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Iván Márquez leyó un comunicado de las FARC al inicio de las negociaciones sobre el tercer punto de la agenda. | Foto: EFE

PROCESO DE PAZ

Drogas ilícitas, el nuevo reto en La Habana

Las FARC coincidieron con la ciudadanía sobre cómo se debe atacar al narcotráfico.

28 de noviembre de 2013

Este jueves 28 de noviembre comienza una nueva ronda y un nuevo punto de discusión en la agenda del proceso de paz. Luego de pactar la participación política, las delegaciones del gobierno y de las FARC entrarán a discutir sobre las drogas ilícitas, pero este es uno de los temas álgidos por la participación de parte de esa guerrilla en el narcotráfico.

De entrada, la guerrilla calificó a esa actividad ilegal como un “complejo problema” que no es exclusivo de Colombia y cuya solución requiere del concurso de la comunidad internacional.

En su alocución desde La Habana, Iván Márquez leyó un comunicado en el que se define este problema como “una caja de Pandora” y distingue entre la coca, usada desde hace siglos “para mitigar el hambre, la sed, el cansancio, como digestivo y relajante y (...) con propiedades nutricionales y medicinales”, de la cocaína, un estupefaciente “que plantea hoy un grave problema de salud pública mundial”.

“Si convenimos que no es lo mismo coca que cocaína, resulta ilógico que para acabar con el problema del narcotráfico se deba entonces erradicar una planta que puede brindar beneficios a la humanidad”, leyó Márquez.

En la intervención, las FARC mostraron su postura muy acorde a las propuestas que surgieron del foro de drogas ilícitas, donde se defendía que no debe criminalizarse al consumidor sino al narcotraficante.
 
“Hay que controlar los eslabones fuertes de la cadena de producción. Otra posible solución es desviar la producción de cocaína hacia los usos naturales de la coca. Es decir, hacia un mercado legal de productos de coca, legislados por el Estado, para lograr una estrategia de desarrollo atractivo”, opinó Martin Jelsma, del Transitional Institute, durante el foro de septiembre.

Así mismo, la guerrilla reclamó que el rigor de la represión contra las drogas ilícitas no recaiga “sobre los eslabones más débiles” de la cadena del narcotráfico que a su juicio son los consumidores y los campesinos “cuando los beneficiarios principales del negocio ilegal son los emporios financieros del mundo”.

Pero más allá de la afinidad que tenga la guerrilla con las propuestas presentadas por la ciudadanía, hay un tema de fondo que inquieta a varios sectores de la sociedad colombiana: las FARC y su relación con el narcotráfico.

Hace unos meses, Semana.com mostró el riesgo que tendrían algunos sectores de esa guerrilla de criminalizarse si se logra una negociación, según el portal investigativo InSight Crime.

De acuerdo a la investigación, “el riesgo de criminalización de los elementos de las FARC, una vez un acuerdo haya sido firmado y se haya producido una desmovilización, es muy alto, casi inevitable. La única forma de minimizar esto es ayudando a las FARC en su transición de un ejército irregular a un partido político”.

Es por esta razón que es importante este punto de la agenda y mucho más si se liga con los temas ya acordados, sobre el agro y la participación política. Al fin y al cabo, este es un intento de una reintegración social y política de la guerrilla para acabar con esa parte del conflicto.