| Foto: Instituto de Astrobiología

EDUCACIÓN

¿Cómo incentivar las ciencias?

Seguir el proceso natural de creatividad, incentivar la curiosidad y ofrecer más preguntas que respuestas, son algunas de las sugerencias.

6 de octubre de 2016

Numerosos estudios de caracterización sostienen que hacen falta más ingenieros y científicos en el país. Sin embargo, cada vez están ingresando menos jóvenes a programas universitarios relacionados con las ciencias y la tecnología. Por ejemplo, según un estudio del SENA para el 2018 harán falta cerca de 90.000 ingenieros de Sistemas y de Telemática en el país. Y si no se toman medidas es posible que la tendencia crezca.

La explicación, al menos en parte, se debe a que los niños no están siendo incentivados en Matemáticas y Ciencias por parte de los colegios. Así es que Semana Educación decidió entrevistar a Jorge Bueno, director del Instituto de Astrobiología, para conocer cómo incentivar las ciencias en el colegio.

Semana Educación (S.E.): ¿Cómo fomentar el gusto de los niños por las ciencias?  

Jorge Bueno (J.B.): Yo creo que la mejor manera de motivar a los niños es seguir el proceso natural de su creatividad. Muchas veces se comete el error de creer que hay que enseñarles ciencias. Y no se tiene en cuenta que los niños vienen con algo fundamental, son curiosos por naturaleza. Entonces, hay que acompañarlos en su curiosidad, en sus preguntas, en su descubrimiento del mundo, porque esos deseos de conocer el mundo es la base de la ciencia.

S.E.: Entonces, ¿qué está pasando? ¿Cuál es el problema?

J.B.: El problema somos los adultos; creemos que tenemos que dar respuestas. Mientras que lo que tenemos que hacer es motivar, incentivar las preguntas, crear curiosidad. El profesor no debe transmitir, sino que debe contagiarse de la curiosidad de los niños. Es una cuestión de actitud. Si no lo hacemos acabamos con la curiosidad de los niños y matamos su creatividad.

S.E.: ¿Cuál es la relación entre cómo se enseñan las ciencias, con que los estudiantes no quieran cursar programas científicos?

J.B.: Las pocas personas que se inclinan por la ciencia lograron vencer el terror que se les tiene. En la universidad, se pretende que las ciencias son serias, rigurosas, serias, intimidantes, difíciles. Creen que intimidando, rajando, son más serios y rigurosos. Entonces, lo que ocurre es que los maestros se formaron así, y llevan esas prácticas al aula. Ahí matan la curiosidad. Cuando los niños llegan a bachillerato están cansados. No quieren seguir memorizando conocimientos y fórmulas. No se han sentido motivados por los profesores, que los han hecho aprender largas nomenclaturas, sin motivarlos.

S.E.: ¿Tienen alguna incidencia los requisitos de las Pruebas Saber y Pisa en la manera en cómo se enseñan las ciencias en los colegios?

J.B.: Sí, esto sucede porque los colegios tienen que cubrir todos los temas. Y para hacerlo se han vuelto esclavos de los índices, trabajan para que les vaya bien en Pisa, en las Pruebas Saber. Hacen los mayores esfuerzos por aprenderlo todo, para vender, porque son un negocio. No les importa si motivan a los niños, si los enganchan por las ciencias. Tienen que cubrir temas para obtener buenos resultados. Y eso ha generado un efecto dominó. Por otro lado, lo mismo pasa a nivel institucional. Si somos esclavos de los índices, y si tenemos que superar a los otros países, como política gubernamental, la cosa es difícil. Porque lo que importa es que tengamos buenos números, no que motivemos, que incentivemos a los niños.

S.E.: ¿Qué hace el Instituto de Astrobiología para incentivar las ciencias en los colegios?

J.B.: Nosotros asesoramos a los colegios y capacitamos a los docentes. Los profesores suelen creer que tienen que dictar clase, planear contenidos, como si tuviesen que suministrar todos los conocimientos, para que luego los jóvenes los estudien. Mientras que lo que el maestro debería hacer es plantear dudas, motivar a los niños a aprender. Para lograrlo, nosotros brindamos herramientas pedagógicas en el aula, para empezar a generar líneas de investigación, de trabajos en el aula, para orientar pequeñas investigaciones. Por otra parte, esta capacitación comprende a los padres de familia. Hay que alfabetizar en las ciencias; hay que motivarlos. Y a los jóvenes les hacemos cursos de expedición, extracurriculares para fomentar la cultura científica. Son importantes las actividades paralelas que se hagan, para capacitar profesores, para tener resultados. Las iniciativas privadas son importantes para complementar los objetivos gubernamentales. Podemos vincularnos con las secretarías de educación, con los colegios privados para motivar a los niños. Esa es la propuesta.

S.E.: ¿Cómo nace el instituto de Astrobiología y cuál es su objetivo?

J.B.: Es un proyecto de vida. Desde mi infancia tuve una fascinación por la vida en otros planetas. Por ello, en el colegio seguía con pasión las clases de física y química. Pero en la Universidad fue un proceso difícil, porque era considerado banal la búsqueda de vida en otros planetas. Lo veían como una curiosidad, no propia de la academia tradicional. No la consideran científica. Entonces, en el 2004, en un programa de grupos de trabajo surgió el Programa de Astrobiología. Después le escribí a la NASA y desde entonces empezó el acercamiento, me invitaron a ir a cursos, congresos, y en el 2010 el Instituto de Astrobiología fue apoyado oficialmente por la NASA.

El objetivo del Instituto es promover la educación en STEM, capacitar a profesores en ciencias interdisciplinarias, con énfasis astrobiología, y ciencias de la tierra -astronomía, ecología planetaria, química, física-, e incentivar y motivar a los niños y jóvenes, desde preescolar, hasta el bachillerato. Por ejemplo, una de las actividades para difundir las ciencias, es el tercer congreso internacional de Astrobiología.