Especial Antioquia
“Encerrarnos en nuestras montañas es mal negocio”: presidenta de Proantioquia
María Bibiana Botero señala que, aunque hay empresas paisas muy exitosas en mercados extranjeros, existe un grupo enorme de compañías que tiene el potencial para traspasar las fronteras. Hoy, de 100 puntos posibles para lograr la internacionalización, las organizaciones antioqueñas tienen apenas 12,4.
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¿Qué tan preparadas están las empresas antioqueñas para crecer y explorar mercados más allá de la región?
MARÍA BIBIANA BOTERO: En 2022 Proantioquia, la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, la Andi Seccional Antioquia, Procolombia Oficina Medellín y el Grupo Nutresa nos unimos para hacer la primera medición del Índice de Internacionalización Empresarial de Antioquia. Un ejercicio sin precedentes que se concentró en comprender las capacidades de internacionalización de las empresas del departamento e identificar sus principales dolores y retos. Después de entrevistar a cerca de 300 compañías de diferentes tamaños y sectores, identificamos que en conjunto nuestras empresas tienen un nivel bajo de internacionalización: consiguieron 12,4 puntos de 100 posibles.
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¿Qué factores les impiden avanzar hacia esa internacionalización?
M.B.B.: La investigación nos mostró que, por ejemplo, en promedio solo el 13 por ciento de los empleados de nuestras empresas son bilingües, y el 3 por ciento de su talento es extranjero. Casi ninguna organización recibe o hace Inversión Extranjera Directa (IED), y en promedio solo comercian con tres mercados internacionales. Estos indicadores nos obligan a pensar que hay que acercar el mundo a nosotros. La pandemia demostró las enormes carencias que tenemos, pero también las infinitas posibilidades, lo conectados que estamos. Las nuevas tecnologías y las que están por venir son oportunidades.
¿Por qué es necesario que las empresas antioqueñas den el salto a otros mercados?
M.B.B.: Para cambiar de mentalidad. Así lo propuso la Misión de Internacionalización de 2021. En lugar de pensar que es un proceso exclusivo de comercio internacional, donde son las grandes empresas las que deben jugar, la internacionalización debe entenderse como la forma en la que todos aprendemos cómo hacer mejor las cosas, conociendo, adoptando y adaptando tecnologías de otros países, y esto ocurre por distintos canales. Por ejemplo, la migración desde y hacia el país implica el movimiento del conocimiento a través de las personas. La IED no solo permite contar con nuevos capitales, sino además se traduce en la llegada de nuevas metodologías de trabajo, gerencias y producción. Además, el comercio internacional nos ayudará a sofisticar nuestros productos para alcanzar nuevos mercados, así como aprender y adoptar nuevas tecnologías con las importaciones.
¿Qué obstáculos han frenado ese desarrollo?
M.B.B.: Hay muchas causas y explicaciones que van más allá de un solo actor. Aunque nos consideramos un país muy abierto desde la década de los noventa, la verdad es que conservamos muchas restricciones y protecciones que impiden un mayor comercio e interacción con el resto del mundo. Nuestra infraestructura cumple igualmente un rol importante. La ausencia o deterioro de vías, puertos, aeropuertos, y la conectividad digital, entre otros, hacen que las empresas asentadas en Colombia pierdan competitividad frente a las localizadas en otros países. Renglón aparte ocupa el talento en temas esenciales como el bilingüismo. Por ejemplo, Antioquia ocupa el cuarto lugar en esa materia a nivel nacional. Y cualquiera de nuestras ciudades tiene un nivel de inglés inferior al de las principales capitales de América Latina. Los hallazgos también revelaron que la actual visión empresarial sigue dependiente del mercado nacional, y ven la llegada a otros mercados como algo residual.
La Unidad de Internacionalización busca precisamente que las empresas den ese salto…
M.B.B.: Esta es una propuesta en la que participamos 16 aliados de los sectores público, privado y la academia. Estas organizaciones nos comprometimos a unir voluntades y capacidades durante este segundo semestre de 2023 para la estructuración de la Unidad de Internacionalización de Antioquia, con miras a su puesta en marcha en el primer semestre de 2024. Los aliados firmantes fueron Gobernación de Antioquia, Proantioquia, Andi Seccional Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, Comfama, Invest in Oriente, Procolombia Oficina Medellín, Finaktiva, Flores El Capiro, Globalista, Grupo Bancolombia, Grupo Nutresa, Haceb, KPMG, Marble Headhunter y Suramericana. Adicionalmente, la CAF, hoy Banco de Desarrollo de América Latina, estará acompañando la estructuración del proyecto.
¿Cuáles son los objetivos a mediano y largo plazo?
M.B.B.: La premisa principal es construir una institucionalidad que permita articular a las diferentes empresas y organizaciones que trabajan por este tema en el departamento, bajo una misma visión de mediano plazo. Aunque mucho hablamos del tema, la realidad es que sigue siendo marginal en la agenda de los gobiernos nacional y locales. Nuestro objetivo es que la Unidad de Internacionalización de Antioquia aumente el monto de inversión extranjera directa al departamento; haya un mayor número de proyectos cofinanciados con capital extranjero, y exista una mayor integración de nuestras empresas con los mercados internacionales y las cadenas globales de valor. Esto se traducirá en más inversión, desarrollo y empleo para los habitantes del departamento. Desde Proantioquia estamos listos para acompañar e impulsar estas transformaciones. Encerrarnos en nuestras montañas es un mal negocio.
¿Cómo planean lograr todas esas metas?
M.B.B.: Con un enfoque basado en tres líneas: atracción y retención de inversión extranjera directa, capacidades empresariales locales para la internacionalización y la inteligencia de mercados para la identificación de oportunidades de atracción de inversión y la inserción en cadenas globales de valor. A su vez, nos basamos en cinco frentes de trabajo: 1. Un portafolio de servicios pertinente y que genere valor a las empresas y clientes. 2. Una estructura organizacional que identifique el talento que necesitará la Unidad para ofrecer estos servicios. 3. Planeación financiera que a partir de estos ingresos y costos especifique un panorama de sostenibilidad y punto de equilibrio a mediano plazo. 4. Una marca y nombre que refleje la integralidad de la unidad y supere la concepción de ser una agencia de promoción regional de inversión tradicional. 5. Un modelo jurídico y de gobierno corporativo que permitan cumplir las metas trazadas.