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¿Se fortalece el M-19?

El populismo exacerbado del jefe de Gobierno causa daño y polariza aún más a la población.

David René Moreno Moreno
15 de mayo de 2024

El jefe de Gobierno ha dejado perfectamente claro que el M-19 sigue ‘vivito y coleando’, que su bandera estará en alto y, por lo tanto, se deduce y es lógico pensar que la ideología, planteamientos y objetivos de esta organización criminal forman parte integral del actual gobierno. La experiencia de las ‘negociaciones’ con las bandas de facinerosos ha mostrado que el delito paga y que estas no desaparecen, sólo cambian la ‘razón social’ de la organización, obtienen impunidad, reconocimiento político, subsidios y continúan existiendo, burlándose así de la justicia y de los afectados por sus crímenes.

Se observa con preocupación que en algunas de las principales instituciones del Estado, el Gobierno ha colocado en las posiciones directivas a exmiembros del M-19, organización terrorista que se suponía totalmente desaparecida, cuando en un gesto de benevolencia los gobiernos de Barco y Gaviria firmaron el indulto por los crímenes atroces cometidos por algunos de sus miembros y les permitieron que 20 de sus integrantes formaran parte de la Asamblea Constituyente de 1991, origen de la actual Constitución, la que hoy quiere manosear nuevamente el jefe de Gobierno para institucionalizar el socialismo y apropiarse indefinidamente del poder.

Thomas Hobbes (1588-1679), filósofo inglés ampliamente conocido por su obra Leviatán (1651), afirmaba que “quien posee la información, posee el poder”, lo cual parece que ha sido capitalizado por el actual gobierno. Esta idea fue perfectamente captada por los nazis, especialmente por Heinrich Himmler, quien estuvo al frente de las temidas SS del partido nazi, y por Joseph Goebbels, fundador de la policía secreta nazi, mejor conocida como la Gestapo; los resultados alcanzados por Hitler durante la Segunda Guerra Mundial con estas dos organizaciones son ampliamente conocidos como instrumentos de tortura y terror en un Estado policial y dictatorial.

Circula en las redes sociales un proyecto de decreto probablemente originado en la DNI (Dirección Nacional de Inteligencia), hoy a cargo de Carlos Ramón González, exmiembro del M-19, mediante el cual se empodera a la DNI como ente integrador de toda la inteligencia y contrainteligencia a nivel nacional, creando así un monstruo que se convertirá en el brazo derecho del Gobierno apalancando todas sus decisiones, formando posiblemente la temida policía política típica de los estados totalitarios y tiránicos; esto pone en peligro la democracia y las libertades de todos los colombianos y de los residentes en el país. Será el arma predilecta para silenciar el pensamiento y perseguir opositores, así como pondrá en peligro la seguridad y defensa del Estado.

Es triste pensar que muchos de los compatriotas no han aprendido aún a valorar la democracia y a rechazar la tiranía, a apreciar las libertades y a repudiar la dictadura; los padecimientos de los ciudadanos en países hermanos como Cuba, Nicaragua y Venezuela no han logrado concientizar a muchos colombianos de que tratar de vivir del Estado es nefasto, pues sólo les permite sobrevivir con las migajas que les ofrecen, mientras que los cabecillas de los partidos gobernantes gozan de la opulencia y los convierten en esclavos de su ideología política.

Los millones de venezolanos que huyeron recientemente de su país, así como los cubanos que ayer y hoy se han aventurado a escapar hacia Estados Unidos, al igual que centenares de familias postradas por el dolor frente al fusilamiento de sus familiares en Cuba y las represiones en Nicaragua, son el testigo fiel del daño que causa la ideología socialista radical. El populismo exacerbado del jefe de Gobierno está causando mucho daño y profundizando la brecha que separa a los colombianos entre ‘los buenos’, que quieren todo gratis ordeñando las arcas del Estado y aplaudiendo al Gobierno, y ‘los malos’, que trabajan, producen, ofrecen empleo, ahorran y contribuyen a mejorar la calidad de vida de sus compatriotas.

El jefe del Ejecutivo parece que está en campaña y aceleradamente celebra mítines en barrios populares de las principales ciudades, alebrestando a sus seguidores que no quieren trabajar, sino que el Estado les dé todo y les reparta lo que expropie a quienes se han ganado honestamente el pan, empleando un discurso de confrontación de masas, llamando a sus huestes a la calle para que defiendan sus arbitrariedades. Está buscando posiblemente que se produzca un levantamiento general que se califique de ‘estallido social’, como el que propiciaron en el gobierno Duque para reinar entre las ruinas del país.

Hay que luchar contra la pobreza generando empleo, combatiendo la corrupción, uniendo a los colombianos, modernizando la economía, apoyando al sector productivo; no se logra progreso cuando se aseguran los votos con los subsidios que administra el bachiller Gustavo para comprar la Presidencia en los próximos períodos. La democracia está en cuidados intensivos y una jugada inconstitucional será el fósforo que encienda la mecha.