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El abogado de Odebrecht prende el ventilador

Rodrigo Tacla asegura que la constructora arreglaba todo pagando sobornos desde el funcionario más humilde hasta al jefe de Estado. Estos son algunos de los secretos que ha revelado.

27 de julio de 2017

Pocos escándalos habían tenido tantos tentáculos en tan distintos países de América Latina como Odebrecht. Las pesquisas de los organismos judiciales del continente, lideradas por el Departamento de Estados de Estados Unidos, han puesto a temblar a los gobiernos de 12 países y tienen a varios presidentes y ex presidentes en jaque. Por eso, los secretos que guarda el abogado de la constructora brasilera generan terror en el alto poder. Al menos así quedó claro en la entrevista que el jurista le concedió a El País de España.

"La constructora lo arreglaba todo pagando. Repartía comisiones al funcionario más bajo de la Administración y al jefe de Estado".

El diario describe a Rodrigo Tacla como “una bomba de relojería” y uno “los hombres más temidos por los presidentes y altos funcionarios de Latinoamérica”. El hombre trabajó en el Departamento de Operaciones Estructuradas de la compañía, el área de esa empresa desde donde se hacían los giros de los sobornos a miles de funcionarios públicos de toda América Latina. Tacla es la memoria de Odebrecht. Ahora está colaborando en la justicia, se espera que sea juzgado en España por ser un ciudadano de ese país y que la información que entregue sea explosiva. Tacla enfrenta un proceso penal por supuestamente haber blanqueado 12 millones de euros en cinco años para Odebrecht.

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“La constructora lo arreglaba todo pagando. Repartía comisiones al funcionario más bajo de la Administración y al jefe de Estado”, cuenta Tacla al comenzar su entrevista con El País. El abogado cuenta la forma cómo operaba la empresa. Relata que los primeros contactos siempre se daban en las campañas políticas y que Odebrecht “corría con los gastos del marketing político de los candidatos” y que luego “el político devolvía el favor cuando alcanzaba el poder”.

La forma como se devolvía el favor era sencilla. El gobierno incluía en sus planes las obras que le interesaban a Odebrecht. Tacla calcula que Odebrecht alcanzó a ayudar a muchísimos políticos de la región. “A más de 1.000. A través de la firma, cobraron desde gerentes de empresas públicas a jefes de Estado. Solo en Brasil hay 500 personas afectadas. Y existen políticos y altos funcionarios brasileños cuyos nombres todavía no han trascendido”, detalla.

"Odebrecht le pagó a más de mil funcionarios en América Latina".

En sus revelaciones asegura que la empresa logró mover así cerca de 260 millones de euros. “El dinero se movía en efectivo, a través de cuentas en paraísos fiscales y transferencias internacionales. La constructora, por seguridad, nunca pagaba en los países de origen del beneficiario”, agrega.
Sobre esas operaciones entrega un dato que no es muy conocido. Se trata de un pequeño banco en Antigua y Barbuda, El Meinl Bank, que él describe como “una tapadera en ese paraíso fiscal del Caribe”. Para Tacla ese banco se podría considerar como “el cerebro de las operaciones”. Relata que tenía solo tres empleados en una pequeña oficina, pero que “era el centro neurálgico desde el que se hacían los pagos irregulares. De ahí se transfería dinero a otros bancos”.

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La idea era no dejar rastro de esas transacciones y por eso muchos de los movimientos de América Latina se realizaban en Panamá. Según él, una persona del gobierno de Juan Carlos Varela era cercana a la compañía, lo cual facilitaba los procesos. Tacla explica que Panamá no continuará la colaboración con la investigación por cuenta de “la amistad del responsable de la filial de Odebrecht en Panamá, André Rabello, con el presidente del país, Juan Carlos Varela”. El presidente de Panamá le negó al diario español esa versión.

“Cobraba hasta el conserje. La firma pagó más de 2.200 millones de euros en sobornos”, relata Tacla. Asegura que esos sobornos no solo eran en dinero en efectivo sino también en especie. Por ejemplo, contó que la firma “intentó en 2014 regalarle un avión al expresidente de Panamá Ricardo Martinelli. El político lo rechazó” y que "la compañía enviaba mujeres desde Brasil a fiestas con políticos de República Dominicana y Panamá".

De esas fiestas, Odebrecht tendría un registro fotográfico que luego “sabía cómo utilizar”. Tacla agrega que las estrategias de la empresa siempre pasaron el límite. Por ejemplo, “manejaban información sobre las esposas y las relaciones extraconyugales de los políticos panameños”. La empresa, según él, se encargaba de arreglar la vida financiera no solo de las parejas de los políticos sino también de sus ex.

"Manejaban información sobre las esposas y las relaciones extraconyugales de los políticos".

Sobre Colombia, Tacla no da muchos datos en su entrevista. Pero sí expresa su escepticismo. “No conozco a fondo el caso de Colombia, como tampoco tengo detalles de la situación en Argentina, Perú, Venezuela o Guatemala. Pero las cifras de Colombia reconocidas por la empresa son muy bajas. No creo que Odebrecht tuviera una estructura en el país por solo 43 millones de euros”.

El abogado es consciente del riesgo que le representa tener toda esta información. "Mi testimonio puede afectar a muchas personas poderosas en el mundo", reconoce. Cuenta además que ha recibido amenazas por teléfono y por redes sociales. En estas le piden que se calle.

Haga click aquí para ver la entrevista completa del diario El País.