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DESDE EL ASIENTO TRASERO

Margaret Thatcher cede a la tentación de tratar de gobernar desde las sombras.

30 de diciembre de 1991

CUANDO MARGARET THATcher renunció al cargo de primera ministra británica hace un año, consoló a sus admiradores al advertirles que continuaría manejando el coche del gobierno desde el asiento trasero. Esa afirmación iba sobre todo en detrimento de su sucesor John Major, sobre todo si éste era su protegido. Aunque tardó en hacerlo, la semana pasada Thatcher demostró que hablaba en serio. La Thatcher ya venía haciendo críticas públicas y privadas contra Major, pero lo que la sacó de casillas fue el hecho de que el primer ministro parece dispuesto a aceptar la adopción de una moneda común para la Comunidad Europea. La Thatcher estima que ceder el control de la política monetaria del Reino Unido equivale a entregar la soberanía.
A pesar de la virulencia de los ataques de la Dama de Hierro, la actitud de Major es más bien cauta: el primer ministro ha puesto condiciones que la Comunidad podría no aceptar en su reunión de Maastrich