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“Todavía no se me quita el susto”: Fabio, el profesor de gorra verde al que señalaron de guerrillero
Este hombre de 73 años, pensionado y coleccionista de cachuchas, habló con SEMANA luego de que la esposa del senador Alfredo Ramos lo señaló de guerrillero en un vuelo a Bogotá. Esta es la historia de cómo una gorra llevó a un hombre, que jamás usa redes sociales, a ser tendencia por varias horas.
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Fabio Vinasco no lo pensó dos veces cuando empacó la gorra que llevaría a su viaje relámpago a Medellín. Eligió la de color verde militar con una estrella roja. “Le tengo un poco de temor al sol y le tocó el turno a esa”, dice tranquilo, a pesar de que su gorra se hizo tan famosa como la de Fidel Castro. El pasado martes viajó a acompañar a su esposa Gloria a una cita en la Fundación San Vicente de Paúl, en Rionegro, donde les hablarían de un tratamiento neurológico que podría ayudar a mejorar su calidad de vida.
La estadía en Medellín fue corta. Asistieron a las citas programadas y de nuevo al aeropuerto José María Córdova. Se encontraron con la molesta noticia de que su vuelo de regreso había sido cancelado, por lo que debían esperar a ser reubicados. Por cosas del destino terminaron en el mismo vuelo de Avianca en el que viajaba Juliana Hernández, la esposa del senador del Centro Democrático Alfredo Ramos Maya.
En contexto: El hombre al que señalaron de guerrillero en un avión y se enteró al ser tendencia en Twitter
Entraron al avión al primer llamado de los pasajeros con prioridad. Como el estado de salud de Gloria requiere cuidados especiales durante el vuelo, se acomodaron rápidamente en sus sillas. Fabio se abrochó el cinturón de seguridad, se acomodó su gorra verde de tal forma que esta bloqueara los rayos de sol que entraban por la ventana. Era casi el medio día y con la madrugada querían aprovechar los 30 minutos del vuelo para una siesta, antes de llegar a casa.
Fabio despertó poco antes del aterrizaje. “El vuelo transcurrió sin ningún tipo de inconveniente, no hablamos con nadie”, recuerda. Ayudó a su esposa a bajar de la aeronave y luego la dejó en el hogar geriátrico donde debe dormir por su condición. Llegó a su casa después de almuerzo, desempacó su maleta y guardó su gorra verde junto a las demás de su colección. “¿Qué les puedo decir? A mi gustan las cachuchas, tengo muchas, por ahí unas 25”, hace la cuenta.
Mientras Fabio organizaba sus cosas, una fotografía que le habían tomado comenzaba a circular por las redes sociales. En un tuit Juliana Hernández aseguraba que un guerrillero viajaba en el mismo avión por lo que quiso bajarse. La aerolínea no lo permitió. Acompañó su publicación con la foto del supuesto guerrillero. Se trataba de Fabio, quien ya estaba dormido y con su gorra verde en la cabeza.
Durante el día la fotografía de Fabio se viralizó rápidamente. Cientos de usuarios la compartieron y opinaron sobre la situación. El propio senador Alfredo Ramos Maya comenzó una tendencia con el hashtag #SanciónSocialALasFarc con ideas sobre cómo hacer sentir mal a un exmilitante de las Farc si se lo encuentra en la calle.
Eventualmente un amigo llamó a Andrés, el hijo de Fabio, y le preguntó si era su padre el de la foto. En la noche Andrés y su hermana le contaron a su padre lo que estaba sucediendo. “Que las redes sociales, que una cantidad de cosas, que me están tildando de guerrillero, que una señora se iba a bajar del avión. Eso es lo que en términos generales yo sé”, responde Fabio cuando se le pregunta por los hechos. “No manejo las redes sociales ni nada de eso, alguna vez tuve Facebook pero no me gustó y decidí cancelar ese tema”, confiesa.
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De repente Fabio se encontraba con la sorpresa de que estaba siendo señalado de guerrillero en un mundo que desconocía. Él, un hombre de 73 años, pensionado luego de haber trabajado 33 años como profesor de primaria en una escuela del distrito, era tendencia en Twitter, una red social que jamás había utilizado.
“En la vida pensé yo que alguien me estaba fotografiando”, asegura Fabio. “Mi primera reacción fue de sorpresa y de mucho susto”. Mientras Fabio trataba de entender lo que estaba pasando, su hijo Andrés se dedicaba a contestar mensajes en Twitter. Pedía que se aclarara la identidad de su padre.
La lucha de Andrés no fue en vano. Su tuit en el que denunciaba que Juliana lo había bloqueado cuando él le escribió sobre su padre, se viralizó. Logró que la publicación original fuera borrada y en su lugar una carta excusándose por lo sucedido.
@julianahfd pone en riesgo la vida de mi papá diciendo sin razón que es de las farc. Pido rectifique y me bloquea. Así, soberbio es el CD. pic.twitter.com/eyPpJOYHED
— Andrés Trece (@AndrsTrece) September 20, 2017
Aunque Fabio decidió aceptar las disculpas de Juliana y “cerrar el incidente”, todavía teme por lo que pueda pasar. “Todavía no se me quita susto”, dice preocupado. “En este país de locos depronto a una persona le da rabia, no sé qué pueda pasar”. “La gente no quiere entender que no soy la persona que dicen que soy, yo únicamente trabajaba en la docencia y no más”, explica.
Todavía no entiende muy bien cómo llegó al centro de una polémica que para él tiene poco sentido. “Un incidente tan corriente la gente lo convierte en una fuente para atacar a los demás y no estoy de acuerdo con eso”, dice con algo de indignación. “No podemos encasillar a las personas porque usen una corbata, un pantalón, una cachucha”, afirma.
Fabio seguirá usando su cachucha verde “con una estrellita en la frente”, como le dice. “No significa nada”. La guarda con cariño porque fue uno de los regalos que su hijo Andrés le trajo de su viaje a Cuba. Eso sí, esperará a que “se enfríen las cosas” antes de volver a salir con ella a la calle. Es el turno de las otras 24 gorras para ayudar a protegerlo del sol.