PADRES

Los niños también se estresan

Aunque ciertos niveles de presión son buenos para que los jóvenes se pongan a prueba, el estrés puede causar mucho sufrimiento. Aquí hay cuatro guías para que los padres puedan identificar si sus hijos pasan por un momento difícil.

6 de septiembre de 2014

Estudiar puede ser una experiencia muy estresante. A veces los estudiantes no entienden lo que ven en clase, no se sienten cómodos con sus compañeros, tienen mucha carga de trabajo o mucha presión por parte de sus padres. Y generalmente no hablan de esto. Los niños pueden estresarse tanto o más que los adultos y esta condición no debe ser subestimada por sus padres o profesores.

La Asociación Psicológica Estadounidense (APA, por sus siglas en inglés) ha establecido algunas pistas para identificar si un niño está estresado y cómo reaccionar frente a los síntomas.

Atención al comportamiento

Los cambios pueden ser sutiles. Puede que los jóvenes empiecen a comer más o menos de lo habitual
o que cambien sus rutinas de sueño. En ocasiones dejan de participar en las actividades que antes les gustaban o se irritan más fácilmente, al punto de levantarles la voz a sus padres o profesores.
Aunque algunas decisiones como cambiar de amigos o pasar menos tiempo con la familia pueden ser normales en la pubertad, los padres deben actuar si ven que sus hijos tienen cambios bruscos de temperamento.

¿“Me siento enfermo” o “estoy estresado”?

Si el doctor no encuentra nada fuera de lo normal, los dolores de estómago o de la cabeza pueden ser síntomas de estrés. Sobre todo si el malestar se presenta antes de una evaluación o una prueba importante. Los padres deben aprender a identificar cuando estos síntomas son reales porque los niños suelen simular estar enfermos para no ir colegio.

Escuchar y comprender

Puede que los niños no hablen de estrés expresamente, pero si un alumno dice que está “triste”, “preocupado”, “aburrido” o “bravo”, es probable que lo que quiera decir es que está estresado.
A veces estos sentimientos se manifiestan en expresiones de baja autoestima –“nadie me quiere”, “soy bobo”, “yo no puedo hacer eso”. Por eso es necesario que los padres se esfuercen por traducir estos mensajes e identifiquen si son causados por estrés.

Buscar apoyo

Si los padres o maestros identifican uno o más de estos rasgos en sus hijos o alumnos es importante buscar ayuda profesional. Aunque el apoyo en casa y en la escuela es fundamental, hay asistencia que solo puede prestar un psicólogo.

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