PADRES

Educar a los niños ‘superdotados’

Identificar y formar adecuadamente a los niños con altas capacidades cognitivas puede ser un reto.

31 de agosto de 2014

Los niños pueden tener altas capacidades o gran talento para algún área específica y aun así contar con un coeficiente intelectual promedio. La idea de medir si un niño es superdotado a través de una prueba está completamente revaluada.

Mireia Long, profesora licenciada en Historia y especialista en Antropología de la Crianza y la Educación, afirma que los niños con altas capacidades son los que comparados con sus pares demuestran habilidades por encima de lo normal, y no solo que tengan un alto coeficiente intelectual.
Para determinarlo se deben tener en cuenta varios aspectos: precocidad, talento específico en un área, alta creatividad, dotación natural y facilidad para aprender. Estas capacidades también tienen un componente heredado y se deben en gran medida a la influencia del ambiente familiar, social y escolar.

Según la experta es un error asociar las altas capacidades con los resultados académicos. Estos niños habitualmente obtienen malos resultados en el colegio pues tienden a ser distraídos y pierden rápidamente la motivación por las clases porque las consideran obsoletas, repetitivas y aburridas. A veces llegan a rechazar la escuela, pues no encuentran allí un espacio para desarrollar sus capacidades e intereses.

Los padres son los primeros que deben reconocer estos rasgos en sus hijos para procurarles un ambiente estimulante y proveerles las herramientas para desarrollar sus talentos. El colegio puede ser de gran apoyo para identificar las capacidades especiales, pero también hay que buscar ayuda profesional.

Muchas de las propuestas para educar a estos niños pueden ser inadecuadas. A veces se les sobrecarga de trabajo o se les promueve a niveles superiores y no es propiamente lo que necesitan. Lo que realmente requieren es una atención personalizada que identifique las áreas de su interés y le permitan trabajarlas y profundizarlas.

Otro aspecto relevante en la formación de estos niños es el ambiente escolar. Según Long entre el 65 y el 80 por ciento de los ‘superdotados’ no logran integrarse bien al sistema de la escuela tradicional y suelen abandonarla o caer en depresión. A veces al ser más inteligentes, profundos y rápidos, resultan ofensivos para los demás. Por otro lado, algunos de estos niños se amoldan al sistema como mecanismo de supervivencia y se mimetizan para lograr encajar, dejando sus habilidades especiales de lado.

Según los expertos es saludable que estos talentos excepcionales se queden en la escuela, pero con un modelo más personalizado. Esto supone gran dificultad para los colegios, que muchas veces luchan por homogenizar a sus alumnos para facilitar la enseñanza. La educación en casa o los centros especializados también son una buena opción para que los niños desarrollen sus talentos y habilidades particulares.

Mireia Long advierte que así se reciba o no la ayuda del colegio, los padres no deben delegar en ellos toda la responsabilidad de su educación: ellos son los primeros llamados a enriquecer la vida de sus hijos con experiencias y recursos motivadores para estimular su creatividad y confianza en sí mismos.

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