Home

Cultura

Artículo

Rayo McQueen y Mater emprenden esta vez una aventura que los llevará a recorrer las ciudades más visitadas del mundo.

CINE

Cars 2

Pixar presenta este año una divertida película sobre la amistad, que parodia el cine de espías de la guerra fría. ***

Ricardo Silva Romero
2 de julio de 2011

Título original: Cars 2

Año de estreno: 2011

Género: Animación

Dirección: John Lasseter, Brad Lewis

Guion: Ben Queen

Voces originales de: Owen Wilson, Larry the Cable Guy, Michael Caine, Emily Mortimer, Eddie Izzard, John Turturro, Bonnie Hunt.
 
Si uno se pone en la tarea de recordar las tramas de las estupendas películas de Pixar, de Toy Story (1995) a Monsters Inc. (2001), de Cars (2006) a Ratatouille (2007), de Wall-E (2008) a Up (2009), tarde o temprano cae en la cuenta de que tienden a ser la contagiosa historia de una amistad. Woody y Buzz, Sulley y Mike Wazowski, Rayo McQueen y Mater: la inmejorable filmografía de Pixar, los estudios que hace dos décadas revitalizaron el cine norteamericano de animación, es una celebración de uno de los pocos logros del hombre: la hermandad entre extraños. Si en los largometrajes en cuestión aquel milagro, el milagro de la lealtad de fondo, sucede entre juguetes, monstruos, carros, ratones y robots, es solo para que no se nos olvide lo extraño, lo afortunado, lo humano que es hacer un buen amigo.

La segunda parte de Cars, tan sincera e ingeniosa como todas las películas que han venido de aquellos estudios, recuerda los pequeños gestos de la camaradería mientras juega con dos populares géneros cinematográficos: el sofisticado cine de espías y el divertido cine de parejas disparejas.

Cars 2 reconstruye, de manera brillante, las ciudades milenarias que suele recorrer James Bond (uno de los protagonistas es, esta vez, un Aston Martin como los que Bond conduce) para desmontar esas organizaciones de villanos que quieren tomarse el planeta a punta de carcajadas malévolas: parodia aquellas enrevesadas tramas de la guerra fría de las que solo entendemos que todo va a estallar en cualquier momento. Pero también les da la vuelta a las “películas de amigos”: Mater, la eterna mano derecha, la grúa oxidada y destartalada que da la vida por el carro de carreras Rayo McQueen, se convertirá en un espía clave para desenmascarar a una organización que quiere tomarse el negocio del combustible, pero solo lo hará para entender que no es un personaje secundario, que en la verdadera amistad no hay un protagonista.

El cine de Pixar prueba que el arte no tiene por qué temerles a los temas de la superación personal: que la autoayuda es ficción empobrecida. Y aunque deba aclarárseles a los padres que esta vez la historia es más para sus hijos, que quizás la aventura se enrede demasiado y se le sienta más de la cuenta el dinero que persigue (llega a cartelera justo en unas vacaciones plagadas de éxitos de taquilla reciclados y espectáculos prefabricados que se valen del 3D porque todavía sigue de moda), Cars 2 es una producción divertida, bienintencionada y conmovedora. Y como suele pasar con los buenos relatos que retratan lo humano sin orgullos ni vergüenzas, lo mejor que tiene es la manera como nos lleva desde el principio hasta el final: los tics de sus personajes, las proezas de la animación, el sorprendente sentido del humor.

Hay que ser un niño para disfrutarla del todo. Pero está claro que, cuando nos decimos la verdad, lo somos.