Home

Cultura

Artículo

EL SINDROME DE LA CHIVA

Le Monde incurre en una de las peores metidas de pata de la historia del periodismo, al "suicidar" a Mónica Vitti

6 de junio de 1988

La noticia era contundente. En el sumario de primera página del diario parisino Le Monde, aparecio el pasado martes 3 de mayo un titular que daba cuenta de la muerte de la actriz italiana Mónica Vitti. Debajo del titular se avisaba a los lectores que, en la página de noticias de último momento, podrían encontrar ampliación sobre el triste suceso. Un esmerado critico de cine pulió, a toda carrera, una hermosa semblanza de la actriz en la que, fuera de mencionar todos sus éxitos, informaba que la Vitti se había suicidado en su residencia de Roma y concluia añadiendo que no se conocían detalles del hecho.
Sin embargo, todo era mentira. Mónica Vitti estaba vivita y coleando y Le Monde, que junto con el imperturbable Times de Londres son los dos periódicos en el mundo que más se han preciado de su exactitud y de haber sido rara vez rectificados, debió dar excusas a sus lectores en la edición del miércoles y aceptar que, por no confirmar una información, cometió la que tal vez sea la gaffe más grande de su historia.

El asunto comenzó hacia las 10 de la mañana, cuando una persona llamó al diario en nombre del agente artistico de Mónica Vitti --conocida por las peliculas que realizó con el famoso director italiano Michelángelo Antonioni-e infotmó del suicidio.
Teniendo en cuenta que el diario tenía que estar listo para la circulación a la 1 de la tarde, y ante la imposibilidad de conseguir al agente artístico de la estrella o a alguien que confirmara la noticia, los editores resolvieron lanzarse al agua y salir con la "chiva".

El revuelo fue grande y la noticia, que le dio la vuelta al mundo, puso a los medios de toda Europa a conseguir detalles sobre el hecho. Lo cierto es que, esa misma tarde, la Vitti --que está retirada de las pantallas a sus casi 55 años--habló con los periodistas y calificó el hecho como "una broma de mal gusto". Por su parte, Le Monde rectificó la información en una nota de su edición del miércoles en la que, para salvar algo de su herido honor, afirma que el revuelo causado por su artículo sirvió para que una actriz tan querida como Mónica-Vitti, supiera el real aprecio con que cuenta entre el público, que sólo sale a flote cuando mueren las estrellas y ya no pueden leer las semblanzas póstumas.

Sin duda alguna, se trata de un duro golpe para un diario que, durante mucho tiempo fue el vocero de la izquierda progresista francesa y que desde hace unos 8 años, se ha visto desplazado, lenta pero sostenidamente, por el diario Libération que representa a la nueva izquierda y que ha demostrado tener un periodismo mucho más ágil y, a partir de ahora más confiable. Pero en fin, esas cosas ocurren hasta en las mejores familias.--