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Entrevista

“El trancón no se va acabar”

El alcalde Samuel Moreno le contó a SEMANA hacia dónde va Bogotá, sobre su preocupación de la fase III de TransMilenio, los avances del metro, el Country y su rechazo a los rumores sobre la influencia de su hermano Iván en el poder distrital.

12 de abril de 2008

SEMANA: Tras 100 días, ¿cómo es pasar de la oposición a gobernar?
SAMUEL MORENO ROJAS: Gobernar y administrar una ciudad como Bogotá es un reto enorme. Se necesita mucho carácter y mucha decisión para acertar en lo que se hace. Encontramos una ciudad que viene progresando, pero con grandes retos.

SEMANA: ¿Qué es lo más difícil que ha tenido que enfrentar?
S.M.R.: La valorización, por las presiones y protestas que había en su contra. A pesar de esto, veíamos que día a día la gente estaba pagando y decidimos mantenerla. Hoy puedo decir que fue una decisión afortunada.

SEMANA: ¿Cuáles son los temas que más le preocupan?
S.M.R.: Muchos. No podemos aflojar en la inversión social. Por eso vamos a profundizar en lo que dejó Lucho. En educación el trabajó la cobertura, yo trabajaré en la calidad, en tener una educación pública de excelencia. En salud vamos a buscar el cubrimiento universal. Y en donde falló Lucho, vamos a trabajar muy duro: medio ambiente, movilidad y vivienda.

SEMANA: ¿Hay algún tema nuevo que le preocupe?
S.M.R.: Lo de la seguridad es increíble. En enero aumentaron en 10 los homicidios, y fue un escándalo. Luego en febrero bajamos en 22 y en marzo en 23, y nadie dijo nada. Es importante que los medios trabajen el tema de manera muy seria, pues la percepción, que es lo que la gente lee, oye y ve, tiene un impacto muy negativo sobre la realidad

SEMANA: Usted llegó con la bandera del metro, pero si este fracasa, ¿no cree que podrá terminar enredando su alcaldía?
S.M.R.: El metro es sólo uno de los 256 programas que tiene nuestro plan de desarrollo.

SEMANA: Pero es claro que el metro no soluciona los problemas de movilidad.
S.M.R.: Hacer el metro por cumplir una promesa no resuelve nada. Le estoy apuntando a crear el sistema integrado de transporte que busca la integración del metro, tren de cercanía, la eficiencia en TransMilenio, la organización del transporte colectivo y la nueva infraestructura de la ciudad. Eso nos va a permitir planear la ciudad de los próximos años.

SEMANA: ¿En qué va el metro?
S.M.R.: Ya abrimos la invitación para que firmas de consultoría nacionales e internacionales actualicen los diseños y estructuren técnica, financiera y legalmente la línea uno. En junio y julio debemos escogerla. Entre marzo y abril del otro año debemos recibir los diseños, comenzar licitación a finales de 2009 y adjudicarlas e iniciar la construcción antes de terminar 2010.

SEMANA: ¿Qué va a hacer para que no termine pasando lo mismo que en Medellín?
S.M.R.: El hecho de que el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) acompañen este proceso, y nosotros sigamos sus procedimientos, demuestra que este va a ser un proceso transparente, responsable, serio, en el que no vamos a cometer los mismos errores del metro de Medellín.

SEMANA: ¿Es cierto que el secretario de Movilidad viajó a Europa invitado por empresas interesadas en el metro?
S.M.R.: Eso es falso. Aquí hay una cantidad de rumores y mentiras que hacen carrera.

SEMANA: ¿Y cuál va a financiar la obra?
S.M.R.: Cuando llegue el momento se tomará la decisión. Esta semana estuvo una misión del BID y nos ofreció 2.500 millones de dólares. El Banco Mundial ya nos había ofrecido 2.000. Eso significa que estamos sobrefinanciados.

SEMANA: Mientras llega el metro, ¿qué se puede hacer con tanto trancón?
S.M.R.: Ni en 100 días ni en cuatro años se puede solucionar. No soy ni mago ni santo. En los últimos seis años han entrado más de 500.000 carros a la ciudad, a las mismas vías. Vamos a tomar medidas para mejorar la movilidad.

SEMANA: ¿Como cuáles?
S.M.R.: Reordenar el transporte público, chatarrizar, reducir la sobreoferta de carros, buscar que la gente haga un uso racional del vehículo. Vamos a hacer una gran inversión en semaforización, que es un gran problema.

SEMANA: Pero eso no acaba con los trancones...
S.M.R.: El trancón jamás se va a acabar. Hace un par de semanas escuché en Bostón la intervención de un gran experto que decía cosas como: "no se preocupen, los trancones tienen que existir... si no hay trancones, la ciudad es ineficiente. Los trancones son necesarios..." Al final, le dije que a todos los alcaldes nos pedían acabar con los trancones, construir nuevas vías, por lo que no entendía su despreocupación. Su respuesta fue: "si la infraestructura excede la capacidad, usted invirtió mal los recursos de los contribuyentes". En las grandes ciudades que tienen los mejores sistemas de transporte, también hay trancones.

