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Josep Caballé nació en Barcelona en 1973. | Foto: Tomado Página Web Oficial / jcaballedomenech.com

MÚSICA

“No veo un concierto de música clásica comiendo palomitas o mascando chicle”

Semana.com habló con el director de orquesta Josep Caballé Domenech, quien estará durante el Festival Internacional de Música Clásica, que tiene como tema Rusia Romántica.

22 de marzo de 2017

Josep Caballé tiene muchos recuerdos. Todos están atravesados por la música clásica. Recuerda cuando veía a su padre sentado en el sillón escuchando conciertos, que desde pequeño él y su hermano iban a varios escenarios para ver a su padre tocar el clarinete con la Banda Municipal de Barcelona o a su madre interpretar el violín con la Sinfónica del Liceo. Su niñez y su adolescencia estuvieron llenas de horas y horas de estudio. A los 16 años ya era músico profesional.

“La música es mi pasión –dice él- Jamás sentí apatía o jamás me sentí obligado. Siempre estuve interesado desde que escuché la música de orquesta, y cuando empecé a hacer ópera descubrí el poder de la voz y ahora me encanta hacer oratorios y réquiem”. Hoy es director titular de la Colorado Springs Philharmonic (E.E.U.U) y director de la Staatskapelle Halle (Alemania), con la que se presentará entre el 12 y 15 de abril en Colombia, en el marco del tercer Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá que tiene como eje principal la Rusia romántica.

Semana.com: ¿Qué opina de un festival que promete retratar el periodo de la Rusia Romántica?

Josep Caballé: Sin duda es un gran reto. Es algo muy grande, pero ahí está la gracia. Yo vine a este festival cuando el tema fue Mozart y la cantidad de música que puedes escuchar es maravilloso. Y en Rusia romántica, como es un eje tan amplio, se podrá encontrar de todo... El público colombiano me sorprende siempre. He venido y todos los conciertos están llenos, pero además asiste mucha gente joven y creo que estarán muy felices con esta muestra. 

Semana.com: ¿Por qué es tan importante la Rusia Romántica?

J.C.: En esta denominación se incluyen compositores muy distintos Aleksandr Aliábiev, Antón Arenski, Mili Balákirev, Aleksandr Borodín, Reinhold Glière, Mijaíl Glinka, Piotr Ilich, Serguéi Rajmáninov, Tchaikovsky. Todos ellos pertenecían a un mismo círculo pero con estéticas diferentes. Tchaikovsky componía al estilo europeo pero con un lenguaje muy propio, que no dejaba de ser ruso; utilizaba modos antiguos, canciones populares, los cantos ortodoxos. Es que en esa época encontramos desde los más locos como Modest Músorgski, hubo genios que se cruzaron… hay de todo.

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Semana.com: De todos estos grandes, ¿cuál le ha impactado más, o cuál de las composiciones de estos autores?

J.C.: Un poco todos. Evidentemente la sexta de Tchakovsky, porque me he presentado con esa pieza en varios concursos y es una obra que siento mucho dentro de mis venas… Pero hay tantas otras de Rajmáninov y Aleksandr Grechanínov…

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Semana.com: ¿Por qué cree que después de tanto tiempo se siguen escuchando se siguen tocando estas composiciones?

J.C.: La música en general es un elemento vivo. Cuando hacemos dos conciertos seguidos no podemos repetirlo exactamente como sonó antes. La sinfonía que interpretamos un día y suena distinto al otro, varía el sonido de una sala a otra, cambia el sentimiento de los músicos, suena distinto dependiendo del público… Lo importante es que nunca se repite, es imposible escuchar una sexta de Tchakovsky como él la tocó alguna vez. Jamás podrás oírla.

Otra cosa es la obra, hay obras de estos autores que llevan un mensaje tan profundo, por ejemplo una quinta o una segunda de Rajmáninov son obras de toda la vida, porque el mensaje llega tan profundo, toca tantas fibras, que te acompaña para siempre… A lo que voy con que no se repite es que jamás vas a poder repetir la experiencia de escuchar el concierto de un compositor en un lugar determinado en una época determinada. Por eso hay que experimentarla una y otra vez, porque cada vez es distinto.

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Semana.com: Walter Benjamin decía que gracias a la industria se gana el acceso al arte, pero reconoce que se pierda la experiencia, otros dicen que el arte se ha vuelto banal ¿qué opina de esto?  

J.C.: Poder escuchar un concierto de 50 años, ver a alguien interpretar hace muchos años es algo maravilloso. Pero, en efecto, el precio es que tendemos a banalizarlo, a ver la música clásica como entretenimiento y no lo es; es cultura, es una cosa que hay que cuidar. Para tener una gran experiencia hay que ocuparse, hay que trabajar, interesarse, estar abierto. No es como que me voy y me siento en una silla a ver qué me presentan, para acercarse a la música clásica debes estar atento, con ganas de que te pase algo y si realmente pasa algo tener la energía de descubrir más, de investigar. No veo un concierto de música clásica comiendo palomitas o mascando chicle. Hay que darle un lugar a la cultura que humanamente nos hace mayores, enriquece el espíritu.

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Semana.com: Su vida está atravesada por la música. ¿Hay un momento particular que recuerde?

J.C.: Muchos. En 1999 dirigí la Orquesta de Praga, cuarta de Mendelssohn, concierto de Camille Saint Saens Cello y Las Hébridas de Mendelssohn, ese es el que se considera como mi primer concierto en mi carrera profesional y desde entonces soy un afortunado. La primera vez que me presenté con la orquesta de Cleveland porque yo era un estudiante y había ganado un premio y entonces me dejaron tocar en una de las mejores orquestas del mundo, eso fue un choque impresionante. A nivel de la ópera me presente con Boheme en Dresden (Berlín) sin ensayo y cuando vi que salió bien fue de las mejores experiencias. Cuando grabé el primer disco con la Royal Filarmónica de Londres, eran tres poemas de Ottorino Respighi que me apasiona, pero una grabación se hace muy rápido, y en ese tiempo manejas un punto de estrés increíble.

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Semana.com: ¿Qué le aconseja a quienes van a este festival?

J.C.: Vayan sin prejuicio y estén abiertos a todo. Si no les gusta un concierto, está bien. No se tienen que sentir mal. Estamos en nuestro derecho de que no nos guste algo. Pero que eso no impida que vayas al siguiente. Cuando vas a ver una peli y no te gusta luego vas a ver otra, no dejas de ir al cine.

Rusia Romántica es uno de los festivales más ambiciosos de música clásica que presentará la capital de Colombia, no solo por el periodo histórico y el país que han elegido, estarán en 17 escenarios de 10 localidades de la ciudad donde se presentarán 54 espectáculos con ocho orquestas (entre ellas tres internacionales), siete directores, tres coros, cuatro cuartetos, tres tríos y 19 solistas. Ellos interpretarán las obras de 19 compositores románticos rusos, como Tchaikovsky, Borodin, Rachmaninov, Glinka, Shostakovich, Liadov, Rimsky-Korsakov, Medtner, Scriabin, Rubinstein, Prokofiev, Arensky, Glière, Krylov, Buzlov, Tchetuev, Taneyev, Glazunov e Ivanov.

*Hay entradas desde 10.000 pesos y algunos conciertos son gratuitos. Más información del Festival Internacional de Música Clásica Rusia romántica en este enlace.