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Turquía ha movilizado sus tropas para apoyar los rebeldes | Foto: AP

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Putin y Erdogan, al teléfono tras muerte de 33 soldados turcos en Siria

El conflicto sirio empeora cada día que pasa y las potencias involucradas, en lugar de ayudar a resolverlo, lo complican aún más. Mientras la tensión entre Ankara y Moscú aumenta, la comunidad internacional exige salidas.

28 de febrero de 2020

La situación en Siria empeora cada día más. Este conflicto, ignorado por gran parte del planeta. se agudizó en las últimas semanas. La ciudad de Idlib, el último bastión de los rebeldes, ha sido escenario de fuertes enfrentamientos entre el régimen de Bashar al-Asad y sus opositores, especialmente desde diciembre cuando el gobierno lanzó una operación de reconquista. 

Este jueves, 33 soldados turcos murieron en Siria por bombardeos atribuidos al régimen sirio apoyado por Moscú. Los gobiernos de Rusia y Turquía, encabezados por Vladimir Putin y Recep Tayip Erdogan respectivamente, están abiertamente involucrados en el conflicto desde hace varios años. El primero apoya al régimen de Al Asad mientras que Turquía respalda a los opositores rebeldes. 

A raíz de las bajas turcas, los mandatarios manifestaron su preocupación por la tensión militar y diplomática en el noroeste de Siria. Sin embargo, desde hace varias semanas es evidente que no basta con preocuparse para solucionar el conflicto. 

Turquía, tras haber sufrido las mayores bajas en un solo ataque desde su intervención en Siria en 2016, pidió el apoyo de la comunidad internacional, y advirtió un nuevo flujo de migrantes hacia Europa. Además, como respuesta a los ataques, las tropas turcas mataron a al menos 16 combatientes sirios, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). 

Esta escalada puede agravar la situación humanitaria, que ya es catastrófica. En Idlib, centenares de civiles han muerto y cerca de un millón de personas han sido desplazadas por la ofensiva del régimen de Al Asad, el cual se ha fortalecido con el apoyo ruso. 

 Funeral de Halil Ibrahim Akkaya, uno de los soldados muertos en el bombardeo de este jueves. Foto: AP

Ante esta situación, la ONU llamó urgentemente a la acción y llamó a un alto el fuego en esta zona del noroeste de Siria, al advertir que "el riesgo de una mayor escalada crece a cada hora". 

Reflejo de la gravedad de estos acontecimientos es el diálogo telefónico de este viernes entre Putin y Erdogan, quienes se declararon profundamente preocupados por el aumento de la tensión.

Los dos dirigentes también mencionaron la necesidad de mejorar la comunicación militar entre ambos países y de "tomar algunas medidas suplementarias" para normalizar la situación. Las reacciones de Putin y Erdogan muestran que, a pesar de estar apoyando a bandos opositores, lo último que quieren es enfrentarse directamente o peor aún, romper lazos por un tercero.

Rusia y Turquía tienen una estrecha relación económica que ninguno de los dos está interesado en acabar. De hecho, en enero ambos mandatarios sostuvieron una reunión en la que celebraron la inauguración del nuevo gasoducto, Turkish Stream.

Sin embargo, no se puede negar que la situación en Siria ha abierto una brecha entre Ankara y Moscú, que pese a sus intereses divergentes, habían reforzado su cooperación en los últimos años sobre temas que incluyen a la propia Siria, la energía o la defensa.

¿Un ataque ‘accidental‘?

Estas diferencias fueron evidentes ante la respuesta de Rusia sobre la muerte de los 33 soldados. El país explicó que las tropas turcas se encontraban en medio de "unidades de milicianos de grupos terroristas", que sí eran los objetivos de los aviones.

Añadió que Turquía no había advertido la presencia de sus tropas en la zona, "donde además, no deberían haber estado", argumentos que rechazó contundentemente el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar. 

"El ataque se produjo cuando ya habíamos reportado la posición de nuestras unidades militares a los responsables rusos en el terreno", alegó Akar.

Ministro de Defensa turco, Hulusi Akar. Foto: AP

Poco antes, el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, comunicó el pésame de Putin a Erdogan por las bajas y aseguró que quería evitar "tragedias semejantes" en el futuro. El presidente ruso, por su parte, prometió "hacer todo lo que esté en sus manos para garantizar la seguridad de los soldados turcos" en Siria.

Hasta el momento, 53 militares turcos han fallecido violentamente en la región de Idlib este mes.

Reunión de la OTAN

La OTAN, a la que pertenece Turquía, respondió a la solicitud de Ankara y se reunión para evaluar la situación. Esto en virtud del artículo 4 del tratado al que puede recurrir un miembro si considera que su integridad territorial, su independencia política o su seguridad están amenazadas.

Turquía instó este viernes a la comunidad internacional a crear una zona de exclusión aérea en el noroeste del país en guerra, para impedir los bombardeos del régimen sirio y su aliado ruso.

