Las preocupantes cifras que muestra el sanitario

Unos 30 millones de latinoamericanos que viven en zonas rurales deben usar letrinas. Colombia no es la excepción: tres de cada 10 campesinos no tienen acceso a saneamiento básico. Cifras a propósito del Día Internacional del Retrete.

19 de noviembre de 2019
30 millones de latinos que viven en la ruralidad no cuentan con un sanitario en su hogar | Foto: Tierra Grata

Aunque el sanitario cumple una función que muchas veces se da por descontada, la verdad es que este elemento que disminuye la pobreza y dignifica a las personas supone para muchos un privilegio. Para acceder a saneamiento básico en algunos sitios de alta La Guajira, por ejemplo, es necesario recorrer hasta siete horas.

Colombia no es el único país que sufre hoy por esta problemática social: millones de campesinos latinos deben hacer sus necesidades fisiológicas al aire libre o en el mejor de los casos en letrinas.  Según cifras del V Encuentro Latinoamericano de Agua y Saneamiento -Latinosan-, la cobertura promedio de saneamiento básico en las ciudades de la región apenas llega al 80 por ciento. Es decir, aún queda un 20 por ciento que no tiene un sanitario en sus hogares. En el campo, la cifra no es mejor.

Yamileth Astorga Espeleta, presidenta de Latinosan, mencionó durante el evento en abril en Costa Rica: “Se está haciendo mucha inversión en lo urbano y dejando poca inversión en lo rural”, y agregó que según proyecciones, solo hasta el año 2080 las zonas rurales latinoamericanas tendrán acceso a agua y saneamiento seguro. 

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Esta es una de las mejores opciones para ir al baño que tienen los habitantes rurales de Colombia. ©Tierra Grata

Además de La Guajira, en donde solo el 4 por ciento de la población rural tiene acceso al agua potable, en Putumayo -en el otro extremo del país- y según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) la cobertura de saneamiento básico y alcantarillado no supera el 75 por ciento, convirtiendo a este departamento en el más riesgoso en calidad de agua para consumo humano. 

Lo que reflejan las cifras del Dane es que mientras que la adecuada eliminación de excretas en las ciudades colombianas es del 92 por ciento, en las zonas rurales es del 71. Es decir, tres de cada 10 personas en las zonas rurales no tiene saneamiento seguro.

Para afrontar el tema, el Gobierno puso como meta para el 2022 dentro del Plan Nacional de Desarrollo (PND) llegar con soluciones adecuadas para el manejo de aguas residuales a 480.000 personas en la ruralidad. Esa cifra, sin embargo, resulta corta para Astorga ya que, asegura, más de 4 millones y medio de personas continuarían sin cobertura y el Estado -sin tener en cuenta el crecimiento poblacional- se demoraría 40 años más para llegar a todas las poblaciones con agua y saneamiento.

¿Qué representa un sanitario?

En la actualidad mueren más de 400.000 personas al año por diarrea y otras enfermedades relacionadas con la falta de saneamiento seguro, ya que muchas veces las personas consumen el agua sin tratar y esta lleva heces humanas. Razón por la que es vital tener un retrete higiénico, donde las heces vayan a un sitio donde tengan tratamiento y no existan riesgos de contaminar fuentes de agua de consumo humano.
 

Dentro de las categorías para identificar la pobreza en sus diferentes dimensiones, está la relacionada a la carencia de bienes y servicios que se traduce en el problema que tienen las personas en el acceso a educación, salud y calidad de vida, siendo el saneamiento uno de los aspectos de calidad de vida. Una persona que cuenta con saneamiento básico, y por ende con un sanitario en casa, supone una reducción de pobreza en un seis por ciento.

Con este panorama, dice la organización social Tierra Grata, que trabaja para reducir la pobreza,  llevar saneamiento básico a la ruralidad en América Latina requiere de la cooperación no solo nacional sino internacional, además de articular a todos los actores involucrados para que juntos contribuyan a darle solución a esta problemática.