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Las cuentas definitivas se presentaron en una rueda de prensa este martes. El gobierno afirmó que apoyará, hasta cierto punto, el proyecto. | Foto: Archivo SEMANA

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¿De dónde saldrá la plata para hacer el metro de Bogotá?

La primera línea costará 7.000 millones de dólares.

7 de octubre de 2014

Como muchas cosas en la vida, uno puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. En este caso los optimistas respiran aliviados porque, por fin, Bogotá tendrá metro. Sin embargo, los escépticos ya preguntan: ¿Y de dónde van a sacar ese montón de plata?

La pregunta es válida: La Alcaldía de Bogotá reveló este martes que la construcción de la primera línea del metro de la capital, la obra más importante de la historia de la ciudad, costará unos 15 billones de pesos colombianos (casi 7.000 millones de dólares).

Las cuentas definitivas se presentaron en una rueda de prensa en Bogotá, ciudad que discute la construcción del metro desde 1942, cuando la ciudad contaba con 400.000 habitantes, muchísimos menos que los casi 8 millones de hoy.

El diseño definitivo del proyecto, elaborado por el Consorcio L1, integrado por las firmas españolas IDOM, Euroestudios y la colombiana Cano Jiménez, dictaminó un presupuesto muy superior al último diseño conceptual del 2011, que planteaba 7 billones de pesos colombianos (unos 3.455 millones de dólares).

¿Por qué semejante sobrecosto en menos de tres años? “El presupuesto tan elevado responde a la mala calidad de los suelos blandos y a la compra de predios en Bogotá”, responde el representante del consorcio colombo-español L1, José María Villarroel, quien expuso los detalles técnicos, causantes de que se haya disparado así el presupuesto.

Aquellos que lo ven manera positiva valoran que la primera línea, que tendrá un recorrido de 27 kilómetros, atravesará la ciudad de sur a norte, entre el populoso sector de Bosa y la calle 127, y se calcula que transportará a unos 900.000 pasajeros diarios a partir de su entrada en funcionamiento, prevista para 2021.

En la otra línea están quienes creen que es importante aterrizar el tema. La preocupación es tan diciente que tras el anuncio del alcalde Gustavo Petro él mismo aseguró que buscaría una reunión de inmediato con el presidente, Juan Manuel Santos, para ver quién se va a echar la mano al dril. La idea es conocer en detalle cuánto está dispuesto a poner el Gobierno Nacional y cómo va a recoger el dinero el Distrito. 

La primera línea del metro de Bogotá tendrá 47 trenes, los cuales recorrerán la ciudad desde el sur y entraran al corazón de ésta para terminar en la calle 127. Una de las explicaciones para que valga tanto es que todo el trayecto será subterráneo, lo que incrementó el costo en aproximadamente un 30 %.

Se sabe que por ley el Gobierno Nacional está obligado financiar el 70 % de los sistemas de transporte masivos. El presidente Santos ha dicho que está dispuesto a poner la plata, pero con condiciones. “Hay que priorizar los dineros”, dicen en la Casa de Nariño.

El director de Planeación Nacional, Simón Gaviria, aseguró que el metro debe ser la prioridad sobre los otros sistemas de transporte. Incluso, se confirmó que el Ejecutivo tiene recursos para estos proyectos por valor de 10,2 billones de pesos. Eso sí: “Cualquier iniciativa que exista en materia de metro y que sobrepase la cifra de 6,8 billones de pesos va, necesariamente, a tener que llevar a una priorización de las obras”.

Esto quiere decir que parte de los recursos para TransMilenio por la Boyacá, el  metrocable, así como la reparación de las losas de TransMilenio, se verían afectados en su financiación. En otras palabras, los bogotanos deberán mostrar sus preferencias: ¿Metro o mejoras en los sistemas actuales?

La declaración de Gaviria dejó claro que el Gobierno Nacional tiene el dinero y está dispuesto a entregarlo.

En el Distrito la situación es diferente porque tendrán que buscar parte de los recursos.  La capital tendría que financiar el 30 % de la obra y el dinero saldría de los bolsillos de los usuarios, además de otras fuentes. Se contempla que en el pago del pasaje habría una tarifa que iría al pago de la obra, lo que se conoce como tarifa técnica. Con esta se han financiado los buses en TransMilenio, el combustible y hasta a los conductores. “Intuyo por el estudio entregado que las tarifas no serán superiores al TransMilenio”, dijo el alcalde Petro en la presentación del informe.

El Distrito contempla además recoger dinero de los cobros por congestión, una iniciativa que se impulsó hace unos meses sin éxito en el Gobierno Distrital. El cobro es un tributo para las personas que usan vehículos en la ciudad, y se recaudaría por el uso de áreas de alta congestión de automóviles que transitan por determinadas avenidas.

Cuando el Distrito lanzó la iniciativa se dijo que este cobro se realizaría a los propietarios y conductores de los vehículos particulares, servicio público individual de pasajeros, servicio oficial, transporte de carga y transporte especial que transiten o crucen por las áreas determinadas.

Un último rubro para recoger el dinero se buscaría en las empresas privadas que ofrecen servicios. La idea es que el comercio cercano a las estaciones ayude a financiar el metro ya que en general este se beneficia del flujo de pasajeros que llegan a la estación y salen, por ejemplo, a centros comerciales. Para el mandatario, es imperativo que se apruebe el Plan de Ordenamiento Territorial (POT).

“Yo no veo problema de financiación por parte del Distrito”, concluyó Petro. El secretario de Hacienda de Bogotá, Ricardo Bonilla, aseguró que hoy se entregan los estudios y el valor del proyecto. Lo que sigue ahora es: “acercamos al Gobierno Nacional y lo que hay que hacer es saber cómo se estructura financieramente el proyecto”.

El concejal de la Alianza Verde Antonio Sanguino es más escéptico, ya que dice que la ciudad no cuenta con la plata para el metro. “La nación tiene que hacer un esfuerzo mucho mayor para garantizar la primera línea del metro. El país financió la primera línea del metro de Medellín. ¿Cómo así que no hace un esfuerzo para garantizar una participación mayor?”, se preguntó el concejal.

Así las cosas, el dibujo del metro ya está. Ahora viene lo más difícil: hacerlo. Y para eso se necesita pagarlo.