"La OTAN sigue apoyando a Turquía con una serie de medidas, entre ellas el aumento de su defensas aéreas, que ayudan a Turquía contra la amenaza de los ataques con misiles procedentes de Siria", dijo su secretario general, Jens Stoltenberg.

Además, en un intento de presionar a la Unión Europea (UE), Turquía anunció que dejará de prohibirles el paso a los migrantes que buscan llegar a Europa. Según la prensa turca, grupos de migrantes se dirigían el viernes por la mañana en dirección a la frontera con Grecia, en el oeste de Turquía.

En efecto, la agencia de prensa DHA informó que unos 300 migrantes sirios e iraquíes llegaron a la provincia de Edirne, fronteriza con Grecia. Como respuesta, este último, país miembro de la UE y habitual puerta de entrada de migrantes a Europa, impidió este viernes cruzar la frontera a centenares de ellos.

Turquía acoge en su territorio a 4 millones de refugiados, sirios en su mayoría, y teme un nuevo flujo desde Idlib, donde, según la ONU, en los últimos tres meses más de 900.000 personas se han refugiado cerca de la frontera.

Los miembros de la OTAN sostienen reuniones en la sede de la organización en Bruselas, con el fin de encontrar una solución para el conflicto sirio. Foto: AP

El viernes, el ministerio ruso de Defensa afirmó que los soldados turcos que murieron en los bombardeos atribuidos al ejército sirio se encontraban entre "unidades de milicianos de grupos terroristas", lo que rechazó Turquía.

Putin expresó su "condolencias" y afirmó que Moscú hace "todo para garantizar la seguridad de los soldados turcos" desplegados en Siria.

Por otra parte, Rusia anunció el viernes el envío al mar Mediterráneo de dos fragatas vía el Estrecho del Bósforo. Ambas están equipadas con misiles Kalibr y su desplazamiento estaba ya "planificado", según un portavoz de la flota rusa.

"La OTAN sigue apoyando a Turquía con una serie de medidas, entre ellas el aumento de su defensas aéreas, que ayudan a Turquía contra la amenaza de los ataques con misiles procedentes de Siria", dijo Jens Stoltenberg, secretario general de esta organización en rueda de prensa.

Stoltenberg explicó que la Alianza Atlántica cuenta con aviones AWAC para patrullar el cielo turco, entre otros, pero "los aliados están constantemente buscando qué más pueden hacer para proporcionar más apoyo a Turquía".

"Los aliados de la OTAN condenan los continuados ataques aéreos indiscriminados por parte del régimen sirio y de su apoyo ruso en la provincia de Idlib", aseguró el secretario general de la Alianza. Sin embargo, Stoltenberg no anunció nuevas medidas de apoyo, pese a las preguntas en este sentido durante la rueda de prensa.

Hay una constante tensión al interior de la OTAN entre Turquía y los países de la Unión Europea que son miembros de la Alianza. Estos rechazaron en repetidas ocasiones la ofensiva lanzada por Turquía en el norte de Siria contra del régimen porque nunca fueron consultados al respecto. 

El viernes por la mañana, la prensa turca expresaba su conmoción y su cólera por la muerte de los soldados, mientras algunos diarios afines al poder llamaban a la "venganza".

La Unión Europea pide desescalarar el conflicto 

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, advirtió este viernes del riesgo de una confrontación militar internacional en Siria, y llamó a "todas las partes a una rápida desescalada".

"La escalada en curso necesita detenerse urgentemente. Existe el riesgo de caer en una gran confrontación militar internacional abierta", tuiteó Borrell, lamentando el sufrimiento causado.

Borrell, además, aseguró tener "garantías" del canciller turco, Mevlüt Cavusoglu, de que Turquía respetará el acuerdo para impedir que los migrantes en su suelo crucen hacia la Unión Europea.

Migrantes sirios esperan para llegar a Grecia al ser desplazados por la violencia de su país. Foto: AP

"Recibí garantías de que Turquía sigue comprometida con la Declaración UE-Turquía", tuiteó Borrell, quien conversó con el ministro turco después que la diplomacia europea urgiera a Ankara a cumplir sus compromisos de este pacto de 2016.

El pacto alcanzado en marzo de 2016 prevé el envío a Turquía de los migrantes irregulares que lleguen a las islas griegas próximas a Turquía (Lesbos, Quíos, Kos, Leros y Samos, sobre todo), y de los refugiados sirios, al considerarlo "un país seguro". 

El acuerdo, a cambio de ayuda financiera, hizo que el número de llegadas bajara drásticamente, tras la ola migratoria de un millón de personas, sirios en su mayoría, que pasaron por Grecia en dirección al resto de la UE en 2015 y principios de 2016.

Sin embargo, sus declaraciones quedaron en el aire cuando Turquía anunció que no impedirá a los migrantes cruzar la frontera hacia la Europa.

*Con información de AFP.