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Jorge Armando Otálora | Foto: Archivo SEMANA

POLÉMICA

El defensor del Pueblo se defiende

Jorge Armando Otálora manifestó que nunca, en sus 30 años de servicio público, ha sido objeto de queja o denuncia formal en su contra.

20 de noviembre de 2015

Tras las denuncias de maltrato por parte de varios de sus subordinados, cuyo capítulo más crítico se vivió este viernes al conocerse la vehemente carta de renuncia de su propia secretaria personal, el defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, se defendió a través de un comunicado de prensa. En este se remite a indicar que nunca ha sido objeto de queja o denuncia alguna en lo ateniente a sus funciones como servidor público a lo largo de tres décadas.

En el texto, Otálora también manifestó que tan pronto llegó a su cargo constituyó un un "comité de convivencia para atender eventuales episodios de maltrato interno, adelantar las investigaciones correspondientes y, de ser necesario, dar traslado a las entidades competentes”.

El defensor expresó que lamenta “profundamente esta situación, la cual afecta la buena imagen institucional y su misión constitucional, justamente inspirada en los principios de respeto, promoción y defensa de los derechos humanos”.

El pronunciamiento de Otálora se debe a la carta de renuncia de su secretaria personal -que se conoció en los medios de comunicación-, pero también se da luego de la denuncia que Daniel Coronell hizo el 14 de noviembre en su columna '¿Ahora, quién podrá defendernos?', en la que señaló que el defensor del pueblo "acosaba laboralmente" a sus subordinados.

"Según ellos, en las oficinas de la Defensoría ya es usual oír al jefe gritando a sus subalternos expresiones como 'bruto', 'idiota', 'imbécil', 'estúpida', 'pendeja', 'güevón', 'se van a la puta mierda', 'no aprenden sino a los madrazos' y 'hasta que uno los hijueputea no reaccionan'. Los blancos de este lenguaje violento han sido desde los más sencillos trabajadores al servicio del defensor, conductores y escoltas, hasta algunos de los más calificados directivos de la entidad. Cada una de las personas con las que hablé recuerda que en algún momento se sintieron pisoteadas por el señor defensor", se lee en el artículo.

Pero esta no fue la única vez que se ventiló públicamente que él, presuntamente, trataba mal a sus empleados. Dos meses antes el columnista de Semana.com Juan Diego Restrepo también había alertado sobre esa situación en el artículo '¿Maltrato laboral en la Defensoría del Pueblo?'

A pesar de todos los señalamientos, Otálora aprovechó para señalar en el comunicado que tras el anuncio del Ministerio de Trabajo de iniciar una investigación para establecer la veracidad de las versiones dadas a conocer en los medios, va a colaborar para que "haya plena claridad frente al tema".