como Madame Cliquot-Ponsardin, viuda a temprana edad, tomó las riendas de su bodega, logrando que sus vinos llegaran hasta la corte del Zar en San Petersburgo y gracias a su tesón y trabajo se convirtió en la ‘Grande Dame’ de la champaña. Otra grande en Champaña fue Lily Bollinger, conocida como Tante Lily (la tía), a quien debemos la famosa frase: “solo tomo champaña cuando estoy feliz o cuando estoy triste. A veces tomo cuando estoy sola. Cuando me visiten lo considero obligatorio. Juego con la copa si no tengo hambre y si tengo, me la tomo. En las demás ocasiones nunca la pruebo a menos de que tenga sed”.

Portugal tuvo su dama del vino en Doña Antonia Ferreira (1811-1896), conocida como la Reina del Douro. Se valora su trabajo no solo por ser la gran difusora del vino de Oporto en el mundo, sino por sus actos de filantropía en una de las zonas más pobres del Portugal decimonónico. Francia también tiene sus emblematicas mujeres del vino como Philippine Rothschild, quien no solo sorteó la ocupación nazi de su viñedo, sino que supo elevar a instancias siderales el nombre de su Château Mouton Rothschild. Le siguen de cerca Anne Claude Leflaive, conocida por instaurar en sus viñedos de Puligny-Montrachet los principios de la biodinámica, y también Madame Lalou Bize-Leroy, propietaria por muchos años del viñedo más raro y caro del mundo: Domaine de la Romanée-Conti.

Es imposible hacer esta nota sin mencionar a la Master of Wine Jancis Robinson, quizás la crítica más destacada e influyente del mundo, con su columna en el Financial Times, referente obligado de esta bebida. En Italia viven Albiera, Allegra y Alessia Antinori (como si de tres gracias se tratara), herederas de un legado de 26 generaciones que a la muerte de su padre, el marqués Piero, serán la cabeza de una de las casas de vino más antiguas y refinadas de Italia.

Por el lado de España tenemos a Marisol Bueno y Vicky Mareque, quienes tienen uno de los viñedos más hermosos y ejemplares que he visitado, llamado Pazo de Señorans; allí, madre e hija, se han convertido en las reinas del Albariño. La Ribera del Duero tiene a las hermanas Fernández: Olga y Eva María, dignas herederas de su padre Alejandro, quien se ha convertido en una verdadera leyenda de la zona. Las hermanas Yolanda y Carolina, herederas de Gregorio García. No puede dejar de mencionarse a María del Yerro, otro nombre obligado dentro de la viticultura española.

El Nuevo Mundo tiene figuras como Irene Pavia de Vistamar o Cecilia Torres de viña Santa Rita, escogidas como mejores enólogas de Chile. También está la argentina Susana Balbo, con sus vinos llenos de carácter y vigor; no en vano tiene un vino llamado Brioso que recuerda el temple de ‘la dama de hierro’ del vino argentino.

Colombia no se queda atrás y tiene mujeres que se han dedicado con alma, vida y sombrero al noble arte del vino. Nombres como Emoke Ijjasz, Olga Herrera, Catalina Betancur, Katherinne Dellschersff, Catalina Rugeles, Alejandra Naranjo y Michelle Morales, entre otras.

Salud por ellas y por las consumidoras de vino que ya llegan a 40% del mercado total, siendo, sin lugar a dudas, la bebida favorita de las mujeres en el mundo.

Alenza gran reserva
Bodega: Alejandro Fernández
Variedad: tinto fino 100%
Año: 2001
País de origen: españa
Zona: ribera del duero
Crianza: 23 meses
Precio: $203.500
Este vino es elaborado como lo hacía Alejandro Fernández a mediados de los setenta. Transmitió su sabiduría a su hija, Eva María Fernández, que con acierto hoy dirige los destinos enológicos de esta gran bodega. De color violeta con reflejos cobalto. En nariz aparece mermelada de mora e higos secos que se ensamblan con café, caja de puros y licor de cerezas. En boca tiene taninos maduros, aterciopelados y con recuerdos de jamones curados. La joya desconocida de esta gran casa, digna de ser descubierta.

Vistamar gran reserva
Bodega: viña vistamar
Variedad: cabernet sauvignon 70% y syrah 30%
Año: 2010
País de origen: Chile
Zona: maipo
Crianza: 14 meses
Precio: $90.142
El recorrido de Irene Paiva es impresionante: fue elegida como mejor enóloga de Chile en 2008 por la revista LA CAV; así mismo, el diario El Mercurio la catalogó como una de las 100 chilenas más influyentes. El trabajo de Irene nos regala un vino color violeta profundo que en nariz recuerda caramelo, violetas, cedro y balsámico. En boca, con taninos frescos, es delicado, amable y perfumado, un descubrimiento afortunado y feliz, que permite saber que en Chile se siguen haciendo las cosas muy bien.

María Alonso del Yerro
Bodega: Alonso del Yerro
Variedad: tempranillo 100%
Año: 2009
País de origen: españa
Zona: ribera del duero
Crianza: 12 meses
Precio: $295.142
En 2002, Javier Alonso y su esposa, María del Yerro, iniciaron su emprendimiento enológico y contrataron al consultor francés Stéphane Derenoncourt. Así nació este viñedo de otra de las grandes damas del vino español, cuyo nombre se pone sobre 6.500 botellas cada año. De color púrpura intenso, en nariz recuerda ciruelas, pasas, y agraz, con notas de cacao y madera tostada. La boca, con taninos firmes pero golosos, tiene esa deliciosa sensación de mermelada de moras y un final de fantasía.

Brioso Susana B
Bodega: dominio del Plata
Variedad: cabernet sauvignon 60%, malbec 15%, cabernet franc 10%, merlot 10% y petit verdot 5%
Año: 2006
País de origen: Argentina
Zona: Agrelo (mendoza)
Crianza: 15 meses
Precio: $94.000
Se dice que este vino se llama Brioso por el carácter indómito de su enóloga, la reconocida Susana Balbo, quien en 1990 abrió su propia bodega, al lado del enólogo Pedro Marchevsky. Este vino es color rojo rubí muy oscuro, con nariz que recuerda las ciruelas maduras, cerezas, canela, tabaco y algo de grafito, tal vez un burdeos muy mendocino. En boca es balanceado, vigoroso, con taninos firmes que dejan un refinado final de grande.