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Especial de salud

Remedio mágico

Numerosas investigaciones han demostrado que una rutina de ejercicios es una maravillosa aliada para sentirse bien a lo largo de la vida.

23 de junio de 2017

La inactividad enferma, como escribe Rudi Westendorp en su libro Cumplir años sin hacerse viejo, y hacer ejercicio genera enormes beneficios para la salud mental, física y emocional. De acuerdo con las Harvard Health Publications, escritos de salud de la Escuela de Medicina de esa universidad, desde el punto de vista emocional el ejercicio mejora la autoestima y permite a la persona sentirse capaz y orgullosa de sus logros. Además, al renovar la energía, amplía sus frutos a otras áreas y le permite aplicar la disciplina que exige el ejercicio en otros aspectos de su vida.

Desde el punto de vista físico, ejercitarse reduce las hormonas del estrés y estimula la producción de endorfinas, las cuales, a su turno, mejoran el ánimo. El beneficio mental llega cuando con el ejercicio la mente se aleja de sus preocupaciones, lo cual le ayuda a ser más creativa.

Según Westendorp, varias investigaciones experimentales han demostrado que la actividad física regular resulta beneficiosa en la lucha contra varias enfermedades y dolencias, como es el caso de los fallos cardiacos. “Los pacientes a los que se les ha prescrito un esfuerzo físico moderado están mejor que los demás”, afirma. En estudios experimentales también se ha encontrado que el ejercicio es bueno para la artrosis de pacientes cuyas rodillas han perdido movilidad por el dolor.

El médico e investigador agrega que cada vez más investigaciones científicas refuerzan la tesis de que el movimiento ayuda a prevenir el deterioro del funcionamiento del cerebro.

Las pesquisas también han demostrado que el ejercicio puede reducir la fatiga, incluso en personas que sufren enfermedades graves. Una revisión de 36 estudios sobre condiciones autoinmunes crónicas encontró que de 30 a 60 minutos de actividad aeróbica, tres veces a la semana, durante al menos tres meses, reducen significativamente el desaliento en personas con dolencias crónicas como la esclerosis múltiple, el lupus y la artritis reumatoide. Una revisión similar de 19 estudios con personas de 65 años o más encontró que la actividad física aliviaba la fatiga relacionada con el cáncer.

Como afirma Catalina Chica, médica especialista en medicina del deporte, el ejercicio es beneficioso a muchos niveles: fomenta secreción de hormonas, mejora el flujo sanguíneo y la respuesta de ciertas enzimas. “Es precisamente por esto –explica ella–, que el sedentarismo genera riesgos de sufrir todas las enfermedades metabólicas, como la diabetes, la hipertensión y la obesidad”.

Sin embargo, el estilo de vida actual ha generado una paradoja. Por una parte, hay más gente consciente de la necesidad de realizar actividad física, pero a la vez la tecnología y los avances han hecho que se mueva menos, pues tiene todo al alcance de un clic y no necesita desplazarse para realizar muchas actividades: se traslada en carro, hace transacciones bancarias desde internet o usa el ascensor en lugar de las escaleras.

Como afirma un reporte especial de Harvard sobre cómo envejecer saludablemente, no es necesario que la persona se convierta en maratonista para recibir los beneficios de la actividad física: los científicos han documentado hasta el valor del simple hecho de levantarse de la silla. Y estar sentado por horas sin levantarse incrementa el riesgo de afecciones como infartos, diabetes tipo 2 y ciertos cánceres.

En cuanto al ejercicio, Chica explica que es realmente saludable practicar una rutina tres veces a la semana, mínimo 30 minutos, para comenzar a ver resultados después de tres meses. “Lo que más ayuda es la regularidad”, explica.

Cada persona debe encontrar la que más se acomode a sus gustos, a su rutina, a la hora del día que mejor le cuadre. Hay quienes gustan más de estar en grupo, mientras otras prefieren la soledad, por ejemplo, y siempre hay cómo encontrarle la comba al palo. Si consulta a un médico especialista en medicina del deporte, seguramente juntos encontrarán alternativas que se adapten a sus gustos y a su condición física. Todas las investigaciones concluyen que nunca es tarde para empezar.

Como un caucho

Los expertos recomiendan que las rutinas de ejercicios vayan acompañadas de estiramientos y estos son muy importantes a partir de los 50 años.

Según explica Catalina Chica, médica especialista en medicina del deporte, a medida que va aumentado la edad, los tejidos se van volviendo menos hidratados, van, además, teniendo retracciones y se vuelven menos elásticos con lo cual se va perdiendo movilidad. “Siempre son beneficiosos y yo no diría que solo a los 50”, concluye la especialista.

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