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POLÍTICA

Bogotá: el fortín dividido del "partido" verde

En su bastión electoral, los concejales y congresistas están dividos por Peñalosa. Los asientos en la dirección nacional de la colectividad empezarían a redistribuirse para lograr el apoyo total a la campaña presidencial de Claudia López.

15 de septiembre de 2017

La postal que se llevaron los asistentes a la convención verde de este jueves fue la de un partido unido, satisfecho con la elección de Claudia López como candidata de la colectividad. Algunos presentes, incluso rememoraron la euforia de los días en los que nació la Ola, en 2009, impulsada por las figuras de los exalcaldes Antanas Mockus, Enrique Peñalosa y Lucho Garzón. Pero en la tras escena se sabe que esa unidad tiene su quiebre. Y la grieta está justo en Bogotá, la cuna y el fortín del partido.

Tal vez el síntoma más evidente del quiebre es que en el centro de convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada, el escenario del encuentro verde, no estuvieron 4 de los 6 concejales que esa colectividad tiene en Bogotá. Los que asistieron a la cita fueron Antonio Sanguino, el que hasta ese día fue presidente nacional del partido, y Jorge Torres, el mockusiano de la bancada.

Esas ausencias fueron la manifestación de la fractura. Torres iba en representación de él y sus compañeros Lucía Bastidas, María Clara Name, Hosman Martínez y Edward Arias. Allí, mientras se elegía la apuesta presidencial, ese grupo de concejales esperaban también avanzar en sus pretensiones, en el origen de la grieta: la representación de esos cabildantes en la dirección nacional del partido. Al parecer, lograron progresos.

La bancada de los verdes, solo superada en miembros por la de Cambio Radical (9 concejales) no se ha movido como un equipo en todos los escenarios. El grupo representado por Torres ha apoyado al alcalde. Sanguino, quien llegó por primera vez a esa corporación en 2007, como militante del Polo, se fue a la otra orilla para convertirse en uno de los críticos más fuertes del mandatario. Está más alineado con Inti Asprilla, Ángela María Robledo y Angélica Lozano, los representantes a la Cámara de esa colectividad por Bogotá, quienes tampoco comulgan con muchas de las iniciativas del mandatario. Asprilla, incluso, es uno de las figuras que está impulsando la revocatoria de Peñalosa.

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La división va más allá de las diferencias ideológicas y se acentúa en las representaciones del poder dentro del partido. La concejal Lucía Bastidas explica que en la dirección nacional hay 52 representantes. De esos, pese a la fuerza que le imprime Bogotá a la Alianza, solo 5 van por la ciudad y todos, a excepción de Torres, están inclinados hacia el Progresismo, el movimiento de Petro.

"El partido no ha reconocido la realidad política. Siguen con la estructura antigua, la estructura progresista", dice Torres. Por eso, piden que los cinco concejales verdes que están más cerca a Peñalosa tengan asiento en la Dirección Nacional. Asegura que están pidiéndolo desde hace al menos 10 meses pero que no los han escuchado.

La cosa podría cambiar ahora que Antonio Sanguino, el verde que está separado de la mayoría de la bancada, dejó la dirección del partido este jueves para dejársela al senador Jorge Iván Ospina. En el mismo evento, además, el concejal oficializó que renunciará al cabildo a más tardar el 11 de diciembre, cuando se cierran las inscripciones para candidatos al Congreso, y se postulará al Senado.

Así, en su reemplazo, entraría María Fernanda Rojas, la primera en la lista de espera verde, quien fue directora del IDU en la alcaldía de Gustavo Petro y por quien Sanguino, según le dijo a SEMANA, se siente representado. "Le dejaría mis temas de control político". Entonces, incluso con el relevo, la bancada verde seguiría siendo de cinco más uno.

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"Los verdes en Bogotá están divididos con Peñalosa pero unidos frente a Claudia", dice Ospina. Pero de momento, esa afirmación parece flaquear. La primera parte es una realidad pero la segunda, por ahora, una incógnita. Sin embargo, el nuevo presidente de la colectividad parece resuelto a zanjar la distancia. El senador le aseguró a SEMANA que el partido avaló la inclusión de los concejales en el directivo antes de la convención. ". "Tal vez no los cinco, pero sí tendrán representación equivalente en cuanto a su relevancia y poder electoral. Necesitamos a nuestros concejales unidos entorno al partido", aseguró.

Ahora, la discusión rondaría en la cantidad. Los cinco concejales verdes peñalosistas quieren estar en el cuadro directivo. "En principio, ayer se expresó van a abrirnos espacio. Pero qué significa eso en números", dijo Torres.

La decisión es clave. Incluso, la determinación con la que algunos de esos concejales trabajen por la campaña presidencial de Claudia López está de por medio. Ya fue un síntoma que cuatro de ellos no fueran a la convención donde fue ungida como candidata. Torres asegura que "buscamos fortalecer las sinergias para asumir (la campaña) con mayor ahínco".

Ahora, cerrar esa barrera no necesariamente le pondrá fin a la división entre los representantes de las corporaciones en Bogotá. El mismo Torres asegura que el partido es amplio, pero que debe mantenerse en el centro. "Podríamos recoger desde (Jorge Enrique) Robledo hasta (Humberto) de la Calle, pero con Petro ya nos iríamos hasta el extremo y el partido debe mantener su identidad".

Del otro lado, en cambio, sí consideran que el exalcalde debe estar dentro de la coalición de los Ni-nis. El representante Inti Asprilla, hijo de Guillermo Asprilla (q.e.p.d), secretario de Gobierno de Petro, lo aseguró así. "Si no nos unimos, nos hundimos", dijo.

Lo que todos los dirigentes verdes tienen presente, sin importar la orilla, es que saldar esas diferencias es un reto inmediato, pues no pueden darse el lujo de que los que mueven los votos de la colectividad en la ciudad estén cada uno por su lado. La importancia de Bogotá es clara: solo en las elecciones al Concejo de 2015, la lista verde sumó 255.000 votos.