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| Foto: Carlos Julio Martínez

JUDICIAL

¿El 2016 será el año del matrimonio homosexual en Colombia?

La Corte Constitucional tendrá que decidir el año entrante si las parejas del mismo sexo pueden casarse al igual que las heterosexuales.

30 de diciembre de 2015

En el 2016 la comunidad LGBTI también será noticia en la Corte Constitucional. Este año obtuvieron un logro histórico, luego de que la corporación juzgó constitucional la adopción por parte de parejas homosexuales. Se espera que el año entrante ese organismo también dé de qué hablar por decisiones relacionadas con los derechos de ese grupo poblacional.

Se trata, ni más ni menos, que de la posibilidad de que parejas del mismo sexo puedan contraer matrimonio en idénticas condiciones a las que tienen los heterosexuales. Aunque por ahora la pelea la van perdiendo los homosexuales y los sectores que se solidarizan con su causa, es casi un hecho que podrán casarse a partir del 2016, pues así lo evidencia el hecho de que la mayoría de la Sala Plena de la corporación se haya mostrado partidaria de otorgar concesiones sin restricciones a esta comunidad.

Un fallo emitido por la propia Corte en el 2011 reconoció en las uniones homosexuales las características de una familia. Además, estableció que quienes las conformaban podrían establecer vínculos con los mismos efectos jurídicos del matrimonio heterosexual.

A partir de la decisión, notarios y jueces empezaron a celebrar uniones solemnes entre parejas del mismo sexo, que tenían la misma connotación que las que celebraban hombres y mujeres. Sin embargo, nadie tenía claro si a ese acto jurídico se le podía llamar matrimonio o no.

Algunos de los funcionarios que dieron fe de estas uniones las nominaron como matrimonio. Por eso, algunos ciudadanos y organismos como la Procuraduría interpusieron acciones de tutela, pues consideraban inviable dar la denominación de matrimonio a ese tipo de vínculo.

Pero las parejas que no lograron que la solemnidad de sus vínculos recibiera ese rótulo sagrado que tienen las parejas heterosexuales también consideraron vulnerados sus derechos. Por eso interpusieron acciones de amparo constitucional.

Todas estas demandas llegaron a manos de la Corte Constitucional. El órgano jurisdiccional debe determinar si los jueces y notarios que se negaron a realizar los matrimonios violaron sus derechos o precisar si quienes lo hicieron desconocieron la Ley y la Constitución.

Los LGBTI perdieron el primer round de la pelea. Se sabe que la ponencia del magistrado Jorge Ignacio Pretelt sugiere que la unión civil solemne entre parejas del mismo sexo no debe recibir el título de matrimonio. Sin embargo, es claro que ese proyecto de fallo no cuenta con el apoyo de la mayoría.

De hecho, se esperaba que la validación del matrimonio homosexual en Colombia fuera la noticia de finales del 2015. No obstante, la necesidad que tuvo el ponente de ausentarse de algunas de las últimas salas debido a los líos judiciales que enfrenta ante el Congreso impidió que el caso se pudiera discutir al finalizar este año.

Pase lo que pase con la ponencia y al margen de lo que pueda ocurrirle a quien la proyectó, el expediente será uno de los primeros huesos duros de roer que tendrá en su haber la Corte Constitucional en el 2016. Es improbable que ante la mayoría liberal que ahora tiene ese alto tribunal, Colombia no dé el paso que ya dieron naciones como Estados Unidos, Argentina y México.