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En el ataque murieron 38 militares. | Foto: SEMANA

CONFLICTO

Estado es condenado por arma remendada y mala táctica

El Consejo de Estado determinó la responsabilidad del Estado en la muerte de 38 militares tras un ataque de las FARC.

20 de marzo de 2014

Hace unas semanas la revista SEMANA reveló la presunta corrupción en contratos en el Ejército. En esa oportunidad se dijo que varios de esos acuerdos ilegales estaban direccionados por el coronel Róbinson González. Ahora, y para completar, un fallo del Concejo de Estado dejó ver la dramática situación que viven algunos militares en combate, pues no cuentan con un armamento adecuado.

Así se lee en un fallo del alto tribunal del cual se envió una copia al propio presidente Juan Manuel Santos, quien es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas, para que “tome en cuenta este caso”.

Aunque el conflicto armado ha cobrado cientos de víctimas, entre ellas miembros del Ejército. La demanda interpuesta por familiares del sargento Fernando Rincón Vergara podría ocupar un lugar especial. Según el alto tribunal, encontró que la institución a la que pertenecía no le dio a él y al grupo las herramientas necesarias para combatir. En el fallo en el que se condenó al Estado, se encontró que una de las armas estaba pegada con cinta, lo que deja ver la desidia.

En la investigación se recogieron los testimonios de los soldados que estuvieron en el ataque. Allí se evidencia la falta de armas y del material de combate para luchar de manera equitativa contra las FARC.

“La metralleta M-60 utilizada por el pelotón Texas 3 (pelotón adscrito al Ejército), aunque funcionó bien en el momento del combate, increíblemente se encontraba remendada con cinta”, se lee en la providencia.

Además de las armas remendadas, el alto tribunal reclamó por algunas conductas tácticas que calificó de “omisivas” de los superiores “que desplegaron varios oficiales del Ejército Nacional que contribuyeron al desastre táctico en el que murieron 38 militares que confiaban en la diligencia de sus superiores y en la idoneidad de sus decisiones”.

Al final de la providencia se dejó claro que el Ministerio de Defensa no puede hacerse el de la vista gorda con los fallos y tiene que cumplirlos en su integridad.