En la Declaración de Quito, los paísesn de Unasur (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guayana, Paraguay y Venezuela, además del vicepresidente uruguayo, el canciller peruano, la vicecanciller de Colombia y el representante de Surinam) condenaron el golpe de Honduras y se abstuvieron de condenar el uso de bases militares colombianas por el Ejército estadounidense.

SEGURIDAD

Unasur acuerda reunión urgente por bases EEUU en Colombia

La cumbre de mandatarios suramericanos terminó con la convocatoria a otra cumbre para revisar las implicaciones de la utilización de bases militares en Colombia por EE.UU.

JEANNETH VALDIVIESO
10 de agosto de 2009

QUITO (AP) —La Unasur acordó el lunes realizar "lo más rápidamente posible" una cumbre presidencial para abordar el tema de la eventual utilización de bases militares en Colombia por parte de Estados Unidos destinadas a combatir el narcotráfico y el terrorismo.

El tema de las bases no figuró en la agenda de la cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas, Unasur, efectuada en Quito. Incluso, la Declaración de Quito no mencionó el tema y, por falta de consenso, no acogió una propuesta de Bolivia de manifestar "preocupación y rechazo" sobre ese caso.

La Declaración de Quito contempló la creación de cuatro nuevos consejos: de Lucha contra el Narcotráfico, Infraestructura, Educación y Desarrollo.

Además incluyó una condena al golpe de estado en Honduras y la ratificación de que "no reconocerán ninguna convocatoria a elecciones por el gobierno de facto" de Roberto Micheletti.

Al margen de la agenda, se fijó una cita de cancilleres y ministros de Defensa de la Unasur, para el 27 de agosto en Quito, y posteriormente una cumbre presidencial en Buenos Aires, sin fecha determinada aún, para considerar el eventual uso de bases colombianas por parte de Washington.

El caso lo puso imprevistamente en el tapete el mandatario venezolano Hugo Chávez durante la ceremonia de entrega de la presidencia pro témpore de la Unasur, que recibió el mandatario ecuatoriano Rafael Correa de manos de la gobernante chilena Michelle Bachelet.

"Yo cumplo con mi obligación moral de alertar: vientos de guerra comienzan a soplar" en la región advirtió.

A la postura de Chávez se sumaron los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Argentina, Cristina Fernández; Evo Morales, de Bolivia; el paraguayo Fernando Lugo, y Correa.

Colombia "defiende la tesis del ataque preventivo y Venezuela está en lista, están a la orden las provocaciones, y ahora con este refuerzo yanqui pues se van a sentir más guapos y apoyados los guerreristas en territorio colombiano. Esto puede generar una guerra incluso en Sudamérica", añadió.

Por su parte, el mandatario brasileño expresó la necesidad de abordar "profundamente" el tema colombiano y admitió que "a mí como presidente de Brasil me molesta este clima de inquietud" generado en la región.

Pidió más diálogo y sinceridad entre los miembros de Unasur porque sino "estaremos creando un club de amigos rodeados de enemigos". "Esto no funciona", dijo.

La vicecanciller de Colombia, Clemencia Forero, intervino en representación del mandatario Alvaro Uribe, ausente en la cita, defendiendo la decisión de su gobierno. Parafraseando al prócer Simón Bolívar dijo que "cada estado debe darse el régimen que quiera y el resto de estados respetar esa condición".

Argumentó que "no ha habido, ni habrá bases extranjeras en Colombia, ni las hemos pedido, ni los Estados Unidos piensan instalarlas. Las bases siguen siendo colombianas enteramente bajo jurisdicción y soberanía colombiana".

Aclaró que habrá un "acceso limitado para realizar actividades contra el narcotráfico y el terrorismo mutuamente acordadas ... (y) sin afectar a terceros" países.

Hizo pública la petición colombiana de discutir en el seno de Unasur "el tráfico ilícito de armas, la actividad de grupos armados ilegales, el armamentismo" y llamó a que la discusión sobre las bases esté libre "de todo ideologismo", con lo cual el presidente Correa, al mando de Unasur, dijo estar "totalmente de acuerdo".

Lula planteó a Correa la posibilidad de convocar al mandatario de Estados Unidos Barack Obama a una reunión para clarificar la posición de su país frente a la región y a los temas que inquietan a los países del bloque.

"Pienso que deberíamos discutir directamente nuestra inconformidad con el gobierno americano, directamente con ellos", afirmó Lula.

Citó como ejemplo aspectos como que "de las informaciones que nos llegan es que aún existen embajadores (de Estados Unidos) que intervienen en procesos electorales internos de los países".

La presidenta de Argentina propuso que "sin impugnar la reunión de los ministros de Defensa, se torna imprescindible convocar a una reunión de presidentes", para lo cual confirmó que sería en Buenos Aires.

Dijo que considera que "Colombia debe estar interesada en resolver este problema y deberíamos invitar también a esa reunión al presidente Uribe", y ella se comprometió a invitarlo personalmente.

Fernández advirtió que "no debemos dejarnos confundir ni por discursos bondadosos ni exaltados: el resultado es que se está creando un clima beligerancia en la región que puede generar situaciones que nadie quiere".