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Cuestión de credibilidad

No siempre los temas basados en hechos de la vida real resultan creíbles. A veces la fantasía resulta más verosímil.

2 de febrero de 2004

Una de las grandes enseñanzas que han dejado películas como El señor de los anillos y Harry Potter es que, por más fantástica que sea una historia, por más seres imaginarios que aparezcan, lo importante es que la narración sea creíble.

Dos telenovelas que están en el aire son un claro ejemplo de lo anterior. En La costeña y el cachaco se cuenta una historia de amor que gira alrededor de sucesos de la realidad nacional como el contrabando de gasolina. Sin embargo, en las últimas semanas se han hecho frecuentes situaciones que, por más reales que las pinten, por más truculentas que resulten, no lucen muy creíbles. Que Antonio se haya casado con María Elvira porque su papá moribundo se lo pidió; que María Elvira le aguante lo que le aguanta a Antonio a pesar de ser una mujer independiente; que Antonio amenazado por la mafia más tenaz del departamento ande por ahí sin escolta. estos son algunos de los muchos ejemplos de una novela que en un inicio les apostó al humor, la ironía y la sutileza y que ahora parece enredarse más y más en su propio laberinto de pasiones. ¿Cuestión de rating?

En el otro extremo está Pecados capitales, una producción en la que la fantasía y el absurdo son el pan de cada día. Con el paso de los meses los personajes han adquirido una vida propia muy fuerte y la historia se han ido afianzando hasta el punto de que se dan el lujo de armar imaginarios tinglados de boxeo, hacer aparecer a Philippe con traje de almirante de las guerras napoleónicas, incluso disfrazar a todo el elenco de fichas de monopolio. Sin embargo, todas estas situaciones traídas de los cabellos funcionan porque dentro de la lógica si se quiere surrealista de la telenovela lucen naturales. Son creíbles.

Lo que dice el 'rating'

Pecados capitales, estrenada en noviembre de 2002, acumuló un share de 48,6 por ciento y 2.018.000 televidentes promedio. En 2003 bajó a 45,9 por ciento y 1.900.000 televidentes. En lo que va corrido de 2004 asciende a 59,6 por ciento y 2.448.000 televidentes. Mientras tanto, La costeña y el cachaco, estrenada el 10 de febrero de 2003 con 51,3 por ciento de share, muestra un descenso paulatino evidente desde finales de 2003, año en que acumula 34,9 por ciento y 1.610.000 televidentes. En lo que va de 2004 La costeña muestra 27,2 por ciento y un promedio de espectadores de 1.254.000.