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Los partidos le están haciendo el quite a Santos. | Foto: SEMANA

LEGISLATIVO

La indiferencia del Congreso ante Santos

Senadores no asisten a votar la reforma a la salud. El proyecto, prioridad de la Casa de Nariño, fue congelado.

2 de octubre de 2013

Tan sólo un día después de que el presidente Juan Manuel Santos definió con los partidos políticos de la unidad nacional que la prioridad en el Congreso sería el trámite del proyecto de reforma a la salud, los senadores hicieron caso omiso a la instrucción presidencial.

A pesar que los voceros de los partidos políticos habían acordado destrabar el trámite de la iniciativa, el acuerdo que suscribieron con el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, y el ministro del Interior Aurelio Iragorri, fue incumplido horas después.

La plenaria del Senado empezó a estudiar los impedimentos que cerca de una treintena de parlamentarios había interpuesto para apartarse de la discusión, los congresistas empezaron a desaparecer. Cuando se estaba discutiendo uno de los impedimentos, el del senador Roberto Gerlein, la presencia de senadores no superaba el quórum decisorio. La sesión tuvo que ser levantada y la reforma al sistema de salud entró al congelador.

Y varias parecen ser las causas de este traspié. Una de ellas la que advirtió con algo de prudencia el presidente del Senado Juan Fernando Cristo. “No hay voluntad en el Congreso de sacar adelante la reforma a la salud. Esto es un campanazo de alerta para la coalición de la Unidad Nacional y la relación entre el gobierno y los partidos”.

Para Armando Benedetti, senador de La U, es evidente una “rebelión” de los congresistas con el gobierno. “Algunos congresistas creen equivocadamente que como este es uno de los últimos proyectos del gobierno, y que el presidente ha pedido su aprobación, pueden hacer el último chantaje al gobierno antes de las elecciones”.

Benedetti también asegura que hay un grupo de congresistas que están sujetando el voto a favor de los proyectos del gobierno a que se firme rápidamente el decreto que restablezca el sueldo que tenían los parlamentarios, el cual fue recortado casi que en 7 millones de pesos pues el Consejo de Estado eliminó las primas de localización y salud de los honorarios que percibían los parlamentarios.

“Varios miembros de la Unidad Nacional están en rebeldía. Quiere decir que hay gente que está buscando arreglar el tema de la gobernabilidad con el gobierno poniéndole trabas a los proyectos”, dice Benedetti.

Cristo dice que es una “infamia” advertir que sea una represalia del Congreso por la reducción del salario. Por eso considera que las causas van más allá y se concentran en falta de comunicación de las ponencias del proyecto, que los parlamentarios están más pendientes de hacer política en sus regiones, y el natural desgaste en las relaciones entre el Congreso y el gobierno.

En el Capitolio se ventila además que uno de los principales fortines electorales en las regiones viene de la mano de la salud, por lo que esta reforma estaría tocando intereses que podrían afectar el capital electoral de algunos parlamentarios.

Quizás por eso el ministro del Interior les hizo un vehemente llamado a los congresistas para que asistan a las sesiones y, “de cara al país”, digan si están a favor o en contra de esta reforma. Pero que no se evadan en el ausentismo para torpedear el trámite de la agenda legislativa. “Los congresistas por alguna razón que desconocemos no quieren votar este proyecto”.

Roy Barreras rechaza la tesis de que haya presiones al gobierno y que el traspié de la reforma a la salud se concentra en que el proyecto del gobierno es una reforma a medias. “Hago mías las opiniones de la gran Junta Médica Nacional, con quien trabajé dos años tratando de sacar una reforma a la salud que tenía dos elementos fundamentales: la eliminación de las EPS como intermediarias y la garantía de que el Estado asuma el pago no sólo de los hospitales sino de la estrategia de atención primaria, la prevención de la enfermedad, que es la que le evita costos al sistema, y al parecer en la ponencia no viene eso”.

“Viene una reforma a medias que no entusiasma, porque no resuelve los problemas. Así que presionar una solución que no es definitiva y que va encontrar de los sectores médicos del país no parece claro”, añadió el senador.

Pero la reforma a la salud no es el único proyecto afectado. En la Cámara de Representantes no hubo quórum para discutir el proyecto que habilitaría el referendo para la paz en las elecciones ordinarias, la prioridad que el presidente Santos le había advertido a la Cámara.

Juan Lozano, opositor al gobierno, también alertó sobre una crisis de gobernabilidad. “A la mesa de Unidad nacional le entró gorgojo. Ordenaron votar proyectos en Senado y Cámara y ni uno ni otra hicieron caso. Hay anarquía”.