SEMANA: ¿Cuándo debe estar el sistema integrado de transporte?
S.M.R.: La administración anterior avanzó, pero no tuvo en cuenta ni el tren ni el metro. Al finalizar este año debe estar diseñado y listo para comenzar el primero de enero de 2009, lo que aliviará el tránsito de la ciudad.

SEMANA: ¿La movilidad se va a llevar buena parte del presupuesto?
S.M.R.: Tenemos un plan de 38 billones de pesos para el cuatrienio, de los cuales 30 son para inversión. El 60 por ciento será para educación, salud e integración social. En movilidad hay dos elementos nuevos, el metro, para el que pusimos una inversión de cuatro billones, y los 1,3 billones de las obras de valorización.

SEMANA: Usted va a hacer metro, tren de cercanías, TransMilenio y a la vez quiere profundizar la inversión social. ¿Hay plata para tanto?
S.M.R.: Es un plan ambicioso, pero lo vamos a hacer. Bogotá necesita más ingresos y tenemos varias formas. Una es atacando la evasión y la elusión, que está entre el 12 y el 15 por ciento anual. Eso son unos 300.000 millones de pesos. Vamos a hacer una actualización catastral bien hecha, a modificar la estructura de impuestos, que nos permita simplificar unos, actualizar otros y eliminar algunos. Lo otro es que vamos a iniciar una enajenación de activos improductivos que nos van a permitir ingresos muy importantes.

SEMANA: ¿Qué va a hacer con los estudios de la TransMilenio de la séptima?
S.M.R.: No me los han entregado, pero va a pasar lo mismo que con los diseños del metro de 1981: se van a quedar guardados, porque no voy a hacer TransMilenio por la séptima.

SEMANA: ¿Al fin va hacer o no el parque en la cancha de Polo del Country club?
S.M.R.: Si el proceso de expropiación sale a favor del Distrito y se mantiene el avalúo, el parque está hecho.

SEMANA: ¿Y si no?
S.M.R.: Depende de las prioridades del distrito. Pasa lo mismo que con la valorización: no me la inventé, no la voté, no la liquidé, pero como gobernante me tocó cobrarla. Haré como alcalde lo que me toque hacer.

SEMANA: ¿Le preocupa la fase III de TransMilenio?
S.M.R.: Estoy muy preocupado por el costo de la obra civil.

SEMANA: ¿A qué precio se va a hacer?
S.M.R.: Prefiero no opinar... por 18 kilómetros vamos a pagar 1,3 billones de pesos. Son esas cosas que tengo, pues los contratos están firmados.

SEMANA: A ese precio, ¿habría sido mejor hacer un metro en la décima y la 26?
S.M.R.: Casi.

SEMANA: ¿Piensa igual que Lucho, que el aeropuerto es una pichurria?
S.M.R.: Está mejorcito con la última decisión de tumbar el terminal viejo.

SEMANA: ¿Cómo va su relación con el presidente Álvaro Uribe?
S.M.R.: Cuando empezó la alcaldía no había relación, ahora va muy bien.

SEMANA: ¿De 1 a 10?
S.M.R.: 7. Esta es una relación institucional. Bogotá es la capital, tiene una agenda común con el gobierno nacional y tenemos como interés a los siete millones de personas que viven en la ciudad. Además, estamos en la misma cuadra.

SEMANA: ¿Es cierto que en su gabinete el ex presidente Samper tiene cuotas?
S.M.R.: Nadie es cuota de nadie. El que conoce mi talante y mi criterio, sabe que no puede intrigar en un nombramiento.

SEMANA: Algunos dicen que su hermano, el senador Iván Moreno, maneja parte de la burocracia y tiene influencias en sus decisiones.
S.M.R.: Nadie es nadie. Esto me acuerda de la campaña. Cuando era candidato, decían que cuál iba a ser la influencia de Jaime Dussán en mi gobierno. Cuando gané, el coco fue mi mamá: que qué iba a hacer, que dónde la iba a poner, que ella iba a mandar en la ciudad. Y ahora, el tema es mi hermano, y tampoco. Yo me preparé mucho para esto, y actúo y tomo decisiones de manera responsable e independiente. Dejé los pañales hace muchos años y estoy bien grandecito.

SEMANA: Pero varias personas le dan mucha influencia en la administración a su hermano.
S.M.R.: Eso no es cierto. Cuando se cansen de mi hermano van a decir que la que manda es mi esposa o mi abuela, que ya no vive.

SEMANA: ¿Sus relaciones con Lucho Garzón quedaron como las calles capitalinas?
S.M.R.: No, son muy buenas. No se pueden quejar de la cantidad de intervenciones viales que hemos hecho, y van a seguir.