Contraloría alerta por parálisis en túnel de La Línea

A mediados de enero el Gobierno cumplió su ultimátum y decidió caducar el contrato con el consorcio Unión Temporal Segundo Centenario, que ejecutaba las obras del Túnel de La Línea, proyecto crucial para facilitar el comercio exterior desde el centro del país hacia el puerto de Buenaventura.

Tras esa decisión, el Gobierno tuvo que arrancar una nueva licitación donde se comprometen más de 400.000 millones de pesos, además de prolongar el desarrollo de la obra que está avanzada en el 75 %.

Pero falta terminar la excavación del túnel, que tiene 8,6 kilómetros; pavimentarlo, hacer el revestimiento, instalar los sistemas de iluminación y ventilación y terminar las obras anexas. La obra quedó en veremos.

Ahora un nuevo actor entró a jugar en este espinoso tema. La Contraloría General de la República emitió la primera función de advertencia a los ministros de Transporte, Natalia Abello, y de Medio ambiente, Gabriel Vallejo, donde asegura que con la parálisis de la obra se puede ver afectado el patrimonio público.  

Para el contralor Edgardo Maya Villazón, la semiparálisis que afronta el proyecto ha generado un riesgo de menoscabo de las inversiones públicas que se han realizado hasta el momento.

Al ente de control le preocupa que existan daños fiscales, por lo que solicitó que las entidades encargadas “consoliden una gestión eficiente, económica, equitativa, eficaz y ambientalmente sostenible, ajustada a la normatividad que regula este tipo de proyectos de inversión”, se lee en la misiva enviadas a los altos funcionarios.  

El control de advertencia se emitió luego de una visita del ente de control a la obra en la que participó un grupo encabezado por el procurador delegado para la Infraestructura.

Además existe un informe del 25 de febrero del 2015, en el que el interventor manifestó que el proceso constructivo del túnel “es secuencial y no se pueden suspender hasta tanto no se termine la excavación total de sección transversal” y se coloquen los soportes.  

El túnel que uniría Calarca (Quindío) con Cajamarca (Tolima) tiene una larga lista de complicaciones y por ello la Contraloría quiere evitar una más y la cual tendrá consecuencias graves.